La sección primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha resuelto con una sentencia absolutoria el caso del vecino de La Solana que le prestó 60.000 euros hace nueve años a un amigo, que no le ha devuelto.
El caso, cuya peculiaridad es que había un contrato privado entre ambos (el prestatario se comprometió a devolver la cantidad en un año), además de que el prestador sacó un crédito de 30.000 euros, que sigue pagando, llegó a la Audiencia calificado de estafa por la acusación particular (pedía seis años). En la sentencia la sala sigue el criterio de la fiscalía que no acusó, y sostiene que no hubo engaño, por tanto no hubo estafa.
Conocía sus problemas financieros
El fallo, que se ha notificado este lunes a las partes, incide en que el prestador, M.A.G.C.L., vecino de La Solana, no fue víctima de un engaño porque “dada la sólida amistad” con el acusado, J.A.C.N., de Membrilla, le entregó el dinero voluntariamente, incluso conociendo la delicada situación financiera del amigo.
El tribunal, que juzgó el caso el pasado 13 de noviembre, invita al denunciante a acudir a la vía civil para intentar recuperar el préstamo.
Se conocieron en La Despensa
M.A.G.C.L. y J.A.C.N. eran dependientes de la sección de carnicería de los supermercados La Despensa en el año 2009 (el segundo iba a ser jefe del primero). Congeniaron y entablaron amistad hasta el punto de compartir problemas personales. J.A.C.N., que había fracasado en dos negocios de carnicería en San Martín de la Vega (Madrid), le explicó a su amigo que tenía deudas y no podía comprarse la casa que quería en Membrilla para su familia.
“Lo vi muy necesitado”
M.A.G.C.L., que vivía con sus padres y disponía de unos ahorros, se planteó ayudarle y lo hizo. “Lo vi tan necesitado que le presté el dinero que me pidió”, declaró en el juicio. Pero no solo recurrió a sus ahorros, sino que pidió un préstamo por 30.000 euros convencido de que J.A.C.N. se lo iba a devolver en poco tiempo.
Para tener más garantías firmaron un contrato que fijaba un plazo para la devolución del préstamo de doce meses. Además el que recibía el dinero, J.A.C.N., suscribió un seguro de vida (solo lo pagó un año) por si le pasaba algo.
Nueve años después el denunciante siolo ha recibido unos dos mil euros en pequeños pagos (al principio). Después dejaron de verse y tratarse, hasta que en 2015, harto de largas, el prestatario puso la querella criminal.
El acusado argumentó en el juicio que esperaba saldar sus deudas por las carnicerías de Madrid a través de un tercero al que le entregó los 60.000 euros que le prestó su amigo. Ese tercero le engañó a él, y al final se encontró con más deudas, la de su amigo de La Solana y las de Madrid. Además dice que tiene la nómina embargada y no puede pagar el préstamo, aunque le gustaría.