Las existencias de vino en las bodegas y cooperativas de Castilla-La Mancha se situaron en 10,9 millones de hectolitros al cierre de la campaña 2020-2021, a 31 de julio, y en conjunto suponen un 20,5% por encima de los 8,9 millones de hl con que concluyó el ejercicio comercial precedente.
Según los últimos datos del Sistema de Información de Mercados del Sector Vitivinícola (INFOVI), elaborados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). La cifra es también ampliamente superior a la media de la media de las últimas cinco campañas, con diferencias al alza de hasta el 40% en las campañas de 2015-2016 y 2017-2018, cuando se registraron volúmenes de 7,7 y 7,3 millones de hectolitros de vino, respectivamente.
Estos datos son esenciales para el sector regional, a la hora de realizar el enlace con la siguiente campaña, y también para estimar las cantidades de vino que habrá disponibles en los envases del tejido vinatero regional para abastecer la demanda.
En años como el actual, dichos volúmenes compensarán las previsiones de vendimia, consignadas desde hace mes y medio con la corta de uva, calculadas a la baja. En concreto, Cooperativas Agro-alimentarias Castilla-La Mancha tasó una cosecha de unos 22,5 millones de hl de vino y mosto para la región, que supone un descenso de algo más del 20% respecto de los 28,5 millones de hl obtenidos en la campaña anterior.
Además del vino, el sector vinatero castellano-manchego también guarda 1,5 millones de hectolitros de mosto, hasta hacer un stock final de 12,5 millones de hectólitros, igualmente superior un 17% al de la anterior campaña, que contabilizó a su cierre 10,7 millones de hectolitros.
Son almacenamientos altos, que se deben a las anomalías registradas en las dos últimas campañas, sobre todo en las exportaciones, por los efectos de la pandemia de la Covid-19, especialmente en el canal de Hoteles, Restaurantes y Cafeterías (Horeca).
Pero la dinámica ha cambiado en los últimos meses, como ponen de manifiesto las salidas registradas en el ultimo mes de campaña (julio) en la comunidad castellano-manchega, con ventas de 2,7 millones de hectolitros. Es una cantidad alta, pero menor en casi medio millón a la anotada en el mismo periodo de 2020, cuando fueron comercializados más de 3,1 millones de hectolitros, 2,1 millones de ellos en el mercado interior.
En la campaña recién cerrada hubo más equilibrio entre las salidas dirigidas a compradores nacionales, 1,5 millones de hectolitros, y las adquiridas por clientes internacionales, 1,2 millones de hl. La inmensa mayoría de los caldos comercializados en este último segmento (1,1 millones) tuvieron como destino países del entorno europeo.
De este modo y de cara a la venta de los vinos nuevos, el parque acumulado podría superar los 32 millones de hectolitros en el territorio autonómico, como resultado de unas existencias iniciales de casi 11 millones, y de una producción estimada (sin contabilizar mostos) que podría alcanzar al más de 22 millones de hl.
Pero la esperanza es la nota predominante en el sector, a la espera de que finalice la vendimia y ante el alto grado de vacunación y la relajación de las normas sanitarias por el coronavirus. Los agentes del sector prevén una campaña comercial en la línea de las últimas semanas, con buenos resultados en ventas y repuntes en los precios, gracias al esfuerzo comercializador de las bodegas y cooperativas.
En base a estos datos, los agentes del mercado del vino esperan expender las disponibilidades de vino con rentabilidad a lo largo del nuevo ejercicio, sin necesidad de aplicar ninguna de las medidas excepcionales de gestión de crisis, en forma de destilación o de ayudas al almacenamiento privado. El año pasado se realizó una destilación de crisis de dos millones de hectolitros, además de la financiación de ayudas al almacenamiento privado y cosecha en verde. El objetivo fue aliviar a las bodegas con la retirada de cantidades que les excedían.
