Así lo han destacado en la rueda de prensa de balance del programa el consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo; y el director técnico de la empresa Fomento y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha (Fomecam), Rodrigo Julián Fuentes, empresa responsable de materializar el proyecto, quienes han estado acompañados por el coordinador del proyecto Juan Francisco Ruiz y el director general de Política Forestal y Espacios Naturales, Rafael Cubero.
Rodrigo Julián Fuentes ha querido reseñar que el porcentaje de fallecimientos es “muy bajo” sobre el número de ejemplares introducidos y sus crías y que las bajas contadas hasta ahora eran las “previstas”. Respecto al número de muertes por atropello, se está trabajando en la mejora de la CM-420 a la altura de Mazarambroz, ampliando los cerramientos de la carretera para dirigir a los linces a los pasos subterráneos que existen y en 2018, con financiación Feder, se trabajará en la CR-50, en Viso del Marqués, donde también ha habido atropellos.
Pese a esos datos, el consejero ha resaltado que durante los años 2016 y 2017 ha habido camadas y han nacido 49 cachorros en estado salvaje, 30 de ellos este mismo ejercicio, lo que resuelve que los datos han sido “excelentes”, teniendo en cuenta, además, que hay siete hembras territoriales asentadas en los Montes de Toledo y cinco en la zona de Sierra Morena, y siendo el objetivo del proyecto “consolidar” esa presencia de hembras en cada uno de los dos territorios.
Corredores ecológicos entre zonas
En este momento, el proyecto Life+Iberlince –que de 2014 a 2017 ha supuesto una inversión de 2,5 millones de euros– se ha prorrogado hasta mitad de 2018 y a partir de ahí se está trabajando con la Junta de Andalucía para iniciar otro proyecto que permita “crear corredores ecológicos entre zonas con presencia estable de lince” con el fin de consolidar la seguridad de los animales cuando se trasladan de una zona a otra y asegurar la variabilidad genética de la especie. Este proyecto conllevará la creación de núcleos “secundarios” y requerirá, según Martínez Arroyo, un estudio “muy pormenorizado”.
El proyecto Life+Iberlince se desarrolla en Andalucía, Extremadura y Portugal, además de en Castilla-La Mancha, donde gracias a la colaboración público-privada, los animales se han introducido en 34 fincas privadas –20 en Sierra Morena y 14 en los Montes de Toledo– con una superficie de 49.000 hectáreas, en la que abunda el conejo de monte, una especie necesaria para la supervivencia del lince ibérico.
En este sentido, Fomecam, como ha detallado su director técnico, busca lugares no solo con alta densidad de conejos, sino también donde exista una baja incidencia de carreteras y otras amenazas. Además de realizar estudios previos del territorio y analizar esas zonas de introducción, la empresa ejecuta obras en fincas con las que hay convenios –por ejemplo, para mejorar los accesos a acequias o pozos–, y se encarga de realizar labores de divulgación cinegética y educación ambiental, con charlas a escolares en aquellas localidades cercanas a las zonas de introducción del lince.
