La llegada del coronavirus ha dado un gran protagonismo a la venta ambulante de productos de primera necesidad. Sobre todo en los pueblos más aislados, donde la crisis sanitaria ha reforzado este comercio a domicilio por derecho propio.
Más allá del negocio, los vendedores han creado redes de ventas, incluso a cientos de kilómetros, donde los clientes, fieles a su cita, esperan la llegada puntual de fruteros o pescaderos. Son contactos puntuales pero muy sensibles a las ausencias.
Ejemplo de ello es el caso del soriano de Baraona Ángel García Casado. Jubilado de Telefónica, pasa largas temporadas en esa localidad, junto a su mujer y otros familiares. En el pequeño núcleo no hay tiendas y apenas servicios, y hasta la iglesia se acaba de cerrar momentáneamente porque el sacerdote se ha puesto enfermo.
García y su mujer son algunos de los vecinos que se acercan cada lunes por la tarde a comprar frutas y verduras a José Miguel Camacho, propietario de Frutas ‘El Chato’, de Bolaños de Calatrava, localidad ahora confinada y en situación de fase cero por los numerosos contagios de Covid-19.
La conexión entre estos dos puntos, a más de 350 kilómetros, se ha visto interrumpida por los efectos de la enfermedad, y los vecinos de esta comarca soriana y los del norte de Guadalajara lamentan el cese puntual del servicio.
“Esperamos que vuelva”, señala García Casado en declaraciones a este digital. Explica que desde que fue decretado el estado de alarma “empezaron a venir tres o cuatro vendedores ambulantes desde Bolaños”, como El Chato que previamente pasa por otras localidades alcarreñas como Jadraque y Cogolludo.
La empresa bolañega es suministradora de frutas, y también de aceite y vino de la comarca calatrava, un servicio muy valorado por clientes como García, que habló de la situación en un blog digital.
“Nos viene muy bien y tiene mucho mercado aquí”, asegura. Por ello, asegura que “lo hemos sentido mucho” cuando “nos comunicaron que no vendrían”.
En sus comentarios, García lamenta “el olvido” de esa comarca por parte de las autoridades sorianas, que ha obligado a que sus habitantes demanden más los servicios y productos de Castilla-La Mancha. “De Soria solo nos llega el pan”, mientras que en el campo de medios y comunicaciones “vemos y escuchamos CMM radio y televisión”.
Al estar al límite con la provincia de Guadalajara, “tenemos estrechas relaciones familiares, comerciales y de buena vecindad”. “Guadalajara es la única capital de provincia, agrega, a la que podemos ir y venir el mismo día en transporte público y es nuestro camino para desplazarnos a Madrid. Si fuéramos a Soria, aunque está a menor distancia, tendríamos que hacer noche hospedados allí”.
También les sirven congelados desde Madrid y Burgos, pero las frutas de calidad del bolañego son referentes.
Casi 15 años llevando fruta a los pueblos
José Miguel Camacho es el titular de la empresa familiar frutas ‘El Chato’ y tiene gran experiencia en el comercio ambulante. Lleva unos 15 años vendiendo su género a lo largo de la semana en la soriana comarca de Almazán y en el campo de la Serranía de Guadalajara.
En concreto, a Baraona acude los lunes por las tardes, este último, 7 de septiembre, en blanco por el coronavirus. Nada más conocer el estado de confinamiento en Bolaños de Calatrava, explica, decidió costearse una prueba PCR para poder seguir con su actividad. Aunque estuviera en Medinaceli, donde vive de lunes a viernes.
Ha salido negativa y por ello, asegura el vendedor, el próximo 14 de septiembre volverá, junto a sus empleados, puntual a Baraona, al igual que a Hiendelaencina, y otros días a Atienza o Medinaceli.
Frutas ‘El Chato’ distribuye frutas y verduras, algunas de las cuales produce, como melones o cebollas. Transporta los alimentos en un camión y dispone de otros vehículos para reponer la mercancía.
De su trajín semanal en las tierras más frías del interior de España, Camacho destaca la relación “de confianza” con los vecinos. “Nos conocemos todos”, apunta, y destaca que “a veces algunas vecinas le cogen la lista a otras que están de médicos o fuera, y me lo pagan otro día”.