Las altas temperaturas estivales pueden afectar a la salud de diferentes maneras. Por este motivo, Radio Daimiel se ha desplazado a una de las farmacias de la localidad para conocer de primera mano cuáles son los problemas que provoca el calor y las consultas más habituales al respecto.
El farmacéutico Filiberto Lozano explicó que las “picaduras de mosquitos e insectos” son los motivos más usuales por los que la gente acude a la farmacia en verano, además de por “diarreas”, y para adquirir productos más específicos “para los niños que se van de campamento”.
Lozano advirtió que “hay que tener cuidado con el tema de la garganta”. ya que el aire acondicionado puede agravar los resfriados, sobre todo porque “nos confiamos” cuando salimos a la calle y “no estamos concienciados de lo dañinos que son los cambios de temperatura”.
También aconsejo que “debemos evitar” las horas centrales del día (de 12 a 16 horas), en especial, mayores y niños. Y recomendó a todos los daimieleños que se “hidraten mucho” en verano y que mantengan un cierto “reposo” por las altas temperaturas.
En cuanto a la utilización de las cremas solares, Lozano destacó que la gente “suele estar concienciada” en que debe usar cremas con un “factor de protección alto”. En este sentido, no recomendó echar de mano de cremas con factores más bajos, ya que, además de que “nos podemos quemar”, no son las más indicadas para protegernos de patologías más graves como el cáncer de piel.
Asimismo, señaló que “las personas mayores que están polimedicadas, bebés y niños” son “más frágiles” en esta época estival. De igual manera, las personas que hacen deporte deben intentar evitar las horas de más calor e intentar estar “muy hidratados”.
Medicamentos: uso y conservación
Por otro lado, hay que prestar atención a ciertos medicamentos como “los diuréticos”, que pueden “aumentar la eliminación corporal de líquidos” o “pueden variar la tensión” provocando síncopes o mareos.
Además, Lozano advirtió de los fármacos fotosensibles, es decir, que se caracterizan porque su uso “puede provocar que la piel del paciente reaccione de forma anormal a la exposición solar”. Por ello, hay que tener en cuenta este dato si tomamos el medicamento “vía oral o tópica y vamos a exponernos a los rayos solares”. Para prevenir incidencias, señalaba que “lo mejor es leer el prospecto del fármaco”.
Respecto a la conservación de los medicamentos, deben estar “protegidos de luz directa y calor”, y aquellos que “necesiten refrigeración” deben tener “un simbolito” para saber si debe depositarse en la nevera o no. También hay otros envases de medicamentos que “la gente no se preocupa o no lee” y que deben conservarse “a temperaturas menores de 25 grados”, y aunque los hogares suelen estar “por debajo de esa temperatura”, si tenemos alguna duda debemos refrigerarlos, señalaba Lozano.
Consejos y recomendaciones que cada día se intercambian en las farmacias y que permiten disfrutar del verano sin sobresaltos. Y es que, como concluyó Lozano, “siempre es mejor prevenir, que curar”.