Previene Yllana en el dossier de prensa que Maestrissimo es un espectáculo “allegro e molto vivace” una circunstancia que queda más que demostrada durante la hora y media del montaje. Maestrissimo es un espectáculo fundamentalmente musical, pero absolutamente desenfadado, algo gamberro y muy divertido. La función está en la misma línea que Paganini, otro espectáculo que Yllana representó en Tomelloso con Ara Malikian, pero con entidad propia. En Maestrissimo está muy cuidada la puesta en escena; con unos divertidísimos personajes, aborda temas como la ética, la creación, la originalidad y el valor del arte en la sociedad, al mismo tiempo que repasa momentos cumbre de la música.
El público se divierte de lo lindo durante los 90 minutos de la función. Ya se sabe que el respetable es el “jugador número doce” de Yllana colabora con la función, aplaude, canta, ríe, gesticula, siendo una parte importante del espectáculo. Y, ¡cómo no!, dos personas de la platea acabaron en el escenario actuando (tocando unas campanillas en esta ocasión) y siendo aplaudidos por sus paisanos.
El argumento de la obra trata de un cuarteto de cuerdas en un período indeterminado entre los siglos XVII y XVIII. Uno de sus componentes, un músico segundón con mucho talento y desparpajo que aspira a obtener el título de “Maestrissimo” y progresar el escalafón, pero no sin dificultades. El grupo de extraordinarios músicos lo componen los geniales Eduardo Ortega, Jorge Fournadjiev, Isaac Pulet y Jorge Guillén “Strad”.
La locura (y el virtuosismo de los cuatro intérpretes) se desata con la primera nota de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi. Sin darnos tregua, nos llevan por la música de Bach, Sarasate, Paganini, Mozart, los más famosos politonos de los teléfonos, Roxanne de Police o “Bachsterday”, donde mezclan a los Beatles con la música del genio alemán y es uno de los momentos más emotivos de la función. También tiene sitio en “Maestrissimo”, la música de Beethoven, de Albéniz o de Led Zeppelín y, por supuesto, “La lista de Schindler” de John Williams. Estos cuatro virtuosos son capaces de hacernos deshojar nuestras emociones con su maestría. Pero es que, además de interpretar música, el cuarteto actúa, se mueve, salta, gesticula, baila, interactúa con el público, actúa, en definitiva, y lo hace muy bien.
En definitiva, “Maestrísimo” es un espectáculo divertido, con encanto, muy interesante para descubrir la música clásica. El público premió a Yllana con una gran ovación.