Miguel Ángel Ruiz, alcalde de Puertollano, ha hecho entrega de la medalla y la insignia acreditativa al nuevo alcalde pedáneo, Alfredo Lendrino, al que ha emplazado “a una relación permanente con nuestro Ayuntamiento y a la colaboración mutua, porque El Villar es también nuestra ciudad y juntos debemos trabajar por tener mejores servicios y comunicaciones y todos seamos vecinos de primera”.
Para esta nueva andadura le ha deseado toda la suerte del mundo y que lleve el cargo con honra, honestidad y orgullo, “solo te pido ante tus vecinos y nuestros invitados que seas un buen servidor público, como corresponde a la tarea que hemos aceptado, y que sepas que para ello cuentas con toda la colaboración y ayuda de este equipo de gobierno”.
Mantener los valores
Por su parte, Alfredo Lendrino se ha dirigido emocionado a autoridades y asistentes para agradecerles su presencia en este acto tan especial para él, “porque para los que me conocéis, no es ningún secrceto el hecho de que siento y llevo a EL Villar, a mi pucblo, en un lugar muy marcado del corazón. Hoy se materializa un paso más hacia donde siempre he sentido que tenía que dirigir mi relación con El Villar; esto es, dar todo lo que estuviese en mi mano para que el pueblo en el que crecí, me eduqué, aprendí y disfruté de mi familia y amigos, mantuviera su espíritu y su esencia viva”.
“En toda esta actividad anterior, siempre he procurado que imperase como principales garantías para el pueblo: el desinterés personal y el beneficio para El Villar. Y así, tomando como brújula estas directrices y lo aprendido durante todos estos años, me embarco en un nuevo compromiso, a sabiendas de que este nuevo reto me va a exigir el máximo en lo personal. Un nuevo reto que asumo con enorme agradecimiento a todos los que habéis confiado en mí para llevarlo a cabo”.
Alfredo Lendrino ha señalado el destino de su trabajo con El Villar dirigido a “volcar todo el esfuerzo para mantener nuestras costumbres. No dejar que se pierda la esencia de un pueblo que celebra con familia y amigos sus diversas fiestas, acogiendo con gratitud a todo aquel que quiera sentirse participe de ellas. Así mismo, mantener el bienestar y cuidado de una aldea que tiene mucho que devolver a sus mayores, y a su vez abrir las oportunidades necesarias para que los más jóvenes encuentren su espacio y mantengan vivo el espíritu del Villar”.