Las únicas pinturas barrocas que existen en Castilla-La Mancha sobre las paredes de un templo cristiano verán la luz con toda su plenitud en un par de meses. Las obras de rehabilitación en la capilla de Jesús Nazareno del Convento de los Trinitarios de Valdepeñas marchan a buen ritmo.
Video del convento de los Trinitrios antes de comenzar la restauración/ J.Jurado
Durante la visita realizada por el alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, y el concejal de Cultura, Turismo, Educación y Festejos, Manuel López, los restauradores han confirmado que “entre el 75 y el 80 por ciento” de la obra está terminada. En septiembre, tras la procesión de El Vendimiador comenzó la fase de limpieza, la más ardua, y ahora queda la reintegración de zonas perdidas. Está previsto que termine para Semana Santa.
Después de veinticinco años detrás de la rehabilitación de las pinturas de esta capilla, que estaban ennegrecidas por el paso del tiempo, el humo de las velas, los inciensos, los candiles y los aceites, Jesús Martín ha confesado que le tenía que agradecer al “cielo”, ya que pisaba “suelo santo”, que le haya hecho alcalde para ver culminado el sueño que tenía desde niño: “ver la luz que escondían estas pinturas”.
“Una herencia para generaciones futuras”
Durante la visita, responsables políticos, eclesiásticos y medios de comunicación han podido comprobar la tremenda belleza y el colorido de las pinturas de la capilla. La restauradora María Luisa López ha destacado que es una característica propia del Siglo de Oro español, en el que hubo abundantes manifestaciones artísticas y culturales, aunque pocas hayan llegado hasta nuestros días.
Deseoso de ver fuera los andamios que hoy cubren la capilla divididos en cinco pisos, Jesús Martín ha lamentado que los valdepeñeros no hayan sido conscientes hasta ahora “por desconocimiento” de que tenían “las únicas pinturas barrocas que existen en Castilla-La Mancha”. También ha insistido en la importancia de conservar el patrimonio, “una herencia para generaciones futuras”.
El acuerdo entre el Ayuntamiento, la Orden de los Trinitarios y la archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado ha hecho posible esta obra presupuestada en 200.000 euros y que comparten al 50 por ciento. Por esa razón, el alcalde, tras hacer referencia a la “buena comunicación” que siempre ha existido con los priores, ha reconocido “la sensibilidad de la hermandad para recaudar fondos”.
En la misma línea, el prior del convento de los Trinitarios, Vicente Elipe, ha agradecido la puesta en marcha de este proyecto en una iglesia que es “bien cultural de todo el pueblo de Valdepeñas” y que será un legado para el futuro. Ahora queda solucionar el tema del camarín, que necesita también una restauración completa, y en el también hay pinturas.
El desarrollo de la obra
El proyecto de restauración incluye la “reintegración de zonas perdidas”, además de la “fijación” y “limpieza” de las paredes y cúpula. Una de las fases que ha llevado más tiempo a los restauradores ha sido la limpieza, “para eliminar los humos y barnices oxidados y ennegrecidos que enmascaraban la tonalidad original de las pinturas”.
La responsable del proyecto, ha explicado que la principal complicación de la obra han sido los diferentes estados de conservación de las paredes. En concreto, los trabajadores de la empresa responsable, Uffizzi Conservación y Restauración de Bienes Culturales, han encontrado encontrado “algunas zonas bastante castigadas”, como el primer tramo de la bóveda de cañón, donde había un desprendimiento importante de la pintura y han tenido que hacer un “arranque mural” para posteriormente instalarlo en un nuevo soporte.
Otra de las zonas más deterioradas ha sido el altar, como consecuencia del paso del tiempo y la ausencia de un mantenimiento eficaz durante siglos. La restauradora ha explicado que hasta ahora no ha habido una cubierta totalmente cerrada y mantenida, por lo que las goteras y las escorrentías traspasaban hasta el estrato de la policromía y provocaron que “muchas de las películas pictóricas hayan desaparecido”.
Sin prácticamente restos de pintura mural, el cuerpo inferior de la capilla también estaba muy castigado y los restauradores han tenido que poner zócalos nuevos con mortero.
La evolución de la obra
Aparte del colorido y la presencia de elementos bíblicos, una de las curiosidades más interesantes de las pinturas de la capilla es la superposición de manifestaciones artísticas de diferentes etapas. María Luis López ha indicado que los restauradores han encontrado muchos “repintes” encima de los originales.
La restauradora ha indicado que los repintes “se hicieron con una intención restauradora cuando la disciplina no contaba con unos criterios establecidos internacionalmente”, de manera que algunos los han podido eliminar y otros no. Así, las lagunas de policromía original repintadas forman parte de la “historia material de la obra” dentro del conjunto pictórico.