La Fundación Prolibertas ha emitido un comunicado sobre el hecho de que el asesino en serie de Castellón, Joaquín Ferrándiz, que acabó con la vida de cinco mujeres en Castellón entre 1995 y 1996 estrangulándolas tras agredirlas sexualmente, y que está recluido en Herrera de La Mancha, haya pasado dos de sus permisos en Valdepeñas, tutelado por la comunidad trinitaria. El comunicado hace referencia a que “aparecen en prensa algunas noticias referentes a un interno del Centro Penitencial de Herrera de La Mancha que ha tenido un permiso penitenciario de cuatro días en nuestro recurso de Valdepeñas. Queremos aclarar que desde el pasado viernes esta persona se encuentra en el centro penitenciario y no está previsto que vuelva a tener ningún permiso en nuestro recurso”.
También apunta que “respetamos el dolor e incluso la indignación que es estas informaciones pudieran producir en las personas cercanas a las víctimas. Sus pérdidas son irreparables y como sociedad debemos acompañarlas y arroparlas en todo momento”.
Asimismo indica que “este respeto no es incompatible con nuestro firme posicionamiento a favor de la reinserción social de las personas privadas de libertad, en la línea marcada en la Constitución Española. El artículo 25 de la Constitución Española en su punto 2 establece que “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y la reinserción social (..)”. En este sentido, Prolibertas impulsa y desarrolla programas con este objetivo en colaboración con 16 centros penitenciarios de España, entre ellos el Centro penitenciario de Herrera de La Mancha. Una de las acciones contempladas en estos programas es la posibilidad de acoger permisos penitenciarios. Los permisos penitenciarios son un instrumento recogido en el tratamiento de los centros penitenciarios y son refrendados por el juez de vigilancia penitenciaria. En nuestro caso, colaboramos con las prisiones para poder llevar a término permisos de personas que no cuentan con una red de apoyo familiar o social favorable y en las condiciones que se marcan desde vigilancia penitenciaria”.
Añade que estos permisos se realizan de forma tutelada y con un acompañamiento técnico orientado a la reeducación y la reinserción social. “Son una oportunidad de confrontar con la realidad de la sociedad, el esfuerzo por la propia reinserción de la persona privada de libertad y el trabajo de los equipos de tratamiento de los centros penitenciarios y las entidades sociales colaboradoras”.
Por último, la Fundación Prolibertas declara que “somos conscientes de lo complicado de estas situaciones y rechazamos el uso que se hace de ellas por muy diferentes motivos. La reinserción social es la base de nuestro sistema penitenciario y como sociedad no podemos darle la espalda”.