Los paseos para ver las luces de Navidad, las rutas de belenes y las frenéticas jornadas de compras ocupan la agenda de familias y amigos entre Nochebuena y el Día de Reyes, pero la provincia de Ciudad Real tiene mucho más que ofrecer en estos días. Desde tradiciones arraigadas como el carnaval de Alcázar de San Juan a acontecimientos deportivos como la Carrera del Pavo del 31 de diciembre de la capital, los ciudarrealeños no tendrán tiempo de aburrirse. También hay planes para los amantes de la gastronomía, de los museos y de la naturaleza.
El carnaval navideño de Alcázar de San Juan
Las máscaras toman las calles en vísperas de la Navidad, los peleles cuelgan de los balcones de las casas y los polvorones se riegan con mistela en las comidas populares. Después de varias jornadas de intensa actividad, donde los vecinos han acudido en masa a los desfiles infantiles, a la ‘ciclalgata’ y al desfile de comparsas, este 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, Alcázar de San Juan pondrá el broche de oro a su carnaval con el entierro de la sardina.
Cuentan que el carnaval de Alcázar se celebra en Navidad porque el tercer estado quiso contrariar a los nobles. Lo cierto es que son los únicos carnavales que se celebran estas fechas y que, como destaca el concejal de Festejos, Javier Castellanos, “los llevamos muy dentro de nosotros”, tanto que da igual que baje el termómetro o haga niebla, los vecinos cogen las máscaras año tras año.
Este jueves la jornada comenzará con la celebración del duelo. “Todo el pueblo acude a firmar en un libro de condolencias en la plaza de España y el Ayuntamiento les obsequia con una pasta de Navidad con forma de sardina y un vasito de mistela”, explica Castellanos.
A la hora de comer, ‘los corros de mesa camilla’ se sentarán a comer en torno al brasero de picón, y a partir de las cinco y media saldrá el cortejo fúnebre con los grupos carnavaleros. Culminará en la plaza de toros, donde se incinerarán la treintena de peleles que han colgado de los balcones y la sardina. Después asarán “500 kilos” de pescado para poner el “broche de oro” a la fiesta.
El mejor mazapán viene de Malagón
No hay Navidad sin mazapán y en Ciudad Real el mejor se hornea en Malagón. A veinte kilómetros de la frontera con Toledo, considerada la ‘cuna del mazapán’, la fábrica de Dulymaz y dos o tres empresas más mantienen la tradición de la elaboración artesanal del dulce más típico del mes de diciembre, que adquiere forma de jamón, caracol y pez, y que a veces viene decorado con nueces y avellanas.
Pero los artesanos de Malagón no solo están detrás de la elaboración de las tradicionales figuritas que llenan las estanterías de los supermercados en estas fechas, sino también de los pasteles de gloria con pasta de boniato, empiñonados, marquesitas de almendra y el producto estrella de la Navidad toledana, las anguilas de mazapán, que llevan por dentro yema confitada y por encima pera, cereza, ciruela y albaricoque escarchados. Toda una delicia.
Un plan para las familias: el planetario de Alcoba de los Montes
El Centro Astronómico de Alcoba de los Montes es la gran novedad turística de la provincia dirigida al público familiar. Cuenta con el primer planetario que existe en la provincia y está localizado en uno de los pueblos con “el cielo más limpio de Ciudad Real”, en una de las puertas al Parque Nacional de Cabañeros. Se trata de un domo geodésico con forma de iglú, anexo al antiguo silo, que ha sido rehabilitado.
Mónica Fernández, licenciada en Ciencias Ambientales y responsable de la empresa de divulgación astronómica Las 7 Cabrillas, está detrás de este proyecto. “El centro tiene un perfil muy familiar. A los niños les encanta, sobre todo a aquellos que quieren comprarse un telescopio o están interesados en la astronomía. Y también vienen muchas parejas y grupos de amigos”, explica a este medio.
La entrada incluye una visita guiada por la sala musealizada, donde es posible conocer “desde el origen del universo hasta los hitos más relevantes de la carrera espacial”, y después una película de 360 grados en el planetario, “que es una experiencia inmersiva”. “Parece que se te caen los asteroides a la cabeza”, explica Fernández. La actividad dura una hora y media, y hay pases los sábados a las 11, 12.30 y 16.30 horas, y los domingos a las 11 y 12.30. La reserva es a través de https://astroturismocabaneros.com/.
