Buena parte del BM Caserío se dio cita en el concesionario Toyota de Ciudad Real para hacer dos presentaciones. La primera, la del acuerdo formal con Marianistas. La segunda, la de Fernando Mohíno, “una petición expresa de Santi Urdiales”, como explicó el presidente amarillo, Antonio Caba.
Víctor Gómez de Haro fue el encargado de dar publicidad, junto a Antonio Caba, de “un acuerdo natural, solo hay que ver la plantilla que dirige Urdiales”. El trabajo conjunto que se ha venido desarrollando desde el nacimiento del Caserío continúa, pero el filial amarillo deja sitio a un equipo sénior del Marianistas, con el que habrá un acuerdo de filialidad. “Las modificaciones que se aprobaron en la Asamblea, aconsejan formalizar el acuerdo”, asegura De Haro, que aclara que “no es por separar ambas identidades, sino más bien se trata de atraer. Con la identidad marianistas, generamos unión con el colegio y la idea de continuidad”. En cuanto al entrenador, Gómez de Haro afirma que “está casi cerrado, pero vamos a esperar para confirmarlo”. Algo similar pasa con la plantilla, aunque está pendiente de “lo que decida Urdiales, porque habrá jugadores que doblen partidos y entrenamientos”.
La segunda de las presentaciones del día fue la de Fernando Mohíno, que “cambia de acera”, es decir, que pasa del BM Alarcos al BM Caserío. “Tenemos la suerte de contar con mucho balonmano en Ciudad Real”, explica el jugador, que acababa de regresar de Londres, de hacer unas prácticas, cuando recibió la llamada del club amarillo. “La prioridad en estos momentos es el trabajo, así que quería quedarme a jugar cerca de casa. Tengo la suerte de poder hacerlo en un gran equipo como el Caserío”, desgrana Mohíno, un pivote que “ataca, defiende, es de la casa, joven y con experiencia”, como lo define Antonio Caba.
Mohíno confía en que el Caserío la próxima temporada sea “ambicioso y ¿por qué no llegar a jugar el play off de ascenso?”.