J. Y. / Ciudad Real
PREGUNTA.- ¿Cuál es el peso de las mujeres en el tejido productivo de las zonas rurales?
RESPUESTA.- Los datos están, pero como siempre, son interpretables. Por ejemplo, podemos hablar de la existencia en 2014 de 181.000 mujeres agricultoras y ganaderas. Sin embargo, perceptoras de PAC hay 292.032. Lo cual denota que hay muchas mujeres que tienen asignados derechos para recibir la subvención de la PAC pero que no trabajan directamente en el campo. Así también nos habla de quién trabaja en la agricultura y ganadería y los intereses que hay alrededor de las subvenciones, más allá de la producción de alimentos estrictamente hablando. También podría destacarse el porcentaje que representa este número de titulares de explotación mujeres,que son sólo un tercio del total, concretamente el 30,50%. Así podemos hacernos una idea del tejido productivo en manos de quién está. En CERES precisamente llevamos varios años inmersas en la investigación de estados datos para poner en valor y en conocimiento de toda la sociedad la “realidad escondida” de las mujeres del medio rural y para resaltar ese otro trabajo que no aparece en las estadísticas pero que sostiene la vida en el medio rural: el trabajo no remunerado de las mujeres con el cuidado de las personas dependientes y las tareas del hogar.
P.- ¿Qué otros proyectos tienen en marcha la organización?
R.- Trabajamos en varias líneas, además de la formación estrictamente dirigida al empleo en el medio rural con cursos y talleres específicos sobre diversificación de la economía agraria, nuevos canales de comercialización de productos agrarios, innovación, etc, también tenemos mucho interés en el empoderamiento femenino. Consideramos que la labor previa para tomar la decisión hacia el emprendimiento debe ser la consciencia plena de que una mujer tiene que tener ingresos propios y que éstos, son garantía de otros derechos asociados como los sociales, políticos y culturales. La autoestima de las mujeres, más aún en el medio rural, debe ser trabajada, puesto que la cultura general nos aboca a ser expertas en todos los puestos de invisibilidad y donde no se toman decisiones nada más que en asuntos de pequeña índole. Por ello nosotras trabajamos muchos talleres enfocados a la animación hacia las mujeres, para que cada vez haya más candidatas dispuestas a ocupar puestos en cooperativas, sindicatos agrarios, ayuntamientos y grupos de desarrollo rural. Teniendo mujeres en los lugares donde se decide, hay más garantía de que el mundo esté hecho más cerca de la medida de nuestras necesidades.
P.- ¿Cree que la PAC está facilitando el empoderamiento y el emprendimiento de las agricultoras?
R.- Consideramos que las leyes y estrategias que se realizan desde la neutralidad y sin tener en cuenta las particularidades propias de cada colectivo, al final dejan fuera a esas personas con características distintas. En el caso de las mujeres, los datos y la información demuestran, evidencian y constatan que partimos desde la desigualdad, es decir, desde un puesto de desventaja. Así, la PAC, al aplicarse de manera neutra sin tener en cuenta aspectos cualitativos, perpetúa la desventaja de las que ya se encuentran en un puesto inferior. Además, se trata de una política que fomenta un modelo productivo industrial y de economía a gran escala, donde se fomenta la integración de las industrias siempre potenciando la competitividad desde los grandes datos de producción masiva.
P.- ¿Cuál sería el modelo de la mujer?
R.- Las mujeres estamos lejos de ese modelo. Somos las protagonistas de las explotaciones de menor escala, menos hectáreas, menos acceso al agua y más diversificadas. En numerosos casos, los proyectos femeninos quedan fuera de la financiación porque no llegan a un mínimo para solicitar préstamos. Es decir, las entidades financieras prefieren que nos endeudemos con cantidades superiores y que presentemos grandes proyectos y en muchos casos, hay ideas de negocio que se quedan fuera. Queremos también destacar y lamentar que no haya ninguna comunidad autónoma españolas que haya elegido la posibilidad propuesta desde el Reglamento Feader, de incorporar a los Planes de Desarrollo Rural, submedidas de género e igualmente tampoco en el Plan Nacional de Desarrollo Rural. No entendemos para qué hacen alardes de lo importantes que somos para vertebrar los pueblos cuando no invierten ni un euro en nosotras. Una lástima!.
Integración de refugiados
La Confederación de Mujeres del Medio Rural (Ceres) nació en 1997, cuando las mujeres del Área de Igualdad en COAG vieron idóneo organizarse como una entidad propia e independiente buscando trabajar más allá de los derechos profesionales como agricultoras y ganaderas y como parejas y cónyuges de los titulares de las explotaciones agrarias, explica Belén Ramiro, técnica de Mujeres y Desarrollo Rural de Coag. “Consideramos que en Ceres se pueden trabajar aspectos profesionales más allá del sector primario entendido como agricultura y ganadería pura y dura, para estudiar vías de empleo en el medio rural distintas”.
Entre las iniciativas impulsadas por la organización están la de colaborar con el proyecto nacional de acogida de refugiados. Ramiro explica que “estamos sensibilizadas con la barbarie y la crisis a la que nos han abocado los políticos por puro interés económico. Es una desfachatez que veamos las imágenes de la tragedia ante nuestros ojos y no seamos capaces de darle salida”.
En este sentido, la Confederación Ceres firmó en abril un documento que registró ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, junto a 183 organizaciones de mujeres, en el que exigen al Gobierno que “asuma su parte del compromiso con la acogida del número de personas que se le asignó en verano de 2015”. De esta manera, cuando se desbloquee la situación, “desde nuestra entidad contactaríamos con los organismos oportunos para poder proceder a la acogida, pues bien es cierto que, en el medio rural tenemos recursos suficientes para darles vivienda y también empleo en el sector agrario, como ya hemos experimentado en otras décadas anteriores a la crisis, cuando teníamos contratos en origen”. La organización contactaría, según dicen. con instituciones como ayuntamientos para facilitar la acogida.