En los prolegómenos de la función, J. J. Vaquero ha adelantado que “dado que nuestra vida está relacionada con el vino, es imposible hacer un espectáculo que no tenga nada que ver con él”. Vaquero ha asegurado que van a tratar de que el público “tenga la misma sensación que con ese primer vino que te tomas”.
Por su parte, Emilio Gavira ha dicho que venía con mucha ilusión a Tomelloso a “hablar de la tierra”. El actor alcazareño ha señalado que esta es su cuarta participación un espectáculo “que está yendo muy bien, con los teatros llenos”. Gavira ha estado en Alcázar, Infantes, La Solana y este jueves en Tomelloso. Vaquero es la primera vez que participa en “Humor con vino”. Gavira ha agradecido una iniciativa de la Diputación que, además de contar con monologuistas famosos, cuenta con actores de la tierra.
La diputada provincial, Noelia Serrano, ha puesto en valor el fomento de Fenavin a través de iniciativas como la que ha tenido lugar este jueves en Tomelloso, una ciudad a la que la cultura del vino está intrínsecamente ligada. Para la diputada, mezclar vino y humor es algo muy bueno y más inteligente.
El primero en salir al escenario ha sido Emilio Gavira que ha recordado su carrera artística desde la primera obra que representó que fue un entremés de Cervantes, “La elección de los alcaldes de Daganzo” con diez años.
Durante su monólogo (escrito por otro y que él se ha limitado a interpretar, ha dejado claro) ha bromeado con el vino, por ejemplo, que si se toma uno a las cinco de la mañana “es un tempranillo”. Ha repasado la historia de esa bebida, desde los egipcios, pasado por los romanos y el vino en el cristianismo. Y es que al actor, todo lo que tiene detrás el vino le emociona
Ha contado que nació en Torremolinos y que de niño su familia se trasladó a Alcázar de San Juan, su infancia en La mancha fue maravillosa, ha explicado, señalando que hay poca gente tan leal con la manchega. Ha levantado las carcajadas del público cuando ha dicho que prefiere el espeto manchego (de chorizos) al andaluz (de pescado). En ese punto, Gavira ha enumerado la gastronomía manchega, las migas, las gachas, el queso manchego, el cordero, las tortas de Alcázar y las flores… Da mucho gusto regresar a esta tierra ha dicho. Ha bromeado con su tamaño y las labores del campo “para coger aceitunas parezco un playmobil con un palo, sin embargo, tengo la altura ideal para la vendimia”.
Llegando al final de su actuación, ha leído un poema de Pessoa “El guardador de rebaños”, que ha dicho que le recuerda a esta tierra. Por último ha asegurado que La Mancha da grandes personajes y el actor ha recordado las celebridades de Tomelloso, Antonio López, Francisco García Pavón y Pablo Perona, que ha logrado dos premios Goya. Emilio Gavira ha recibido los aplausos del público cuando ha abandonado el escenario.
El vallisoletano J.J. Vaquero ha interpretado un monólogo descacharrante, sin concesiones que ha hecho que el público no parase de reír durante la hora que ha estado sobre las tablas. Ha comenzado comparando la época actual con los años 90 del siglo pasado, los nombres, los perros, los mandos a distancia o la comida. Él mismo, cambio el vino de La Mancha por las tortitas de arroz, “y he logrado un superpoder, mi caca flota”.
Las obras de la plaza de España no se han librado del humor de Vaquero, ni la idiosincrásica Tomellosera, una ciudad que al teatro municipal le llama “Teatro Municipal”. Sus hijas (una adolescente y otra de ocho años) también han pasado por el monologo del vallisoletano. Hasta los contenedores de la basura han tenido sitio en su actuación en la que el vino ha estado siempre presente.
Los políticos también han cambiado desde aquellos de la Transición, el humorista los ha repasado a todos, describiéndolos sin compasión y con mucho humor. J.J. interactúa con el público y el respetable se parte de risa. Ha habido un momento ciertamente cómico cuando ha preguntado los nombres a varios hombres sentados en la platea y todos eran compuestos.
Ha encontrado en las butacas a dos magos profesionales, de Tomelloso, y uno de ellos, el Mago Jocker ha subido al escenario a hacer un truco. Ha pedido al público que se ría, “la risa es lo único que nos han dejado”. J.J. Vaquero ha terminado su monólogo haciendo un juego de palabras con los apellidos de los famosos. El público ha agradecido el espectáculo con una gran ovación.