Cáritas Diocesana de Ciudad Real atendió el pasado año a 654 personas personas sin hogar, 484 en los tres centros que esta institución de la Iglesia Católica tiene en la provincia y 170 en los puntos de información de las diversas Cáritas en los que que se ofrece un servicio de orientación a la persona, además de cubrir sus necesidades básicas y ofrecer la posibilidad de iniciar procesos de recuperación personal.
Así lo ha indicado este martes Francisco Alhambra, coordinador del Área de Inclusión de Cáritas, quien ha añadido que, por centros, las personas atendidas han sido 207 en Jericó de Ciudad Real, 237 en Samaría, de Alcázar de San Juan, y 35 en el centro de inserción Casa de Abraham de Daimiel. Por último, en el piso de autonomía de Ciudad Real se ha trabajado con cinco personas.
El 89% de las personas atendidas son hombres y españoles
Ha destacado que la mayoría de las personas atendidas son hombres, un 89%, frente a las mujeres con un 11%, un dato similar al de años anteriores. En cuanto a la procedencia, el 76% de las personas atendidas han sido españoles y el 24% inmigrantes, un porcentaje que desciende con respecto a años anteriores.
En cuanto a la edad, Alhambra ha indicado que el mayor porcentaje de las personas atendidas se sitúan en la franja de 26 a 55 años, un 57%. “Son personas jóvenes con muchas oportunidades si cuentan con apoyo para salir de su situación”, ha seguido diciendo. La mayoría tiene estudios primarios (65%), aunque también existen personas que llegan a los centros de Cáritas con estudios superiores (15%). En cuanto al estado civil, un 78% son solteros o separados, con apenas vínculo familiar y social, lo que aumenta el sentimiento de soledad y abandono.
Un trabajo más en profundidad
Por otro lado, Francisco Alhambra ha indicado que con 119 personas se ha trabajado más en profundidad, acompañándoles en sus procesos de recuperación y permitiéndoles que tengan acceso a los recursos de la comunidad y facilitándoles la mejora de sus vidas.
“20 personas han terminado su proceso de recuperación y se han insertado en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho. Son muchas las historias y las vidas que han pasado por nuestros recursos durante este año y mucho el esfuerzo personal que han invertido para intentar cambiar su situación”, ha añadido el coordinador del Área de Inclusión de Cáritas .
Treinta años de trabajo intenso de Cáritas
Para intentar concienciar y hacer ver a la sociedad el rostro y la realidad que viven las personas sin hogar, Cáritas Diocesana de Ciudad Real presenta la nueva campaña de Personas sin Hogar que cumple treinta años haciendo visible la realidad de la vulnerabilidad extrema “que viven las personas que van quedando al margen: al margen de las relaciones sociales, del espacio público normalizado, del acceso a su derecho de vivienda, empleo y protección social. En definitiva, de los
lugares de inclusión en los que las personas cuentan”, ha explicado la directora de Cáritas Diocesana, Conchi Aranguren.
“Este año queremos reflejar el mensaje central de estos 30 años de Nadie Sin Hogar, apostamos por la centralidad absoluta de las personas y las familias en situación de sin hogar, y por mantener la mirada de derechos humanos de manera global: todos los derechos juntos, a la vez, todos los días, en todas partes. Lo hacemos con el lema “Fuera de Cobertura” que denuncia la falta de acceso a derechos y, en especial, la desprotección social, y nos invita, de manera individual y colectiva, a ser una sociedad inclusiva que genere comunidad, interpelando con la frase “No permitas que se queden fuera”, ha explicado.
Manifiesto
“En el 2022 los efectos no superados de la pandemia se suman al agravamiento de la crisis que provoca la guerra de Ucrania y que sin duda ahondará en la vulnerabilidad y la exclusión. Queremos que nuestra campaña, un año más, sirva para hacer visible que miles de personas y familias sin hogar sufren la vulneración de sus derechos sin que exista una apuesta rotunda por parte de la sociedad y de las políticas públicas por modificar dichas situaciones, pero también desde la esperanza y la
convicción de que es imprescindible seguir trabajando para que todas las personas puedan acceder a sus derechos y sean incluidas en la vida social y comunitaria.
Nos movemos en una sociedad mucho más desvinculada y a la defensiva, más temerosa y consciente de que la fragilidad es una experiencia universal compartida por todos los seres humanos que provoca nuestra capacidad de solidaridad y compasión traducida gestos e iniciativas de generosidad que se han puesto en marcha en estos últimos tiempos. Junto a esta solidaridad convive una fría indiferencia y distancia cotidiana del sufrimiento de los más vulnerables: personas cercanas solas, mayores, migrantes, enfermos, personas que viven en situación de pobreza y exclusión al margen de nuestros proyectos y sueños.
Esta es la realidad que constatamos desde Cáritas y desde las entidades que trabajamos acompañando a las personas y familias sin hogar, una realidad cada día más compleja y difícil para que estas personas puedan acceder a los derechos humanos y a los recursos necesarios para poder vivir con dignidad, y para mantener la esperanza de lograr salir de un círculo de pobreza y de falta de oportunidades que día a día les va asfixiando más. La realidad de las aproximadamente 40.000 personas en situación de sinhogarismo acompañadas por Cáritas y los 2.500.000 personas y familias en situación de extrema vulnerabilidad que existen hoy en nuestro país nos pide responder a los retos que esta emergencia humana.
