La novela, que es finalista de los Premios Letrame, se va a presentar el próximo 12 de abril en Tomelloso.
Con poco más de 30 años, Daniel Cuadrado tiene cuatro novelas publicadas, dos del género histórico centradas en la Roma clásica, “Teutoburgo” y “Rex Aquila” y otras dos —“La hija del hielo” y esta última— de género fantástico. Además, Cuadrado colabora con este medio con interesantes artículos y es el jefe de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Tomelloso.
“Sobre la imperante paz de Ethelor, vientos funestos descienden sobre cada rincón del reino. Alanys, la última descendiente viva de los viejos reyes, gobierna con justicia y mesura, siendo querida por todos. Sin embargo, esa época de bienestar y prosperidad amenaza con romperse, Alanys lo presiente. Algo oscuro se acerca al reino a la que vez que crece en su interior, al amparo de las auroras que aparecen en los cielos nocturnos del norte, donde acechan antiguos terrores.”, así es como la editorial nos introduce en una obra que va a enganchar sin ninguna duda a los amantes del género.
Cuadrado confiesa que «la escritura me ha gustado desde que tengo uso de razón». El autor tomellosero, como saben nuestros lectores, inicio sus pasos como autor con la novela histórica. “Teutoburgo” y “Rex Aquila fueron sus incursiones en un género «al que quiero regresar después de esta última». Tras ellas, «me lancé al mundo de la fantasía» y después de cuatro impresionantes novelas «mantengo intacta mi pasión por la escritura».
Ha sido «relativamente rápida» la escritura de “El reino de ceniza”, apunta el escritor «en comparación con “La hija del hielo”», de la que el libro es la continuación. «Se puede leer de manera independiente, pero son los mismos protagonistas y lugares».
Tiene que ver con la salud mental
La obra «tiene mucho que ver mucho con la salud mental, la escribí por eso. Tuve un episodio bastante malo de depresiones y ansiedades». Así, «crear este mundo de fantasía fue como construirme el refugio que necesitaba en ese momento». Todo lo que el autor sentía en su interior «se lo fui poniendo a los personajes de la novela y le iba buscando soluciones a los problemas que ellos tenían, que eran los míos».
Alanys, la protagonista de las dos novelas «viene a verme cada vez que tengo un bache mental. Es mi alter ego… Tengo una relación extraña con ella, aparece cuando estoy mal». Y es que el reino de Ethelor le sirve a Cuadrado para exorcizar sus problemas «los escritores nos dejamos nuestros demonios en las páginas de los libros que creamos».
Tiene ventaja Daniel Cuadrado, apunta, a la hora de crear mundos imaginarios dado que «vengo de la novela histórica y busco mucha inspiración en las civilizaciones antiguas, concretamente en la Roma Clásica, a la que siempre vuelvo». El autor pasa esas civilizaciones arcaicas por el filtro de la fantasía «le añado la magia o los dragones, pero en cuanto a la geografía, por ejemplo, me inspiro en el mundo antiguo».
En las personas más cercanas es donde tiene Daniel Cuadrado a sus críticos más duros y sinceros, «me dicen que como se me ocurre escribir esos “tochos”. Mi familia son los lectores cero y siempre les llama mucha la atención mis ocurrencias, sobre todo en algunas escenas. Es una mezcla de admiración y preocupación».
Finalista de los Premios Letrame
Daniel cuadrado va a presentar “El reino de ceniza” el próximo 12 de abril en la Biblioteca Municipal Francisco García Pavón de Tomelloso. Una novela «que ha sido seleccionada como finalista de los Premios Letrame, que se entregarán el 5 de mayo próximo en los Cines Callao de Madrid». La obra de Cuadrado se encuentra en la mayoría de las webs de venta de libros y en La Librería de Tomelloso «yo también tengo algunos ejemplares y si alguien se pone en contacto conmigo se lo puedo dedicar, incluso».
Cuadrado señala que tiene muchas ideas para una nueva novela, pero que «no tengo tiempo para ponerme a ella, quiero volver a la novela histórica, centrada en la Roma clásica y en algún episodio histórico poco conocido». De momento, no va a continuar con la saga de Alanys, aunque lo descarta del todo.
