Los cambios económicos y sociales provocan que demandantes de empleo y empresas ofertantes jueguen a veces al ‘ratón y al gato’. Abril cerró en Ciudad Real con 36.630 personas desempleadas (12.013 hombres y 24.617 mujeres), sin embargo, el último informe de Adecco revela que “más de la mitad de los responsables de recursos humanos aseguran tener dificultades para encontrar los profesionales que demandan sus empresas”.
En Andalucía faltan camareros, en Castilla y León demandan mozos de almacén, en el País Vasco necesitan perfiles tecnológicos y en la Comunidad de Madrid no son suficientes las médicas y los enfermeros. Pero es que en toda España escasean informáticos, sanitarios y perfiles técnicos, ligados al desarrollo de la industria y con titulación de Formación Profesional.
Solo hay que darse una vuelta por las ofertas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), para comprobar que en la provincia de Ciudad Real faltan sobre todo profesionales del último tipo, es decir, fontaneros, electricistas, torneros, soldadores y mecánicos. Pero todo no queda ahí pues también son muy comunes las ofertas para camareros, cocineros, repartidores, fisioterapeutas y albañiles.
Soldadura, “el gremio que necesita a más gente”
“No sé cómo hemos llegado hasta aquí, pero lo cierto es que faltan muchos profesionales. El sector no se renueva como debería”, reconoce Javier Chacón, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Siderometalurgia. La soldadura es “el gremio que quizás más gente necesita”, pero también falta en las empresas de fontanería, electricidad, carpintería metálica y climatización.
Al frente de Eléctrica de Puerto Lápice, una empresa con 101 años de trayectoria en el sector energético, Chacón advierte que detrás de esta situación están las deficiencias de la Formación Profesional y la falta de implicación de las empresas en el desarrollo de las leyes educativas. “La culpa la hemos tenido todos: la Administración, el profesorado y los empresarios”, señala, al mismo tiempo que apunta que la formación en los institutos ha quedado “obsoleta” y además está “muy dispersa en el territorio”.
La siderometalurgia y la construcción además consideran que la desaparición de la figura del aprendiz ha sido un lastre. “Antes o estudiabas o te metías como aprendiz de un oficio, con 14 o 15 años, mientras que ahora los chavales llegan muy tarde a la práctica, lo genera desmotivación”, señala el presidente de la siderometalurgia, un sector muy beneficiado por la llegada de fondos europeos Next Generation, relacionados con el autoconsumo con renovables, la aerotermia y los aislamientos.
“Un gran centro del metal” en Alcázar de San Juan
La Asociación de Siderometalurgia ha mantenido contactos con el Gobierno de Castilla-La Mancha para desarrollar un “gran centro del metal” en Alcázar de San Juan, que sirva de “experiencia piloto” para implantar en diferentes comarcas, relacionados con otros nichos profesionales como la transición energética o los coches eléctricos. “Sé que es un asunto complicado”, reconoce Chacón a Lanza, consciente de que en los últimos años se han dado pasos por la descentralización.
La actualización no es fácil, por el alto coste del aparataje, como es el caso de los tornos. Pero, Javier Chacón insiste en que “si queremos buenos talleres, modernos, con inversión, y que los centros específicos de FP sean atractivos, es la única forma de solucionar el problema”. Señala que no solo se trata de atender las necesidades del sector sino de reforzar la economía, pues “las regiones con mayor Producto Interior Bruto (PIB), son las que poseen más profesionales de FP, como Cataluña o País Vasco”.
El presidente de la asociación profesional señala que en estos momentos la formación privada “está supliendo los déficits” de la reglada. Así, personas “con una cierta edad, con hasta 50 años, que se reciclan, obtienen los certificados profesionales y pronto encuentran trabajo”. Él mismo, que en su empresa da trabajo a 9 personas, ha contratado en las últimas semanas a 3, y uno de ellos procede de la formación no reglada.
En este sector, destaca Javier Chacón, “entre el 80 y el 90 por ciento de los estudiantes salen colocados en su zona”, ya sea en Manzanares, Tomelloso, Valdepeñas, Daimiel, Puertollano, Ciudad Real capital o Alcázar, que son las poblaciones que cuentan con grados relacionados con el metal. El salario tampoco es un problema, pues “casi todos los contratos se cierran por encima de convenio”.
Problemas en la construcción, un sector en el que Ciudad Real fue referencia
La construcción es otro de los sectores más afectados por la falta de profesionales, todo pese a que durante el boom Ciudad Real fue una de las tres provincias de España con más ocupados, “con picos de hasta un 20 por ciento”, señala a Lanza Manuel Carmona, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de Ciudad Real (APEC).
