Lo hago al modo que un poema puede hacerlo, con emoción y dolor.
Los brillantes datos de tu currículum vitae, ya vuelan por el aire, publicados y reconocidos.
Esta no es una necrología convencional es un poema es una elegía con amor.
Y LA NAVE VA
I
No quiero más óbitos.
No puedo pensar en el tuyo..
¡Ah, el horror de ser una esquela
fosilizada en la mirada del Otro!
Fue una destacada…
Fue la primera mujer que…
Qué turbación
lo que ya no vive.
La vida, lo único que tenemos.
No cedáis vida a la muerte,
no quitéis vida a la vida.
II
Mascarón de proa de un navío llamado Lanza,
silenciosa al frente de la gran nave,
velas la noche hermosa de verano,
la luna de agosto en que te has ido.
Nunca vi una igual en belleza
como la tuya.
Bajo tu protección
había un no sé qué tranquilizador,
todo peligro quedaba conjurado.
III
Y la nave va.
Sabe que es la última travesía.
Fuimos por el silencio de la muerte
Sin oír sus pasos,
la vida cayendo a plomo.
Su sombra se alargó por la pared.
Convocó a Hernández y a Sijé, y en este juego lírico, te digo:
A las páginas del periódico volverás conmigo,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañera del alma, compañera.
*María Antonia García de León es Profesora de Sociología (UCM), escritora y poeta. Mira la vida es su obra reciente. (Premio internacional de literatura Rubén Darío, 2022) antonieta006@gmail.com