La tradición más antigua: la Fiesta de las Ánimas de Almedina
Los pasos del viajero sediento de historia antigua acabarán en Almedina, donde cada 28 de diciembre tiene lugar una de las tradiciones más arraigadas de la provincia. Francisco Fernández de Sevilla explica que los orígenes de la Fiesta de las Ánimas se remontan a las “fiestas romanas” ligadas al fin de año, en las que “por un día la plebe nombraba un alcalde, para dirigir la vida social y política del lugar”.
Sin embargo, fue después, en los siglos XIV, XV y XVI, cuando una vez asentado el cristianismo, la fiesta cogió fuerza de la mano de las ordenes militares con un nuevo significado: honrar a los santos difuntos. Es el origen de la Cofradía de las Ánimas, que salía ala calle para recaudar dinero para realizar cultos a los santos inocentes.
Antiguos miembros de la Asociación Juvenil El Zarcillo se encargarán este jueves de perpetuar la tradición. Begoña López explica que el animero mayor, ataviado con unos pantalones negros con flores y una blusa con cascabeles en los picos, se presentará a las 9 de la mañana en el Ayuntamiento para pedir la vara de mando, que utilizará para recaudar donativos.
Hace décadas, los vecinos del pueblo “dejaban la aceituna por unos días” para participar en la fiesta. En la actualidad, todavía donan dinero, botellas de champán o votes de melocotón, mientras que los animeros recorren cada rincón de este pequeño pueblo del Campo de Montiel tocando una campana, llamando a las puertas y voceando ‘Ánimas’ mientras que portan una pequeña imagen de Cristo. La fiesta termina con un baile.
En Nochevieja toca baño en el río Bullaque
Los vecinos del lago Orankesee en Berlín cada año saltan a los telediarios por su chapuzón navideño, pero en Ciudad Real existe un baño en el exterior que también se ha convertido en tradición: el de los vecinos de El Robledo en las aguas del río Bullaque. Fue en 1995 cuando decidieron zambullirse en el afluente del Guadiana para celebrar que volvía a llevar agua después de la sequía que afectó a España entre 1990 y 1995.
Desde entonces y con ánimo reivindicativo, los vecinos de El Robledo despiden la Nochevieja con un multitudinario baño. Siempre hay jóvenes disfrazados, subidos en barcas, otros agarrados a artificios creados por ellos mismos y más de un veterano, como Martina Alonso, que roza los 80 años.
Solo en dos ocasiones han faltado a la cita, en 2020 y 2021 con motivo de la pandemia, pues en 2018 cuando el río apenas llevaba agua se bañaron con cubos en las pequeñas charcas que quedaban en la zona de baño. La defensa del mantenimiento del caudal ecológico del río durante todo el año inspira cada año la actividad, que consigue atraer a personas de toda la provincia.
Entre cavas y espumosos en Manzanares
Más gastronomía. Si hay una bebida que preside cualquier mesa en Pascua es el cava y para conseguir uno de calidad no hay que viajar hasta el Penedés catalán. En Manzanares está Vinícola de Castilla, la primera bodega que hizo un espumoso de elaboración tradicional con segunda fermentación en botella hace ya treinta años. ‘Cantares’ no tiene nada que envidiar a ningún otro con su color dorado, sus burbujas en rosario y su sabor refrescante.
Entre vinos catalanes y franceses, los vinos espumosos de la provincia, entre ellos los del Grupo Montes Norte, se hacen hueco en las cartas de los restaurantes, y en Manzanares también existe un sello que ha triunfado en los últimos años, ‘Poética’ de Bodegas Yuntero. Abierta al enoturismo, la Cooperativa Jesús del perdón ofrece visitas guiadas donde conocer todo el proceso de elaboración del vino, desde la uva a las barricas, y con cata comentada incluida.
La Carrera del Pavo de Ciudad Real celebra el 50 aniversario
Todo no van a ser atracones, cenas y langostinos, sino que el fin de año también es un buen momento para estar en forma, y la capital brinda uno de los acontecimientos deportivos más relevantes del año. Organizada por el Ayuntamiento de Ciudad Real y la Federación de Atletismo de Castilla-La Mancha, la Carrera del Pavo cumple su 50 aniversario el próximo sábado 31 de diciembre.
