El Ejército de Estados Unidos ha comenzado este sábado su operación de ayuda aérea a los palestinos de la Franja de Gaza con el lanzamiento de 38.000 paquetes de alimentos distribuidos en 66 paletas arrojadas desde tres aviones C-130 que han sobrevolado el enclave a baja altitud.
El Mando Central del Ejército de EEUU, el CENTCOM, ha confirmado esta operación cojunta con la Real Fuerza Aérea de Jordania, y que ha tenido lugar entre las 15.00 y las 17.00 (hora de Gaza, las 14.00 y las 16.00 en España) para “proporcionar ayuda esencial a los civiles afectados por el conflicto” entre Israel y Hamás.
“Los lanzamientos aéreos humanitarios del Departamento de Defensa contribuyen a los esfuerzos continuos del Gobierno de Estados Unidos para brindar asistencia humanitaria vital a la población de Gaza”, añade el CENTCOM antes de anunciar planes de “posibles misiones de seguimiento de entrega de ayuda aérea”.
“Estos lanzamientos aéreos son parte de un esfuerzo sostenido para llevar más ayuda a Gaza, incluso ampliando el flujo de ayuda a través de corredores y rutas terrestres”, concluye el Ejército norteamericano.
Comienza así la operación autorizada esta semana por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para intentar aliviar la devastadora crisis humanitaria en Gaza debido a la operación militar israelí en respuesta a los ataques milicianos del 7 de octubre.
En los últimos días, Francia, Egipto o Jordania han lanzado varias entregas de ayuda a través de este mismo sistema dada la enorme dificultad para la entrada de la ayuda humanitaria por tierra por los combates y los bloqueos israelíes sobre los pasos al enclave.
No obstante, esta modalidad de ayuda ha sido contemplada con bastante escepticismo tanto por ONG internacionales como por destacados representantes diplomáticos como el alto representante de la UE Josep Borrell, al entender que se trata poco menos que de un esfuerzo testimonial que pone en peligro además la seguridad de los palestinos desesperados que intentan alcanzar los paquetes.
“Los lanzamientos desde el aire no sustituyen ni pueden sustituir el acceso humanitario”, avisó el viernes la ONG del Comité Internacional de Rescate. “El hecho de que se estén considerando siquiera los lanzamientos desde el aire es testimonio de los graves desafíos de acceso en Gaza, donde más de medio millón de personas enfrentan condiciones de hambruna”, ha añadido.
Borrell, por su parte, describió que esta clase de operaciones tiene un “impacto mínimo” a la hora de cubrir las necesidades de la población en un momento en que las autoridades del enclave, por poner un trágico ejemplo, elevan ya a 13 los niños fallecidos por inanición desde el comienzo del conflicto.
El Ministerio de Exteriores palestino también ha criticado esta aproximación con un comunicado emitido este sábado en el que denunció la aparente la falta de voluntad para utilizar su influencia sobre Israel para permitir que llegue más ayuda humanitaria a Gaza.
“Estados Unidos se está comportando como un país marginal y débil, incapaz de garantizar la entrada de ayuda a los hambrientos de la Franja de Gaza”, ha lamentado en un comunicado publicado en su cuenta de la red social X.
El Ministerio prosiguió expresando su “extrema sorpresa ante la debilidad exhibida por Estados Unidos”, que está adoptando “medidas impropias de una gran potencia que es capaz, si así lo quisiera de obligar a Israel a proteger a los civiles palestinos”.
Incluso el propio presidente de EEUU, Joe Biden, reconoció este pasado viernes durante su anuncio de estas operaciones que el enclave “debería recibir cientos de camiones de ayuda al día” porque “lo que está llegando ahora mismo a Gaza es insuficiente, y hay vidas en juego”.
Un sistema con beneficios y problemas
Desde el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se cree que este sistema tiene ciertas ventajas en casos de emergencia extrema como el que está ocurriendo en Gaza: los C-130 triplican en capacidad a un camión de ayuda estándar y son capaces de recorrer distancias más grandes a mayor velocidad.
“Sobre todo, cubren necesidades urgentes en casos de emergencia o en los que la fecha de caducidad de los envíos es un problema a tener en cuenta”, ha indicado un portavoz a la cadena NBC.
De nuevo y por contra, el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, recordaba el viernes igualmente los “problemas” que caracterizan esta clase de operaciones y puso como ejemplo casos como el de Siria en 2016, donde estos lanzamientos acababan, en muchos casos, lejos de sus objetivos y de los equipos de emergencia que los aguardaban.
