Los menores de tres años han protagonizado la vuelta al cole más emotiva y enérgica de la provincia de Ciudad Real. Pese a lo esperado, pocos llantos han hecho de banda sonora, y en la imagen, junto a los padres han aparecido muchos abuelos. A pie, en brazos o en carrito, niños de 4 meses a 3 años han capitaneado este jueves el inicio del curso, que se generalizará el lunes 11 con la incorporación del segundo ciclo de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanzas Deportivas y Artísticas.
Al frente de la Escuela Infantil Alfonso X de Ciudad Real, gestionada por la Junta de Comunidades, María Eugenia Ruiz ha confesado que “ha sido un día tranquilo, con mucha normalidad”. La mayoría de los niños que han entrado a las aulas este jueves ya lo hicieron el año pasado, por lo que ya conocían “los espacios y a las tutoras”. Eso sí, después de un verano “bajo el ala de los padres, tratados como el tesoro de la casa”, han tenido que recordar que “ahora tienen que convivir y compartir la atención con más niños”. Las dificultades de adaptación se han dado sobre todo entre los niños de 1 año a 2, que han entrado en el colegio por primera vez.
El primer día de clase para niños con meses
“La presentación es como la haría contigo. Miras al niño a los ojos, te pones a su altura, le hablas y le dices la verdad: que se va a quedar aquí, que sus papás se van a ir y que en este espacio que es nuevo para ellos van a pasar mucho tiempo”, explica una de las técnicas de educación infantil, Judith de los Reyes, tutora de una de las clases de un año. En la apertura del primer ciclo de Educación Infantil ha estado una hora con dos niños y en los días posteriores hará una integración progresiva, que durará por lo menos una semana, hasta que los 12 niños de su aula se sumen con el horario habitual. El peor día es el segundo, porque “ya saben donde vienen y que los papás se van”. En septiembre, los llantos son “lo que toca”.
Situada en lo que fueron los antiguos depósitos de agua, la Escuela Infantil Alfonso X cuenta con 4 aulas para niños de dos años (en grupos de 17), otras 4 para los que han cumplido 1 (en grupos de 12) y otras 2 para bebés con meses (7 como máximo). En total tiene una capacidad para 120 menores y la directora confiesa que están al completo. Este año han recibido “130 solicitudes”, pero hay que tener en cuenta que la mitad de las plazas estaban ya ocupadas por niños que repiten, de manera que por ejemplo en las aulas de dos años apenas hay novatos. “Está claro que hacen falta más centros, al igual que más recursos materiales y humanos”, comparten las trabajadoras.
Para Sabina, de 13 meses, ha sido su primer día y, aunque ha tenido momentos de añoranza, “en general ha ido bien”, ha confesado su madre, Teresa Arroyo. “Le ha tocado una profesora muy buena y creo que van a conectar muy bien, estoy tranquila”, ha confesado a Lanza. Mañana acudirá “otro ratillo”, aunque la madre no cree que vaya a tardar mucho en adaptarse, “porque es una niña muy sociable, a la que le gusta mucho jugar”. La separación no solo ha sido “difícil” para la niña, sino para Teresa, “después de pasar un año con ella de forma permanente”.
Así pues, Judith de los Reyes confiesa que “a veces es mucho más traumático para los papás que para los niños”, y por eso insiste en que “es importante que ellos vengan con seguridad, que no estén nerviosos, porque al final todo se transmite”. Los que tienen que mostrar templanza también son los abuelos, porque en estos tiempos la conciliación implica a todas las familias y muchas veces son ellos los que los llevan a la escuela. “Hay muchas familias que vemos más a los abuelos, que vienen a traer y a recoger a los niños, que a los padres”, señalan.
Conciliación, pero también sociabilización y desarrollo intelectual
Acudir a una Escuela Infantil, destaca la directora, “no solo tiene que ser por necesidad de conciliación”, porque los padres trabajan o porque alguno está inserto en la búsqueda de empleo. “Aquí los niños socializan, se desarrollan intelectualmente y físicamente. Nosotros lo notamos, pero los padres más, y cuando llegan al colegio después de estar en Escuela Infantil los profesores también se lo notan”, añade María Eugenia Ruiz, que advierte que también acuden a clase niños con necesidades especiales.
En este centro, en el que predominan menores de Ciudad Real, pero que también acoge a otros de municipios del entorno como Poblete y Miguelturra, trabajan 13 personas, 2 de ellas educadoras y el resto técnicas de educación infantil. El horario es de 9 a 13.30 horas, con comida incluida, aunque hay aula matinal que abre a las 7.45 y vespertina con siesta hasta las 14.45. Asimismo, el precio del servicio al mes está adaptado a la renta de los progenitores, de manera que va desde los 180 euros hasta la gratuidad total, para familias derivadas de los servicios sociales.
La Junta de Comunidades gestiona 17 escuelas infantiles por toda la provincia, desde Tomelloso, Daimiel y Campo de Criptana, hasta la capital, donde a las 120 plazas de la Escuela Infantil Alfonso X se suman las 40 de El Lirio. Además, existen escuelas impulsadas y gestionadas por los ayuntamientos, que cuentan con subvenciones de la Consejería de Educación, aparte de escuelas como La Flauta Mágica de la Diputación provincial, y de las privadas, que son las más numerosas.