“Me enorgullece poner voz a la gente de los montes, olvidada y silenciada, que tanto dio y pasó desapercibida”. Rafael Cabanillas resume con este compromiso la esencia de ‘Valhondo’, su tercera y exitosa novela que cierra la trilogía ‘En la raya del infinito’, junto a ‘Quercus’ y ‘Enjambre’, todas ambientadas en las duras tierras de las estribaciones de los Montes de Toledo.
Y para hacer literatura las historias de los personajes del imaginario rural de la España más honda, el escritor toledano se ha radiografiado en carne propia. Así lo ha dicho a los medios minutos esta tarde antes de presentar el nuevo título en un abarrotado Convento de la Merced, acompañado por la periodista de lanzadigital Laura Espinar y el exconsejero de Salud y poeta Fernando Lamata.
“Me he desnudado, he hecho un desnudo integral” para satisfacer la curiosidad de quien lo lea y “pueda mirar por el ojo de una cerradura lo que ocurre en mi vida, que es la vida de un maestro rural”, ha explicado.
La acción de la nueva novela, la “más tierna”, según la crítica, también se desarrolla en ‘el territorio Quercus’, cerca del Parque Nacional de Cabañeros, actualmente conformado en ruta turística por sus fieles lectores, a donde llega un joven profesor de 20 años llamado Rafael.
El maestro recala en una aldea errante y se hace cargo de una escuela unitaria para atender la educación de una veintena de alumnos de distintos niveles y edades. Poco a poco, su casa, con dotación de agua corriente, se convierte en el centro de vida de la población, tanto por la vida académica de los niños, “y por la inocencia y candidez” que representan, como por el ambiente brumoso y la complejidad de caracteres que describe con una complicidad personal porque “uno escribe de su propia vida y es como abrirte el pecho y poner el corazón encima de la mesa”.
Este pellizco emocional es la clave del éxito literario de Cabanillas entre miles de personas que han seguido las historias de los personajes de ‘Quercus’, de la que está a punto de salir la séptima edición y ha llegado a los mercados de México y Colombia, y ‘Enjambre’, con un año en la calle y ya en la tercera edición.
Realismo mágico
Todas conservan el espíritu del realismo mágico que de forma conmovedora plasmaron algunos de los más insignes nombres de las letras hispanoamericanas, como Juan Rulfo o García Márquez, a los que Cabanillas admira e “intenta imitar”.
En su caso, convierte lo irreal o extraño en la cotidianeidad de los pueblos de la sierra, como una seria llamada de atención a la España despoblada. “Intento reproducir ese mundo concreto del ‘Valle hondo (Valhondo’) envuelto en una especie de niebla que te lleva a un mundo desconocido y mágico”.
Y son estos elementos fantásticos percibidos por los personajes los que han atrapado a los seguidores incondicionales de Cabanillas, que son su “gran premio”. Tal y como ha ocurrido en la presentación de hoy, con decenas de personas esperando una rúbrica para atesorarse un saludo a boli suyo o para destino de familiares relacionados con la enseñanza.
“Me cuentan anécdotas y emociones que han sentido en el libro como si fueran ellos los propios escritores”, ha celebrado “muy satisfecho” el escritor.
Como creador, Cabanillas también está atrapado en este mundo mágico, el espacio de sus ancestros y el ascendente literario que está marcando la nueva línea argumental de su nuevo trabajo, una atmósfera que domina con destreza de los títulos más vendidos, según su mecenas, Antonio Basanta Reyes, y que se convierte en reivindicación ante las medidas poco eficientes a la hora de paliar el vaciado demográfico en los ámbitos rurales.
Lectura de cartas
La presentación ha estado jalonada por la lectura por parte de la actriz Dolores González Mohíno de las cartas que tres lectoras, María Ángeles Avis Alvarado, de Pamplona, Carmen Blesa Manzanero, de San Pablo de los Montes, y María Dolores Fernández Díaz, de Getafe, escribieron a Rafael tras leer ‘Quercus’ y ‘Enjambre’, y que forman parte de las 400 que ha recibido. Algunas están en el epílogo de ‘Valhondo’.
Elemento transformador
En el acto, Laura Espinar, ha hablado del elemento transformador de la escuela en la novela, “luz encendida para esas mentes que querían aprender”, y del papel del maestro como herramienta de acción para la justicia en una comunidad “profundamente marcada por desigualdades sociales, territoriales, culturales y educativas”.
“La literatura de Cabanillas avanza en la línea literaria que partió de Saramago en Portugal con ‘Levantado del suelo’ y siguió con Delibes en Extremadura y ‘Los santos inocentes'”, ha concluido.
Por su parte, Fernando Lamata, como buen conocedor de la literatura de Cabanillas, ha repasado el universo literario de Cabanillas ha hablado de ‘Valhondo’ y de toda la trilogía.