La mesa de cereales y leguminosas de Ciudad Real continúa sin moverse y recoge las mismas cotizaciones de hace varias semanas (anteriormente estuvieron suspendidas), ante las caídas de los precios de estos productos por sobreabastecimiento.
En concreto, los precios de la tonelada de la cebada se movían el 26 de abril a entre los 251 y 256 euros, dependiendo de la variedad, al igual que los trigos, con una oscilación entre 356 y 270 euros t entre los de más y menos calidad. Los 1.000 kilos de avena se vendían a 263 euros y los de triticale a 256 euros, mientras que el centeno se situaba a 256 euros t.
Este mercado vive una tendencia bajista en el valor comercial, a pesar de la lastrada campaña española de secano, con un mínimo porcentaje de producción, por los efectos de la sequía.
José María Ciudad, responsable de Cultivos Herbáceos de Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha y miembro de la mesa, habla de descensos de entre el 75 % y el 80% en la recolección de secano de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo, mientras que Guadalajara también ha visto ya reducida su producción en un 50%.
Las pérdidas en la comunidad alcanzan los 400 millones de euros, con 900.000 hectáreas afectadas, y una rentabilidad muy por debajo de los 400 kilos por hectárea necesarios para obtener beneficios. Por el contrario, los costes de producción se han situado en una media de más de 450 euros por hectárea, este año, mucho más altos por la inflación y el alza de los inputs.
Es un escenario que también registra otras regiones como Extremadura, Andalucía, Cataluña y parte de Aragón. “Se ha perdido la cosecha de secano”.
Son similares estimaciones a las de la cooperativa cerealista ‘San Isidro’ de la capital, donde Ciudad trabaja como gerente. Las bajadas previstas son del 20% respecto a sus entradas medias.
¿Y cómo influye esta situación en los precios de los alimentos?
Según Ciudad, los alimentos derivados de los cereales, como el pan, “no tienen porqué subir”. “No hay ningún factor” que respalde ascensos en la cesta de la compra, sostiene el técnico.
Al contrario, “el mercado está tranquilo y abastecido”, y el grano que entra a los puertos desde países como Ucrania llega “con una presión bajista”, a pesar de la falta de producción en la Península Ibérica (España y Portugal) y en el norte de Italia. Francia y Estados Unidos también han tenido una producción con excedentes.
Además, “el trigo y el petróleo están en descenso” y debería repercutir en productos como los piensos de alimentación animal.
El verdadero problema de escasez está en el forraje -paja y alfalfa-, base de la comida de las cabañas de leche, “que no se puede importar y los ganaderos no encuentran”.
A corto plazo, “las fábricas están provistas”, y las previsiones a medio y largo plazo dependerán del desarrollo de las cosechas en otras latitudes del mundo, como Argentina y Brasil y otros países del hemisferio sur.
De cara a la próxima sementera, Ciudad advierte de las posibles dificultades para tener semilla, precisamente por el hundimiento de la cosecha regional. “Esperemos que otros territorios como Castilla y León tenga para que nos pueda abastecer”.