En esta jornada de Lunes Santo, la Hermandad de Misericordia y Palma, de Valdepeñas, ha querido compartir con todos sus hermanos y demás fieles de sus sagrados titulares y el pueblo católico de la ciudad, la exposición pública del retablo realizado para la próxima reposición al culto de María Santísima de la Palma, Reina de los Mártires, en la Iglesia del Santísimo Cristo de la Misericordia, un templo que será reabierto al culto en una fecha aún por determinar tras las labores de restauración del mismo iniciadas en el año 2011.
Este proyecto de retablo fue aprobado por la Junta General Extraordinaria convocada a tal fin el día 8 de noviembre de 2019. Desde esa fecha, la Junta de Gobierno ha venido realizando las distintas gestiones para ejecutar este proyecto que, por su premura de tiempo, ha ido sufriendo modificaciones para enriquecerlo y mejorar la terminación del mismo.
El proyecto quedó concluido el 30 de enero, siendo instalado posteriormente cuando así fue autorizado por el Párroco.
Descripción artística del retablo
El retablo ha sido realizado por distintos artistas tallistas, carpinteros, orfebres y artesanos. La dirección artística ha correspondido al tallista cordobés, José Carlos Rubio Valverde, quien ya realizó el proyecto de restauración y reestructuración del paso procesional del Stmo. Cristo de la Misericordia, contando con la colaboración de artesanos de Sevilla, Horche y S. Fernando de Henares.
De la gubia de José Carlos Rubio Valverde ha salido la realización del escudo de la Hermandad que corona este retablo realizado en madera de pino de flandes, estucado, policromado y dorado, así como la confección del fondo-dosel en madera marmolizada a dos colores (mármol alicantino o cabra y verde agua) separados por una moldura interior y que se enriquece con una moldura exterior de ovas tallada en madera de pino de flandes y dorada en oro metal. También es obra suya la peana realizada en madera de pino de flandes, bicolor en los mismos tonos que el fondo, con cartel central formada por dos palmas cruzadas (símbolo de los mártires en la Iglesia Católica) y un jarrón central con azucenas (símbolo de la virginidad de la Stma. Virgen María). La peana se remata con dos chorreras ornamentales en las esquinas doradas en oro metal. Culmina su trabajo el artista cordobés con la cartela central que corona el arco de medio punto del fondo-dosel realizado en madera, estucado, policromado y dorado con la inscripción AB A.D. 1725 (fecha que indica la hechura de la Stma. Virgen, la dolorosa más antigua de la ciudad).
El retablo cuenta con una sobrepeana realizada por la Orfebrería Hnos. Fernández, de Sevilla, autores del proyecto de orfebrería del paso de palio de María Stma. de la Palma, Reina de los Mártires. La sobrepeana tiene una planta octogonal, ha sido realizada en metal cincelado a mano y plateado y es rematada por un corazón atravesado por una espada (recordando la profecía de Simeón a la Stma. Virgen en la presentación del niño Jesús en el templo: “Y una espada te traspasará el alma” (Lc 2, 34-35)).
El retablo, además, cuenta con una serie de elementos ornamentales. En primer lugar, dos ángeles querubines realizados en madera, estucados y policromados que sustentan el escudo de la Hermandad en la parte superior del retablo. Además, aparecen otros dos arcángeles lampadarios realizados en madera, estucados, policromados y dorados. Estas cuatro piezas han sido realizadas por Arte Martínez en Horche (Guadalajara).
No aparecen aún en el retablo dos lámparas votivas que sustentarán los dos arcángeles y que han sido realizadas por el artesano del metal Severino Llamazares, de San Fernando de Henares (Madrid). Están realizadas en metal plateado y enriquecidas con unas borlas en los extremos de ambas lámparas votivas.
El conjunto artístico cuenta con una aportación realizada por la Parroquia, artísticamente ajena al proyecto realizado por la Hermandad, en la que aparece un óvalo con la inscripción: “Regina Martyrum”, en referencia a una de las letanías del Rosario y que acoge la advocación de la Stma. Virgen que preside este retablo del templo. Este mismo óvalo aparece de forma similar en el otro retablo que acogerá la imagen de la Stma. Virgen de la otra Hermandad de la Parroquia.
El coste de este proyecto ha venido a través de una financiación mixta entre los recursos propios de la corporación y una gran colaboración de los hermanos a través de una cuota voluntaria extraordinaria aprobada por la Junta General, alcanzándose una recaudación económica muy considerable a base de los donativos voluntarios de los hermanos.
Aún así, no se ha cubierto el 100 % del importe del retablo, por lo que será necesario llevar a cabo otras iniciativas para recaudar el importe económico aún necesario para cubrir el total de este retablo que los hermanos de la Hermandad van a ofrecer a la Santísima Virgen con motivo de su reposición al culto en la Iglesia del Stmo. Cristo de la Misericordia.
La Hermandad agradece el gran trabajo desempeñado por todos los profesionales que han participado en este proyecto, de los que se ha tenido una gran comprensión y profesionalidad para cumplir con los plazos estipulados. Y un agradecimiento al conjunto de los hermanos que, desde la más absoluta libertad y voluntariedad, han aportado su donativo para hacer posible este proyecto de retablo para la Santísima Virgen.
Libro-memoria de donantes del retablo
A todos los hermanos que han contribuido con su donativo se les hará entrega de un recuerdo como donantes del mismo.
En el interior del retablo, cuando ya sea presidido por la Santísima Virgen, se introducirá el libro-memoria con el nombre de los hermanos que contribuyeron con su donativo a la ejecución del mismo, para que quede memoria de ello a las generaciones futuras.
Este retablo culmina un acontecimiento histórico y un momento muy importante en la historia reciente de la corporación, pues, tras 50 años fuera de su templo, la imagen de María Stma. de la Palma, Reina de los Mártires, volverá a recibir el culto de los fieles en la iglesia del Stmo. Cristo de la Misericordia donde, desde 1725, se le veneró continuamente. “Un amor que ha perdurado hasta nuestros días y que tenemos la responsabilidad de cuidar y fomentar para las generaciones futuras que formen parte de la corporación penitencial y del conjunto del pueblo católico de Valdepeñas”.
