La conferencia ha ido pormenorizando diversas zonas de la provincia de Ciudad Real donde los minerales y los metales tuvieron especial protagonismo como en Almadén, con el cinabrio, donde “tenemos detectado su uso en el neolítico en yacimientos de la Comunidad de Madrid como Casa Montero y Humanejos”, dentro de una utilidad de los recursos naturales que “se ve ampliada durante la Prehistoria con los minerales de cobre que se centran principalmente en la zona del Valle de Alcudia”.
Según ha indicado Montero Ruiz “durante el calcolítico y el Bronce Inicial no se ve ese uso en la zona de Ciudad Real, aunque sí se detecta que se han usado minerales de la zona fuera del área”.
A este respecto ha aclarado que los minerales se concentraban geológicamente en la zona anteriormente citada, situada más al sur, puesto que en el centro y norte de la provincia de Ciudad Real “no había recursos minerales que se pudieran aprovechar”.
Durante el desarrollo de su conferencia investigador científico en el Instituto de Historia del CSIC también se ha referido al cambio y a la evolución del uso de los recursos minerales durante la Prehistoria, especialmente los de cobre, aclarando que el plomo “que es uno de los recursos que se daba con frecuencia en Ciudad Real se empieza a usar más durante la propia historia y en la época romana”.
Valor social del metal
Ignacio Montero Ruiz ha explicado como “la perspectiva tecnológica pone de manifiesto que inicialmente el metal tiene un valor social más que un valor económico en sí, al tratarse fundamentalmente de elementos de prestigio e identidad personal, lo que permite establecer relaciones y alianzas entre los distintos grupos”. Por este motivo, señala que “el metal que uno tenía no es necesariamente el que había producido, ya que se da un intercambio social de esas producciones para mantener alianzas entre los distintos grupos”.
Ha apuntado que el mineral, como recurso, sí se encontraba suficientemente distribuido durante aquella época, motivo por el cual “no generaba una tensión para crear conflicto” pues “lo que mostraba el metal es que las relaciones sociales se solucionaban a través de esos intercambios o regalos que se hacían entre los distintos grupos, siendo un elemento que permitía buscar la cohesión social y la paz”.
Función social y funcional
También ha destacado como los objetos de metal tenían una función social y otra funcional como herramientas, indicando que precisamente en el momento de la Edad del Bronce es cuando “surgen las primeras armas como las alabardas y las espadas, las cuales se fabricaban en metal, mostrando que había cierto conflicto, si bien se trataba de armas que solo eran usadas por una élite minoritaria”.
Durante el desarrollo de la conferencia impartida por Ignacio Montero Ruiz también se ha podido observar como si bien “los recursos se aprovechaban en la provincia de Ciudad Real, la intensidad de la producción durante la Edad del Bronce Antiguo era limitada”, matizando que “el cambio sustancial se produce durante el Bronce Final, que es donde se incrementa el volumen y la intensidad de la explotación mineral y de la producción metalurgia y cuando el cobre empieza a convertirse en un recurso más estratégico”.
“El cobre extraído del Valle de Alcudia llega a distintas zonas”
En este sentido, el investigador científico del CSIC indica que “lo que vemos es que durante el bronce final el cobre extraído de la zona del Valle de Alcudia llega a muy distintas zonas, pues aparece en el depósito de la ría de Huelva, en el depósito de las Lunas en Toledo así como en objetos y piezas de Galicia o de Santander, con lo cual ese cobre ya circulaba a otra escala distinta a como lo hacía durante el bronce inicial”.
Montero Ruiz explica que “donde se detecta el cambio es en el Bronce Final, pues la intensidad y la producción era mucho más voluminosa y tenía un peso económico mayor”, matizando que durante el Bronce Inicial “no hay peso económico”, mientras que en el periodo del Bronce Final “ya existe un proceso de actividad económica, porque el intercambio ya no era entre iguales para hacer alianzas, sino que se detecta el factor comercial”.
Precisamente es durante el Bronce Final cuando “el metal ya circula porque las redes comerciales empiezan a ser más relevantes e intensas. Y todo ello va indirectamente vinculado con la colonización fenicia, puesto que el mundo de la Península Ibérica se interrelaciona con el mundo del mediterráneo a través de los fenicios y con el mundo atlántico a través de las rutas atlánticas. La interacción comercial ya es mayor en ese periodo, habiendo cambiado la escala de la producción porque ya tiene un valor comercial del que antes no disponía”.
