La novena Fiesta de la Vendimia acapara gran parte de la actividad de Daimiel durante este fin de semana. En la noche del viernes el Teatro Ayala acogía el acto más institucional de esta fiesta: el pregón y nombramiento de los diferentes reconocimientos que otorga Fedada (Federación de Asociaciones Culturales de Daimiel), organizadora de un evento en el que colabora el Ayuntamiento.
David Cejudo, ingeniero en edificación y defensor de la arquitectura manchega, fue el primero en subirse al escenario y pregonar esta fiesta como mantenedor de la misma. En él puso en valor el paisaje, la arquitectura y la gastronomía de la zona unidas a la inmensa tradición vitivinícola de Daimiel. Precisamente, Cejudo abogó en su discurso por afrontar el futuro conociendo nuestro pasado. Concluyó que la tecnología más puntera, la calidad y la tradición vitivinícola, deben ser los tres pilares para que el futuro del sector sea viable.
Tras él llegaba el turno de los vendimiadores de honor que este año han sido el matrimonio formado por Ceferina Ruiz de la Hermosa y Francisco Clemente. Ambos saben bien lo que es la vendimia y desde bien pequeños, a los 11 y 10 años, ya comenzaron a ganarse la vida compaginando trabajos con el campo.
Cerraron el turno de nombramientos Jesús Marquina Marquinetti y Alfonso Hevia, los pisadores de honor del 2016. El primero en ponerse el blusón de campo y pañuelo de hierbas fue el tomellosero y reconocido como el mejor pizzero del mundo. Marquinetti aseguró sentirse más cómodo entre fogones que delante del micrófono.
El alcalde, Leopoldo Sierra, clausuró el acto con una reseña de la mezcla de tradiciones y la evolución de una agricultura más mecanizada a través de esta fiesta, donde “debemos apostar por las nuevas tecnologías para seguir creciendo sin que suponga olvidar la huella que ha supuesto en nuestras gentes la vendimia”.