Ecologistas en Acción destaca en el Día Mundial de los Humedales la importancia ecológica de estos ecosistemas y considera vital y urgente su catalogación y protección. Según la ONG, los humedales desempeñan un papel crucial en la biodiversidad, la mitigación y adaptación a la emergencia climática, el bienestar humano y la disponibilidad de agua dulce.
Lamentablemente, muchos humedales en Castilla-La Mancha han experimentado una “significativa degradación” en las últimas décadas debido a cambios en el uso del suelo y la contaminación química de las aguas subterráneas, principalmente por la agricultura y ganadería intensiva, aseguran desde Ecologistas en acción.
Humedales emblemáticos como las Tablas de Daimiel enfrentan la “amenaza inminente de desaparición”. En consonancia con la próxima aprobación del Reglamento europeo sobre la Restauración de la Naturaleza, Ecologistas en Acción “exige la recuperación de las zonas húmedas degradadas”.
El grupo ecologista identifica la “sobreexplotación de los acuíferos” como la principal causa de la desaparición de los humedales. La transformación de secano a regadío, la implantación de cultivos de leñosos en regadío, la extracción ilegal de agua y la contaminación química originada por la ganadería y la agricultura industrial contribuyen significativamente a esta problemática.
El caso de las Tablas de Daimiel es “paradigmático”, con una disminución de más de 12 metros en el nivel freático y apenas un 5% de la zona encharcable debido a la proliferación de campos agrícolas en regadío, alcanzando las 51,500 hectáreas.
A nivel nacional, el Inventario Español del Zonas Húmedas (IEZH) registra 223 humedales en la región, pero solo el 12.9% ofrece “la calidad del hábitat necesaria para las poblaciones de aves”, y cerca de la mitad se encuentran en mal estado o han desaparecido. Sin embargo, se insta a interpretar estos datos con precaución debido a la falta de actualización y la ausencia de información de algunas comunidades autónomas.
El grupo ecologista propone medidas concretas, entre ellas la elaboración de un Listado Nacional de Zonas Húmedas Susceptibles de Recuperación y la priorización en el futuro Plan Nacional de Restauración. Además, insta a la actualización inmediata del Inventario Nacional de Zonas Húmedas, la derogación del artículo 111.6 de la Ley de Aguas que contempla la posibilidad de desecar humedales, y la realización de deslindes en humedales afectados por la intervención humana.
También aboga por programas ambiciosos para reducir los impactos de la agricultura y ganadería intensiva en las áreas circundantes de los humedales, con el objetivo de prevenir su contaminación y la necesidad de restauración.