En 2022, España escaló un puesto en el ranking mundial de países exportadores de alimentos, con 61 mil millones de euros, convirtiéndose en la séptima potencia mundial en el sector agroalimentario. El sector primario supone el 3,9% del PIB y juega un papel fundamental dentro de la economía nacional, con una población rural que asciende a 7,5 millones de personas, 738.206 propietarios de explotaciones agrarias y la necesidad de reclutar como mínimo a 200.000 nuevos profesionales durante la próxima década.
Durante el pasado año, la Guerra en Ucrania puso en relieve la importancia de la soberanía agroalimentaria. La aprobación de la nueva Política Agraria Común (PAC) estableció un sistema de ayudas que beneficiará a las explotaciones “que lleven a cabo prácticas agrícolas o ganaderas beneficiosas para el clima y el medioambiente”, así como otras medidas para favorecer a los pequeños y medianos agricultores. Además, los incendios, la sequía, la subida de los precios de los alimentos y los cambios en los hábitos de consumo de la población (productos ecológicos, productos locales, dietas veganas,…) fueron, y son, algunos de los temas que mayor interés despiertan entre la sociedad.
Este cúmulo de circunstancias se vieron reflejadas en las estadísticas de transmisión de fincas rústicas, con un primer semestre histórico, en el que las 85.502 compraventas registradas supusieron el mejor dato de los últimos quince años. No solo los agricultores y los ganaderos están invirtiendo en campo, sino que los fondos de inversión protagonizaron grandes operaciones y los particulares encontraron en el campo el refugio a la inflación y la alternativa a la segunda residencia en la costa.
Pese a ello, el campo español se enfrenta a retos como la gestión del agua, la sostenibilidad (España cuenta con 3,7 millones de hectáreas de Superficie Agraria Útil -SAU- ecológica), la implantación de energías renovables (se cifra en 4.086 las explotaciones con equipo para la producción de energía renovable y el objetivo definido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 es que la presencia de las energías renovables sobre el uso final de la energía en el conjunto de la economía llegue al 42% en 2030, desde el 17% de 2021), los arrendamientos rústicos que deben facilitar el acceso a la tierra para los jóvenes y, por encima de todo, la necesidad de relevo generacional (el 41,27% de los propietarios son mayores de 65 años, mientras que solo el 4,07% de los agricultores tienen menos de 35 años).
En este contexto, y con motivo de su primer aniversario, Cocampo publicará el Informe 2023 Cocampo sobre la Estructura del Suelo Rústico en España el próximo viernes 17 de febrero. El estudio realiza un análisis de la situación del suelo rústico en el país, abordando diversas cuestiones como la tipología del suelo rural, el papel que desempeña el arrendamiento, el número de transacciones, el perfil de los propietarios de fincas rústicas o el precio del suelo.
Sobre Cocampo
Cocampo es una startup que tiene el propósito de impulsar una economía agraria próspera y sostenible, facilitando el acceso a la tierra y la digitalización de los mercados rurales. Ofrece una plataforma de anuncios de compraventa y alquiler de fincas rústicas con más de 250 mil hectáreas a la venta, y una amplia variedad de opciones para compradores y vendedores, tanto en términos de características como de tipos de fincas rústicas. Desde fincas de caza y recreo hasta terrenos para explotaciones agrícolas y ganaderas.
