Con un austero decorado –en línea con el escenario del Corral-, y con original dramaturgia –piano, escritorio y túmulo-cama-cuna-sepulcro-, unos efectos escenográficos justos y bien manejados, y un reducido equipo de actores (tres hombres y una mujer), tal vez se trate de la mejor versión de La vida es sueño que hayamos visto en Almagro. Esta obra de Calderón de la Barca, estrenada en 1635, tiene como protagonista absoluto al príncipe Segismundo, quien se cuestiona sobre el sentido de la vida mientras sufre el cautiverio. La puesta en escena del drama caracteriza las ideas filosóficas sobre la vida, el uso de la escenografía para contrastar ideas antagónicas, y la importancia de la civilización sobre la barbarie. El montaje del Corral, auténticamente “de premio”.
Perteneciente al movimiento literario del barroco, el tema central es la libertad del ser humano para configurar su propia vida, sin dejarse llevar por un supuesto destino. El drama gira en torno a la privación de la libertad de Segismundo por parte de su padre, el rey Basilio de Polonia, quien lo encierra por miedo a que se cumplan las predicciones de un oráculo consultado, según las cuales este lo vencería y humillaría. La vida es sueño está escrita en verso, y dividida en tres jornadas o actos. Las dos tramas principales son, por un lado, el encierro de Segismundo y, por el otro lado, el compromiso entre Rosaura y Astolfo (sobrino del rey que heredaría el trono). La convicción de que todo es pasajero, como un sueño, es lo que expresa Segismundo al final de su segundo Soliloquio.
LA OBRA
Si bien se habla mucho del soliloquio de Segismundo, en realidad hay dos monólogos importantes del protagonista de La vida es sueño, una de las obras más importantes del Siglo de Oro. En el primero, que aparece al final del segundo acto en la primera jornada, Segismundo está encarcelado en la torre y se pregunta por qué los animales tienen más libertad que él, cuando su mayor delito es haber nacido. El segundo monólogo de la obra, al final de la segunda jornada, tiene lugar en la torre cuando Segismundo se despierta, cree que su vida como rey ha sido un sueño, y dice que la vida es sólo una ilusión. Los últimos versos de este monólogo dan nombre a la obra.
La vida es sueño trata sobre la oposición y la dualidad, entre el libre albedrío y la predestinación, así como entre la realidad y el sueño. El interés por estos temas se justifica por el hecho de que La vida es sueño fue escrita en pleno contexto barroco. En este tiempo, la concepción del universo cambió radicalmente desde el geocentrismo (la tierra como centro), al heliocentrismo (el sol como centro), lo que supuso un nuevo paradigma y, claramente, una conmoción espiritual de consecuencias permanentes.
Además, Calderón escribe La vida es sueño en una época donde el tema civilización versus barbarie se encuentra presente, como consecuencia del descubrimiento de América y el desarrollo de la colonización.
La vida es sueño presenta siete personajes cada uno con interesantes diálogos, si bien poéticamente son los dos soliloquios o monólogos de Segismundo lo más conocidos y celebrados: “¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice! / Apurar, cielos, pretendo / ya que me tratáis así, / qué delito cometí contra vosotros naciendo?” (…)
O este otro:
“Es verdad; pues reprimamos / esta fiera condición, / esta furia, esta ambición / por si alguna vez soñamos “ (…)
O el increíble final, uno de los más populares poemas de toda la literatura española:
“¿Qué es la vida? Un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión, / una sombra, una ficción, /
y el mayor bien es pequeño; / que toda la vida es sueño, / y los sueños, sueños son”.
LOS PERSONAJES
Segismundo. El protagonista de la obra, príncipe e hijo del rey Basilio de Polonia. Su transformación a lo largo de la obra, va desde satisfacer sus deseos de venganza del principio, hasta la manifestación de su carácter más humano del final.
Rey Basilio de Polonia. Padre de Segismundo. Encierra a su hijo por miedo de una dramática profecía.
Rosaura. La dama que descubre a Segismundo en su calabozo. Comprometida con Astolfo, sobrino del rey, descubre sus infidelidades. Luego descubre que es hija de Clotaldo, el lacayo de Segismundo.
Clarín. Un personaje secundario dentro de la obra. Escudero de Rosaura, responde al prototipo cómico.
Clotaldo. Lacayo de Segismundo y verdadero padre de Rosaura. Al él se debe todo el conocimiento de Segismundo, que de él aprendió.
Astolfo. Príncipe y sobrino del rey Basilio, elegido por el rey para heredar el trono. Aunque comprometido con Rosaura, deshace su compromiso para casarse con la infanta Estrella.
Infanta Estrella. Es la futura esposa de Segismundo, es decir, futura reina de Polonia. Sin embargo, antes de ser esposa del protagonista se compromete con Astolfo.
ALBEDRÍO Y PREDESTINACIÓN
Esta nueva concepción del mundo se conjugaba al mismo tiempo con la lucha religiosa entre la reforma luterana y la contrarreforma católica. La posición luterana estaba a favor de la predestinación, mientras que la posición católica se pronunciaba en defensa del libre albedrío.
Segismundo expresa el conflicto entre su libre albedrío y la predestinación en su primer monólogo, conocido como “¡Ay mísero de mí…!”. Es la entrada de Segismundo en la primera jornada de la obra donde expone la miseria de la privación de su libertad a la dama Rosaura, cuando ésta lo descubre encadenado y vestido de pieles. El tema principal gira en torno a qué es el libre albedrío y su relación con la predestinación.
