La sorpresa domina entre los vecinos de Fontanarejo tras conocer por los medios que cuentan con los fósiles de esponjas marinas más antiguos del mundo en el municipio. “Estamos perplejos todos los vecinos porque no conocíamos que las investigaciones continuaban y estamos muy contentos”, reconoce a Lanza la alcaldesa del municipio, Juli Alcaide.
El hallazgo es de gran relevancia, pues una investigación internacional en la que participa la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha concluido que los fósiles hallados son restos mineralizados de esponjas marinas de hace 530 millones de años. Hasta ahora, China tenía las espículas de esponja halladas en depósitos de fosfato más antiguas.
Las expectativas en el municipio “son muchas”. De hecho, la alcaldesa espera obtener información directa por parte del grupo de investigadores y espera que “sean buenas noticias para el municipio”. Situado en la comarca de los Montes y con paisaje montañoso, Fontanarejo tiene 250 habitantes, la mayoría de avanzada edad, y dedicados principalmente a la agricultura y la ganadería.
Cerca del lugar están las huellas del gusano marino gigante de Cabañeros
En un tiempo en el que el turismo de interior cada vez está más de moda, el hallazgo de estas esponjas fósiles puede servir para dinamizar esta zona, junto a festividades como las luminarias, destaca Juli Alcaide, “que son muy conocidas en Castilla-La Mancha y que atraen cada año a gente de toda España”.
Lo cierto es que en la zona ya hay turismo paleontológico relacionado, ya que en el Parque Nacional de Cabañeros encontraron hace años el rastro dejado por un gusano marino gigante que habitó la Tierra hace 472 años, el Paleoficus tubularis, el más grande y antiguo también encontrado en el planeta.
El Ayuntamiento trabajaba con la Diputación en una ruta senderista por la zona
Resulta además curioso que el Ayuntamiento de Fontanarejo solicitó a la Diputación de Ciudad Real el acondicionamiento de una ruta senderista, con cartelería y accesos señalizados, que pasaban cerca de estos fósiles, llamados por los vecinos del pueblo “caracoles”.
Ahora, Alcaide espera la colaboración de la Diputación, la Junta o el Ministerio competente para “evitar el espolio” y generar alternativas turísticas que “contribuyan a crear trabajo en la zona”. “Esperamos saber los resultados de la investigación para ver las posibilidades de divulgación y que este hallazgo sirva para dar a conocer el municipio a nivel nacional e internacional”, concluye.