La estimación es que participarán más de 1.600 personas, 1.700 niños y cerca de 1.000 corredores federados. De hecho, hay inscritos cerca de 300 atletas, entre los que hay caras conocidas en la provincia, como Alicia Berzosa, Gema Arenas, Queralt Criado o Mohamed Massat.
La distancia a recorrer es de 6.900 metros para los corredores absolutos y para los pequeños depende de la edad. Asimismo, como novedad, este año la carrera, que tendrá lugar a partir de las 10.30 horas en el parque de Gasset, está incluida en el calendario de la Federación Española de Atletismo dentro de la categoría nacional 2, un escalón más que la regional. También contará con el doble de premios en metálico.
Tiempo de aceituna en las comarcas montañosas
Para las familias con parcelas de olivos en las comarcas del Valle de Alcudia, Sierra Madrona y Montes Norte, las noches de celebración no son el único momento de reunión, pues el fin de año trae el comienzo de la recogida de la aceituna. Aunque la mecanización del campo avanza, todavía es posible ver a familias, desde el niño al abuelo, con varas de la aceituna, mantas y coches que tiran de carrillos.
Salir al campo en estas zonas brinda al foráneo una buena imagen de las labores tradicionales en el campo manchego. Y para completar la jornada lo mejor que se puede hacer es pasar por alguna cooperativa o almazara, donde además de adquirir las tradicionales garrafas de aceite virgen extra, cada vez son más comunes las botellas gourmets, de arbequina, picual, cornicabra o aceituna ecológica. La cooperativa Santa Catalina de La Solana, Covicar en Almodóvar del Campo o Montes Norte en Malagón cuentan con ellas.
El amor por la literatura en la Casa Museo de Quevedo
La Navidad es una de las mejores épocas del año para reencontrarse con la literatura y los amantes de las letras tienen una parada obligada en la Casa Museo de Quevedo en Torre de Juan Abad. En este caserón del siglo XVII pasó el prolífico poeta del Siglo de Oro siete años, un destierro de la Corte que aprovechó para escribir y recibir “a algunos de los personajes más influyentes de la política y la sociedad de la época”.
En el museo explican que la vinculación de Francisco de Quevedo y Villegas con Torre de Juan Abad se remonta “a los veintidós pleitos” mantenidos con el concejo por el cobro de la deuda contraída por su madre María de Santibáñez, quien el 24 de noviembre de 1598 entregó a la villa la cantidad de 3.084.500 maravedíes. Desde aquí escribió tratados políticos como ‘Política de Dios’ y sátiras como ‘La hora de todos’.
Convertida en centro cultural (abierto los sábados de 11 a 14 y de 17 a 19 horas, y los domingos de 11 a 14), la casa acoge en la parte superior el museo dedicado al literato, donde se exhiben documentos, libros y objetos personales, como un sillón y un tintero de cerámica. La planta baja alberga dos salas de arte dedicadas a exposiciones temporales de pintura, escultura y fotografía, aparte de un gran patio que conserva el pozo original, con brocal de una sola pieza.
De ruta senderista por el Valle de Valtriguero
Y para los amantes del senderismo existe la oportunidad de descubrir uno de los parajes “más recónditos” de la comarca de los Montes con la ruta de Valtriguero en Puebla de Don Rodrigo. En el entorno se alternan valles, cumbres en las sierras, hoces, meandros y saltos de agua.
De 14,6 kilómetros de longitud y dificultad media, la ruta comienza a 6 kilómetros del pueblo, en el kilómetro 224,5 de la carretera N-430 en dirección Badajoz, antes de llegar al pinar de La Peñuela, donde hay un poste que indica PR-CR 22, según informa el portal de turismo de la Junta. El recorrido se adentra en el Valle de Valtriguero y en el Barranco de Las Galalleras plagados de encinas, alcornoques y quejigos.
En Puebla de Don Rodrigo, aparte de contemplar el Estrecho de las Hoces, un hermoso paraje donde el río Guadiana serpentea entre paredes de más de 100 metros de altura, y los bonales, es decir, microhábitats de flora ligados a la aparición de encharcamientos, también se puede visitar el Abedular de Riofrío, una reserva medioambiental de abedules “casi única” en la península ibérica.
