La superficie de almendro en la región ha crecido en tres años en 50.000 hectáreas hasta las 114.000 h, principalmente en la provincia de Albacete y en las comarcas ciudarrealeñas de La Mancha y Campo de Montiel.
Estos datos ponen de manifiesto el avance de un cultivo más rentable y productivo para los agricultores, que están formándose en las técnicas y tratamiento de este leñoso para adaptarlo a los diferentes escenarios de la región.
El investigador en cultivos leñosos del Centro de Investigación Agroambiental ‘El Chaparrillo’, Esaú Martínez, confirma la consolidación de estas plantaciones en un territorio “donde no era muy tradicional”, pero que ha despertado el interés de los agricultores castellano-manchegos.
Recuerda que hace tres años había unas 64.000 hectáreas declaradas, mientras que en la actualidad la superficie es de 114.000 hectáreas, una extensión al alza, en proporción a las bajas de otros cultivos como los cereales.
Por ello, desde ‘El Chaparrillo’, perteneciente al Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (Iriaf), han impartido dos jornadas de poda de almendros, en las que han participado medio centenar de productores de distintos puntos de la provincia y la región.
Son cursos gratuitos financiados por fondos del Ministerio de Agricultura y la Junta de Comunidades, que se han centrado en la llamada poda de formación “que da la estructura al árbol para que sea productivo y sea fácil de recolectar”, explica Martínez.
Precisamente, la poda es una de las operaciones “más subjetivas” en los distintos cultivos de leñosos, pues se realiza en función del “criterio” del podador.
Martínez, que también imparte formación en distintas localidades de la región sobre comercialización y avances en los almendrales, señala que los productores están apostando por las variedades de floración tardía y autofértiles como la penta, marinada, guara, lauranne, y soleta, “distintas a las convencionales, que eran de floración temprana y peligraban cuando hacía mal tiempo”.
Precisamente, en el Campo de Montiel, entre las provincias de Ciudad Real y Albacete, asegura Martínez, se cultivan más las variedades de floración extratardía.
‘El Chaparrillo’ cuenta con un campo de experimentación donde investigan los ciclos de doce variedades de almendro y dos portainjertos “para ver las diferencias”, además de estudiar la novedosa técnica de plantación de almendro en seto, a razón de 220 árboles por hectárea, en un marco de 3,8 metros entre las calles y de 1,2 entre los árboles.
Pistacho
Las instalaciones de este espacio público también son sede para la celebración de cinco cursos (con unos 80 participantes de toda España en cada uno de ellos) sobre la poda del pistacho, a lo largo del mes de febrero y uno en marzo, a cargo del investigador José Francisco Couceiro, así como en abril organizarán una visita técnica guiada a las plantaciones de pistacheros del centro de investigación.