Los ornitólogos, que participan en la cuarta edición del Testing de Biodiversidad en el Parque Nacional de Cabañeros que anualmente organiza la Asociación Biodiversidad Virtual, pudieron observar este ejemplar adulto, que curiosamente este año parece no haber emprendido el viaje de vuelta a su país de origen.
El avistamiento tuvo lugar en la raña, según han explicado los ornitólogos Francisco Zamora Soria y Alejandro del Moral, quienes han dicho que “se trata de una cita nada habitual dados los hábitos migratorios de esta especie y lo avanzado del año”.
Ambos han recordado que la grulla común llega a estos territorios normalmente en los meses de octubre y noviembre y los abandona a finales de febrero y primeros de marzo, dependiendo de factores como la climatología o la disponibilidad de alimento.
La grulla común localizada en el Parque Nacional de Cabañeros, ha detallado Zamora, “se encontraba en un herbazal ya casi agostado, con ejemplares de quejigos, encinas y alcornoques, donde se estaba alimentando”.
A simple vista, ha dicho, “presentaba un buen aspecto, con el plumaje sin signos de deterioro y sin anillar”, aunque, ha apuntado, “es posible que tenga alguna dificultad para volar”.
La temporada 2018-2019 ha sido bastante buena en cuanto a la invernada de grullas comunes en el área de invernada del Parque Nacional de Cabañeros, donde se han llegado a censar unos 4.000 ejemplares.
El pasado año, ha señalado, se pudo observar una grulla que llegó a Cabañeros de Estonia y que había sido anillada en 2010 a más de cuatro mil kilómetros de distancia.
Las grullas invernantes en Cabañeros proceden de lugares tan distantes como Alemania o Suecia.
