El empresario canario y presidente de la Fundación ‘Inspirando a Líderes Comprometidos’, Ray Cazorla, estrechamente vinculado con Ciudad Real donde vivió dos años y ha vuelto a instalar su residencia hasta mayo, realizó este miércoles la donación de productos alimenticios y de higiene para 24 familias al Banco de Alimentos de Ciudad Real, cuyo presidente, Segundo Alcázar, alertó de la “pandemia de hambre” que puede venir junto a la del coronavirus.
El Banco de Alimentos ciudarrealeño atiende actualmente a 11.000 familias en la provincia, a las que se añaden más de 1.500 de Ciudad Real capital, expuso Alcázar, que elogió la colaboración del “tejido empresarial y las personas de buen corazón” que están realizando sus aportaciones ante la gran demanda de productos alimenticios por parte de familias con escasos recursos económicos.
“La situación a nivel provincial está muy fastidiada. Esto nos ha cogido con el pie cambiado, hay muchas personas que se han quedado en paro y lógicamente han tenido que recurrir al Banco de Alimentos”, señaló Alcázar, que resaltó que se realizó un llamamiento a la colaboración, “un SOS”, los empresarios están ayudando “una barbaridad” y los ciudadanos también han respondido, con lo que “hemos salvado el bache pero si esto no tiene solución, se sigue con la misma tónica en enero y febrero, temo una pandemia de hambre que sería muy mala para todo el mundo”.
Alcázar, que destacó que los carros que se entregan a las familias con necesidades incluyen no sólo productos no perecederos como judías, lentejas y garbanzos, sino también carne, pescado y fruta para favorecer un buen desarrollo de niños y adolescentes, manifestó estar “sumamente agradecido” por su aportación a Ray Cazorla, cuya Fundación ‘Inspirando a Líderes Comprometidos’ fue propuesta para el Premio Nobel de la Paz, el cual precisamente recayó en el Programa Mundial del Banco de Alimentos.
Por su solidaria labor, Alcázar deseó que también le concedan en próximas ediciones esta distinción a la Fundación que preside Cazorla, la cual trabaja desde hace cuatro años para poner a la población hispana en el marco del contexto internacional desde la convicción de que “somos referente” y colabora en la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible, siendo uno de ellos la lucha contra la pobreza y el reto de una alimentación digna para toda la población.
Cazorla, que aseguró que esta aportación de productos para 24 familias es “un gesto inicial” del compromiso a medio y largo plazo de su Fundación con el Banco de Alimentos, al que calificó como “una de las instituciones más transparentes y éticas del mundo”, por lo que estimó como “merecidísima” su distinción con el Premio Nobel de la Paz. A ese respecto, consideró que hay que apoyar al Banco de Alimentos y su donación busca contribuir en la concienciación de la ciudadanía de que hay familias pasando hambre y cada persona puede realizar una valiosa aportación, ya sea con “un litro de leche o un bote de comida”, para que haya alimentos en los hogares de estas 12.000 familias en graves situaciones económicas.
Cazorla destacó los preocupantes datos de las Naciones Unidas que indican que “la población mundial ha vuelto a cifras de pobreza de hace treinta años. Nos enfrentamos a una pobreza mundial de más de 1.800 millones de personas, con 800 millones de personas subsistiendo con apenas tres dólares diarios, lo cual es inconsistente para tener una progresión normal dentro del ámbito de la salud y alimentación diaria”.
Son “escandalosas” las cifras que reflejan que “16.000 niños mueren al día por no tener alimentos y agua saludables”, lo cual “se puede revertir”, pero “nos va a tocar a todos remar en la misma dirección”, de manera que todos estos gestos contribuyen a que la gente se dé cuenta de la gravedad de estos problemas y cómo tras los problemas climáticos han llegado los sanitarios, los económicos y los de “hambruna”.