A Ana Belén Sánchez Moreno, bastantes amigas le han dicho que “no podrían trabajar aquí de lo bueno que está todo”, comenta la impulsora de la pastelería-panadería ‘Dulcetería’ que, junto a su hija Alba García Sánchez, abrió el pasado 4 de diciembre en el barrio de Los Ángeles, en un local emblemático donde ejerció su actividad durante décadas un bar histórico como el Castellanos.
Delicias de la muy variada repostería árabe elaboradas artesanalmente se encuentran en este establecimiento sito en el Paseo Carlos Eraña 15, que ambas mujeres con la fórmula de microcooperativa han puesto en marcha y que inauguraron oficialmente el 7 de febrero con la presencia del alcalde, Francisco Cañizares, la delegada de la Junta de Comunidades, Blanca Fernández, y el delegado de Educación, Cultura y Deportes, José Caro.
“El alcalde ya nos conocía, así como el delegado de Economía, Empresas y Empleo, Agustín Espinosa, porque antes de abrir, estando ya dadas de alta como empresa, nos contrataron para llevar nuestros productos a la inauguración de otra microcooperativa”. Les encantó y aseguraron que no faltaría representación de ambas instituciones en la apertura de Dulcetería.
“Si ya venía gente antes, ya que, para ser nuevo y no haber hecho demasiada publicidad, iba muy bien”, con la inauguración oficial “se ha enterado mucha más gente amante de estos dulces, muy laboriosos” en su preparación de manera que, al tener una variada carta, la repostera marroquí que tienen contratada y ellas mismas que le ayudan no paran de sacar tandas, aunque pequeñas, y cuando llegan a las últimas referencias ya se han acabado las primeras.
Ana Belén, cuyo marido es marroquí, percibió que, cuando venían a su casa familiares y amigos y les obsequiaban con dulces árabes, a todos les cautivaban y no había en Ciudad Real ningún lugar donde se pudieran adquirir estos productos hechos de manera artesanal. Hasta el cartero les preguntaba ‘dónde venden tus paisanos dulces que a mi mujer le encantan’ y la profesora de su hijo les decía ‘dónde venden que yo cuando voy a Granada compro pero aquí no hay’.
“Nos esperábamos una buena respuesta porque sabíamos que hay mucha gente en Ciudad Real que les gusta e incluso marroquíes que no tenían dónde adquirirlos. Siempre tienes un pequeño miedo al emprender, pero desde el principio lo teníamos muy claro. Estábamos casi seguras de que iba a salir bien”, comenta Ana Belén sobre su negocio que, aunque todavía está empezando, percibe con visos de consolidarse y a ser posible crecer.
Con la ayuda de Inciso Integración y el Departamento de Empleo de Cáritas, que les asesoraron en el itinerario a seguir, pusieron en marcha Dulcetería. “Nos ha costado, desde marzo que tuvimos la primera reunión para exponer la idea que teníamos hasta diciembre que abrimos” ha sido un período trabajoso, con “muchas trabas en el camino para buscar financiación. Pero al final hemos sido cabezotas: si se nos cerraba una puerta, buscábamos otra”, describe Ana Belén, que elogia la perseverancia de su hija, quien, con 22 años y tres años trabajando en hostelería, estaba “súper ilusionada” con el proyecto.
En aproximadamente un ochenta por ciento españoles y un veinte por ciento de origen musulmán calcula los porcentajes de clientes que acuden a Dulcetería que no deja de sumar a nuevos aficionados a la gastronomía árabe. “Hay mucha gente que viene buscando el sitio donde venden dulces árabes y se prepara té moruno, mientras que otros pasan a comprar pan de Picón o tomarse un café, de los que la gran mayoría se atreve a probar y sabemos que gusta porque vuelven y además con un familiar o con amigos”.
Entre los productos que más triunfan están la baklava turca que elaboran con nuez, cacahuete, almendra y pistacho, y los briwat marroquíes con crema de mantequilla y cacahuete, así como otras dulces exquisiteces de los países árabes y mediterráneos como la kunafa y el croissant marroquí, redondo, con anís y un toque de chocolate negro y blanco por dentro.
Con formas de corazones, media lunas, estrellas, rombos, espirales, Manitas de Fátima y otras figuras que asemejan a lágrimas de las lámparas de cristal preparan pastas árabes a base de mantequilla, llevando “unas chocolate, otras frutos secos y otras semillitas”, así como las que idearon para la inauguración para los más peques y “les gustaron un montón” con caracterizaciones de Peppa Pig.
Rjama de almendra, chocolate negro y blanco, dátiles rellenos de coco y almendra, cuernos de gacela cuyo sabor es muy similar al mazapán y spouf que se asemeja al turrón de almendra blando, se come con cuchara y lleva semillas, almendra, harina tostada, miel y aceite de oliva virgen también se hallan en la Dulcetería, donde no podía faltar la chebakia, dulce típico en Marruecos, que se consume especialmente al caer el sol en Ramadán, con una masa de almendra con forma de flor y encima miel y sésamo.
A medio camino entre los panes y crepes, están harcha, de sémola de trigo y un poquito de miel que se come tal cual o con queso untado; chyar, pan de pita que se hace en sartén, se riega con aceite de oliva virgen al tomarlo solo, acompaña a múltiples preparados y también se utiliza como base para pizza, y el esponjoso bagrir, al que se le suele echar aceite, miel, mantequilla, quesito…; así como los crepes marroquíes, que llevan “mucha elaboración pero están espectaculares. Lo gastamos muchísimo y se pueden utilizar para rellenarlos con dulce o salado, los puedes enrollar, cortar,…, dan mucho juego”.
En cuanto a pan, redondos, en forma de torta, elaboran tres variedades: blanco, integral e integral con semillas como de lino, chía, amapola, avena y granitos de anís, muy recomendables para hacer bien la digestión.
En Dulcetería, donde se puede tomar té moruno y café de alta calidad, cuentan con repostería habitual como donuts, napolitanas y croissants, así como flores, rosquillas, resecas, tortas de aceite y barquillos, además de pan de barra para “la gente que no se atreve, pero a la que se atreve le estamos dando a probar y muchos clientes que querían barra ahora se decantan por nuestro pan árabe: viene una mujer diciendo ‘que me ha comentado mi vecina que tenéis un pan muy rico’, viene otra ‘que el otro día me trajo mi hermana a casa un pan que estaba delicioso’, acude otra ‘que me ha dicho mi amiga….’ O sea, genial”.
En cuanto a salados, se pueden adquirir briwat relleno de verduras y fideos chinos o pescado, chyar relleno de carne de ternera picada y verduras, pastelas de pollo o de marisco y pescado, minipizzas con la masa elaborada artesanalmente y empanadillas de ternera y verdura, además de la comida para llevar como tajín de verduras o de ciruelas maceradas; couscus de verduras, pollo o ternera; la tradicional sopa harira de múltiples ingredientes y rfisa, guiso de pollo con crepe marroquí, huevo, lentejas, dátiles y albaricoque.
Ramadán está a la vuelta de la esquina, comienza este año el 10 de marzo, y esperan que aumenten los pedidos de una carta que van a ampliar incorporando, por ejemplo, crepes marroquíes rellenos de cebolla y pollo.
De cara al verano, prevén orientar la terraza a los helados, granizados y batidos, como el árabe Za3Za3 que “lleva aguacate, leche, fruta natural, avena, frutos secos y dátiles. Está buenísimo”.