El tema de la dualidad entre la realidad y el sueño en La vida es sueño de Calderón se refleja en el uso de la luz y la sombra, característico de la época barroca en los escenarios. Segismundo se cuestiona qué es la realidad frente a los sueños, ya que nunca conoció una vida fuera del sueño al encontrarse encerrado desde que nació. Cuando a Segismundo, sin saberlo, le es concedido un día en la realidad, le parece más bien un sueño, haciendo al protagonista cuestionarse la vida en su famoso segundo monólogo.
Conocido como “La vida es sueño” o también por su verso más famoso “Y los sueños, sueños son”, el segundo monólogo sirve de cierre a la Segunda jornada de la obra. El tema principal del soliloquio que da nombre a la obra, profundiza sobre qué es la vida y en qué se diferencia la realidad de un sueño.
HAGAMOS HISTORIA
Un total de 16 veces ha sido representada en Almagro La vida es sueño, de Calderón, desde 1984 hasta 2021. La penúltima en 2018 en el Teatro Municipal a cargo de la Compañía ‘Thèatre de la Tempête’ (Francia), dirigida por Poirée Clément. Pero han sido varios los países seducidos por la obra de Calderón: Bulgaria (1984), Japón en 2002 (Kset Act), Chile en 2020 (Teatro Camino, dirigida por Héctor Noguera)…
También pudimos ver una versión memorable en el Claustro de Dominicos en 1993, dirigida por José Maya con el grupo ‘Zampanó Teatro’. Otras 5 representaciones están basadas en La vida es sueño de Calderón, aunque son meras adaptaciones sin seguir el texto original, de las cuales una es italiana y otra argentina, y dos más se encuadran en el proyecto ‘Almagro Off’.
Del total de las funciones aquí representadas, 2 corresponden a la Compañía Nacional de Teatro Clásico, teniendo el Hospital de San Juan como escenario. La primera de estas funciones llegó en 1996, fue dirigida por Ariel García Valdés, y en ella interpretaba magistralmente el papel de Segismundo, el actor de origen ciudadrealeño Pedro Mari Sanchez. La segunda representación de la CNTC estuvo dirigida por Helena Pimenta, y contó con la inclusión en los principales roles, de nuestros paisanos castellanomanchegos Joaquín Notario (Guadalajara) y Pepa Pedroche (Cuenca).
También en el año 2000 se representó en el Hospital de San Juan una ‘Vida es sueño’ dirigida por Calixto Bieito (con algunos recuerdos nada gratos, pues algunas escenas atentaban contra la moral y las buenas costumbres, al protagonizar Segismundo un acto de onanismo). Espectáculo producido por la CNTC y el Teatro Romea, en coproducción con Edimburg International Festival y Barbican Centre, con la actuación de Nuria Gallardo entre otros 10 profesionales más.
MEMORABLE ‘FOLÍA’
Ahora nos llega La vida es sueño al Corral de Comedias (16 y 17 de julio), con la versión y bajo la dirección de Pablo Viar, y a cargo de la compañía castellanomanchega ‘Producciones La Folía’. Y precisamente ha sido con el propio Viar con el que hemos mantenido una conversación a posteriori, en un encuentro comparable con el grado de satisfacción durante la representación de la obra.
Para Pablo Viar “La vida es sueño encierra muchos sueños en uno. Tal vez soñó su autor que el público entrara en su comedia de la mano de Rosaura, o ‘rosa de oro’. Así, sueña el espectador atravesar con ella una “funesta boca” desde cuyo centro “nace la noche”. Sueña Rosaura con Segismundo encadenado, como quien sueña con una bestia antigua y exótica… Y sueña Segismundo que es príncipe y que deja de serlo… Y así, soñando, se encontrarán los personajes a sí mismos”.
Son “la radical abstracción de su estructura, la abrupta sucesión de sus escenas, y la engañosa sencillez de su hilo argumental, los que impregnan –en opinión del director del montaje- este drama calderoniano de una atmósfera que parece surgida de la lógica de los sueños”. Cierto es que cuenta “con la inusitada fuerza de sus personajes, con el prodigio de la poesía de Calderón, y con el inagotable caudal de su genio dramático…”. Pues precisamente todas estas connotaciones son las nos invitan siempre –y desde luego ahora- a soñar de nuevo con Calderón de la Barca. Hagámoslo con esta obra tan versátil en su puesta en escena, con el hilo conductor de Rosaura, que abre y cierra la función.
Tras los bises y aplausos, auguramos una buena andadura del montaje, vinculado de varias formas a Castilla-La Mancha. Por su productora La Folía (Manuel Portero, Albacete); por Emilio Gavira, de Alcázar, y por el autor de la versión y director, Pablo Viar, vizcaíno de ascendencia conquense por su madre. Mejor que mejor…
Ficha Artística
Diseño y realización de escenografía, Ricardo Sánchez Cuerda; Vestuario, Jesús Ruiz; Diseño de iluminación, Carmen Martínez; Música y espacio sonoro, Bruno Tambascio; Movimiento escénico, Pablo Viar; Maquillaje y caracterización, Ana Ramírez; Realización de vestuario, Sastrería Hernán Maciel, Diseño gráfico, Alejandro Contreras; Producción La Folía.
Reparto
–David Luque (Segismundo y Basilio). Desesperación contenida y noble, todo un protagonista.
–Emilio Gavira (Clarín y Clotaldo). Exiguo en sus proporciones, gigante en su proyección, y natural de Alcázar de San Juan.
–Almudena Ramos (Estrella y Astolfo). Frescura y madurez casi improvisada. Ha tenido que sustituir en apenas una semana, a la actriz Candela Serrat, alejada del escenario por enfermedad.
–Tue de Stordeur (Maestría tripartita). Como actor, cantante y pianista intérprete de bellas pinceladas musicales. Cantante de ópera en Dinamarca, es su primera actuación como actor.