“El atrevimiento de los bombardinos”, el libro de Francisco Navarro que editó la Biblioteca de Autores Manchegos, vio la luz hace nueve años. Entonces cautivó a los lectores una obra que, con buena pluma, una fina ironía y altas dosis de imaginación, contaba las situaciones surrealistas que ocurren en un bar imaginario de Tomelloso. Historias protagonizadas por personajes manchegos muy particulares: poetas, músicos, jugadores de brisca , filósofos rurales, pintores fracasados, gañanes, hojalateros, comerciantes y también periodistas que divierten y enganchan al lector de principio a fin.
Y lo que tanto lució en aquel sorprendente libro, Pan Pa´Hoy lo ha llevado con éxito a las tablas este Miércoles Santo en un Marcelo Grande con tres cuartos largos de entrada. Las historias y los, a veces, atrabiliarios personajes han ido llenando de risas la platea y, sin duda, han realizado un buen trabajo los diez actores que intervienen: Sergio Ruiz, Alba Parra, María Alcolea, Iván Moya, Luis González, Hilario Martínez, Paula Moreno y María Reyes . Todo ello con el aderezo de la guitarra y el humor de Jesús Martínez “El cuqui”; de ese talento innato de la directora Carmen Pitu que actúa en el último pasaje y del propio autor de la obra que, al más puro estilo Hitchcock, ha aparecido al final junto a su inseparable sobrino Jesús.
La obra, de una hora justa de duración, atrapa al espectador por su ritmo, esa curiosa mezcla de lo trascendente y lo mundano y como socializan los tipos humanos más dispares. El respetable agradece esos tintes de tomelloserismo que aparecen ya sea por personajes como Cañarraca, Triguero, El Varal, las terreras o Luis Quirós; por el humor lugareño que tantas veces asoma y el lenguaje. El peso de la obra lo llevan los dos camareros del imaginario bar donde transcurre la acción, Sergio Ruiz, el veterano y Alba Parra, una joven recién contratada. Vienen a ser los espectadores privilegiados de este pequeño universo de personajes y situaciones. Ambos miran el devenir de la vida con algo de perspectiva y sacan interesantes conclusiones sobre la naturaleza humana.
Muchos actores doblan personajes, lo cual siempre es de un mérito indudable, y en este sentido Luis González borda los dos suyos, el de Martínez y Servando. También tiene doble papel Hilario Martínez, joven polifacético al que nada se le resiste y el resto de actores mantienen el dignísimo nivel de la puesta en escena. El gran aplauso final del público premió un trabajo que, nunca hay que olvidarlo, es de actores aficionados que tienen que realizar enormes sacrificios para ir perfilando la representación en unos ensayos que se prolongan hasta altas horas.
Día Mundial del Teatro
El atrevimiento de los bombardinos fue un estupendo regalo en el Día Mundial del Teatro que se celebra este 27 de marzo. Antes de la representación, la concejala de Cultura, Inés Losa, dio lectura al texto del escritor y dramaturgo noruego, Jon Fosse, elegido para elaborar el mensaje de este año. En una bella reflexión sobre el arte “se trata, -asegura-, de tomar lo completamente único, lo totalmente específico y hacerlo universal. La guerra y el arte son opuestos, así como la guerra y la paz son opuestas – es así de simple. El arte es la paz”.
Para el autor, “el arte, el buen arte, consigue a su manera y de forma fabulosa reunir lo absolutamente único con lo universal. Nos permite entender la diferencia entre lo extraño y lo universal”. Con tan poco, no se puede decir tanto.
