Adiós con la cabeza muy alta

El Viña Albali Valdepeñas dijo adiós a la liga y cayó con honor, orgullo y dignidad ante la pegada de un FC Barcelona que de media ocasión sacó un gol. Es lo que tiene el talento y la calidad y, sobre todo, en citas grandes como la vivida en la noche del sábado en el Virgen de la Cabeza.

No hubo nada que reprochar al equipo de David Ramos en una noche mágica donde la afición volvió estar y animar como siempre lo hizo, jaleando a su equipo y llevándolo en volandas por momentos.

Era el cuarto play off consecutivo de un equipo que, desde hace tiempo, puso el listón muy alto. Y la afición, más. Sin perder su seña de identidad, el Viña Albali Valdepeñas puso fin a una temporada de altibajos, de curvas, pero con una participación más en la Copa de España y luchando entre los ocho mejores por el título de liga. Quizá con el tiempo se valoren más las cosas de un club que día a día sigue peleando por mantener un estatus y que ya no es una casualidad codearse con los grandes.

En cuanto al partido, el segundo de la eliminatoria, el equipo vinatero cayó por un ajustado 3-4 después de llegar al asueto con tablas en el marcador, pero un golazo de Catela en la segunda mitad, desniveló la balanza para que el Barcelona accediera a la semifinal.

Inicio eléctrico

El primer tiempo fue eléctico, vertiginoso, para no pestañear. Fue un toma y daca entre dos equipos donde el Viña Albali siempre fue a remolque sin perderle la cara al partido.

En esos detalles a los que siempre se refiere David Ramos, la pegada del Barça fue clave ante un equipo que necesitó una veintena de ocasiones para hacer algún gol. Apenas habían transcurrido cinco minutos cuando el Valdepeñas ya había coleccionado seis ocasiones, pero ni Abbasi, ni Pol Pacheco, ni Lemine ni Boyis fueron capaces de batir a un gran Dídac.

En pleno apogeo y con el 1-0 rondando el marcador, llegó Dyego por la banda izquierda y se sacó un chut mordido al segundo palo. Allí estaba Pito, que pasaba por allí y, sin querer, el balón le dio en el rostro y se metió a la jaula. Era el 0-1. Pero reaccionó pronto y bien el conjunto de David Ramos y en la jugada siguiente, Claudino no falló tras un buen robo y asistencia de Lolo.

Pudo Abbasi hacer el segundo, pero el talón de Dídac tocó lo suficiente el balón para despejarlo a córner. Sin embargo, en la siguiente jugada, llegaba el 1-2 por obra de Antonio tras un buen pase de Pito. Siguió teniéndolas el Viña Albali Valdepeñas, pero no era el día de Abbasi. Hasta dos ocasiones claras tuvo el iraní, pero fue imposible batir a Dídac.

Pasado el ecuador de la primera mitad, Ortíz robó una gran bola para plantarse ante Edu, pero el madrileño la cedió a Sergio Gonzále para poner el 1-3 en el marcador. Pese al marcador, los de Ramos siguieron luchando como leones sin perderle la cara al partido y antes del descanso, Bynho y Claudino ponían el 2-3 y 3-3 respectivamente para tirar abajo la grada del Virgen de la Cabeza.

Sin premio en la superioridad

En el segundo tiempo, el Barcelona salió mucho mejor y Pito comenzó avisando con un trallazo al travesaño. Pero a los tres minutos de la reanudación, Catela montó la diagonal y se sacó un chicharro con la zurda para poner el 3-4 en el marcador y enmudecer el coliseo vinatero.

Dos minutos después, llegó una nueva oportunidad para el Viña Albali con la expulsión de Dídac, pero en la superioridad no fue capaz de, al menos, igualar la contienda. Hasta cuatro intentos tuvo Pol Pacheco con varios disparos, pero Miquel Feixas demostró que hay portero para rato.

También tuvo el quinto el Barça por medio de Adolfo, pero Edu brilló en varias ocasiones. Sin embargo, la recta final fue un quiero y no puedo con ocasiones de todos los colores, pero ni Ivi, ni Nano, ni Pol, ni Bynho ni el propio Rafael Rato, con una clarísima ocasión a unos segundos del final, fueron capaces de igualar la contienda.

Ferrao, a tres segundos del final, dispuso de un lanzamiento desde los diez metros, pero Edu despejó con la rodilla.

Al final, victoria para el FC Barcelona ante un Viña Albali Valdepeñas que se entregó hasta la extenuación sin suerte alguna. Desde ya, el club que preside Luis Palencia, se pondrá manos a la obra para seguir perfilando el próximo proyecto.