La causa que es una: la construcción fue el sector “que más trabajadores expulsó durante la crisis de 2007”, más de 1.300.000 personas en España que se recolocaron en otros sectores. El resultado es que en la actualidad no hay puesto sin vacantes. Los sondeos de la patronal reflejan que la demanda de “albañiles y oficiales, encofradores y operarios de puesta en obra de hormigón, así como carpinteros, montadores de prefabricados estructurales, especialistas en trabajos verticales y operadores de grúas”.
Los que más escasean son los capataces y jefes de obra, según Carmona, una figura históricamente asociada a “personas que entraban jóvenes y que con los años conseguían experiencia para convertirse en una especie de jefe de equipo”. Al igual que ocurrió con el resto, con la crisis muchos jefes de obra “se jubilaron o cambiaron de sector”, y apenas hubo relevo. Después, la falta de obras “no ha permitido coger experiencia” y los jóvenes “se han resistido a coger responsabilidades”.
Frenar el “envejecimiento” en la obra
No es un problema “ni provincial ni regional”, sino de todo el país, insiste Carmona. Y también miran a la Formación Profesional. “En nuestro sector las competencias no se adquieren delante de un ordenador ni con un carné, sino con experiencia”, señala. La Confederación Nacional de la Construcción trabaja en un “nuevo diseño” de la FP Dual, que incorpore “programas más cortos”, y de nuevo hablan del contrato de aprendiz, “una figura que en el pasado funcionó”.
El objetivo es sumar jóvenes. Hay que tener en cuenta que entre 2007 y 2021, la construcción en España perdió 300.000 trabajadores menores de 25 años. Antes de la crisis, los que no habían cumplido los 40 representaban un 60 por ciento, mientras que hoy solo son el 25 del sector. Manuel Carmona reconoce que en la actualidad es un sector “que ha envejecido”, que tiene “poca renovación”.
Existe un “escenario favorable” en la construcción, que en la actualidad da trabajo a 16.000 trabajadores en la provincia, además de 60.000 en la región. Carmona apunta que existe un convenio estable “con salarios y subidas salariales por encima de la media, un calendario y horario fijado por convenio”. Además, existen buenas expectativas por la incorporación de nuevas tecnologías, que tienen que ver con un futuro marcado por la “rehabilitación, la construcción sostenible y la eficiencia energética”.
A la hostelería le va bien y genera nuevos puestos de trabajo
Camareros y cocineros. La hostelería es el tercer sector que más ofertas de trabajo genera en el SEPE, aunque el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Ciudad Real, José Crespo, destaca que la “falta de personas suele ser en momentos puntuales, sobre todo en verano, por eventos como bodas y comuniones” y por la puesta en marcha de terrazas.
Lo cierto es que cada vez la restauración lo tiene más difícil para encontrar “extras”, personas dispuestas a compatibilizar su trabajo habitual con trabajos de sala los fines de semana. Eso sí, nada tiene que ver a lo que ocurre en la costa, en comunidades autónomas como Andalucía o Baleares, “donde algunos locales llegan a cerrar por falta de personal”.
“El sector está funcionando, las plantillas y los locales son estables, y por eso salen puestos de trabajo”, insiste Crespo, propietario de Casa Pepe, que tiene una plantilla fija de 30 personas. En algunos fines de semana de verano, esta cifra se llegará a multiplicar “por dos”. Predominan los “veteranos”, pero en los últimos años han incorporado a bastante gente formada en los institutos y a través de la Formación Profesional Dual.
En este caso, José Crespo considera que la apuesta de la Junta por este tipo de FP ha sido “una buena decisión”, que ha hecho al sector más atractivo. Aparte, está el efecto que han tenido los programas de televisión relacionados con la restauración de vanguardia tipo Masterchef en las cocinas.
Si los bajos salarios y los extensos horarios echaban para atrás la inserción laboral en hostelería, José Crespo destaca que “el sector cada día está más regulado, para que no haya estos excesos”. “Antes había otras costumbres. Sin embargo, hoy se busca el equilibrio, respetar los convenios y los horarios”, señala.
Reconoce que “en momentos puntuales” se extienden las horas, pero “siempre se compensan, primero porque lo dice la ley, y después para ser atractivos”. Está claro que el trabajador tenga “disponibilidad y las cualidades básicas” es muy fácil encontrar trabajo en hostelería.