En este tiempo, las entidades que venimos trabajando acompañando a personas y familias en situación de calle y sin vivienda vemos cómo aumentan y se diversifican, y somos testigos del aumento del riesgo -y del hecho que ya constatamos- de que muchas más personas puedan terminar en dichas situaciones; pero también de que cuando se dedican recursos, atención y cuidado a las personas, se puede contribuir a dignificar su existencia y a que puedan recuperar espacios, derechos y afectos.
Acoger, cuidar y defender
Hoy se hace aún más imprescindible hacernos sensibles, como individuos y como sociedad, a la realidad de quienes no pueden acceder a los derechos que protegen y sostienen la dignidad de la vida de las personas. No podemos permitir que el Estado, la Administración Pública, nosotros/as, volvamos la cabeza hacia otro lado rebajando el nivel de respuesta e implicación en acoger, cuidar y defender. Quizás necesitamos mirar a los ojos y de frente a la persona, no al sin techo ni al sin hogar, sino a la persona, familia, grupo humano, más frágil y vulnerable, limitado en sus recursos para afrontar la vida y sostenerla, y que reclama un espacio para hacerse visible, ser escuchado, ser incluido en las dinámicas sociales que conforman nuestra sociedad.
Ciudadanía, medios de comunicación, Servicios Sociales, Administraciones, estamos llamados a implicarnos y a no pasar de largo ante una realidad que cada día crece y se hace más preocupante, y que va debilitando el bien común. Necesitamos empujar hacia una sociedad inclusiva de la que todas las personas se sientan parte y tengan sus derechos reconocidos.
“Fuera de Cobertura” es la expresión con la que ponemos de manifiesto la realidad de las personas en situación de sin hogar (PSSH) que dejamos en los márgenes de los derechos humanos, en especial de la protección social, personas que además se han quedado fuera de los vínculos relacionales que construyen las redes afectivas y emocionales en las que nos sostenemos y construimos como comunidad. “No dejes que se queden fuera”, nos invita a la acción, a superar las dificultades y el desánimo compartiendo objetivos y acciones. Necesitamos cambiar la mirada, el gesto y el compromiso con esta realidad que cada vez viven más personas para hacer posible establecer las bases del bien común para todas las personas”, concluye el manifiesto de Cáritas para este año.
Eugenio Gemio, “el programa de Cáritas me ha reparado la vida”
Eugenio Gemio es una de las muchas personas que con la ayuda de Cáritas ha dejado de vivir en la calle. Él ha ofrecido este martes un testimonio lleno de esperanza y ha reclamado más ayuda a una sociedad “que te limita”. “Aquí cogemos fundamentos y fuerza pero ahí fuera no es fácil, no hay trabajo para nosotros, ni acceso a una vivienda”, ha comentado.
De su experiencia ha comentado que “estar en la calle te deshace sicológica y físicamente” y ha asegurado que el programa de Cáritas “me ha reparado la vida”.
En nombre de todos los que residen en el centro Casa de Abraham de Daimiel, Gemio ha leído un manifiesto en el que se ha preguntado si las personas podrían vivir sin conexión en una sociedad hiperconectada.
“Desconectarse en este mundo es vivido como una pérdida en cuanto a posibilidades y oportunidades; trámites, trabajo, consumo, relaciones y comunicaciones, pero ¿Qué significa para las personas, que nos encontramos, en grave exclusión social vivir sin conexión?. Sin conexión de los servicios públicos de la comunidad en la que viven. Sin conexión de relaciones sociales, relaciones familiares. Sin conexión a su salud física y mental. Sin conexión de sus propios recursos personales y posibilidades. Sin conexión a su propia dignidad, merecedores del derecho a la libertad, a la educación, a la cultura, a la sanidad, el trabajo, la vivienda, a construir una familia, a participar de la sociedad en la que vivimos sin conexión al Derecho a la vida.
Implantar estrategias que ayuden a paliar esta situación
Pero, por el contrario, nos vemos, conectados a la soledad, al sinhogarismo, a las miradas de rechazo y negación, a la atención social itinerante, a la mirada asistencial que genera dependencia. Creemos que es necesario la implantación de
estrategias que ayuden a paliar esta situación, y a proporcionar recursos integrados que dignifiquen la vida de las personas en situación sin hogar. La crisis social y de modelo de vida está golpeando a las personas más vulnerables. Cuantas más
dimensiones de la vida están en una situación vulnerable más probabilidades tenemos de ser excluidas.
Conectemos con una mirada amplia y compleja de las realidades y los itinerarios vitales. Las personas en situación sin
hogar son cada vez más jóvenes y diversas. Cada vez hay más mujeres que parten siempre de situaciones invisibles para la
sociedad. Por todo eso, pedimos también a las administraciones y a la clase política que conecten con las realidades de todas las personas, que conecten con la vida de las personas en situación sin hogar. Que se conecten con las dificultades de intentar salir de la exclusión residencial y que apliquen políticas valientes en vivienda. La vivienda es un derecho que está siendo vulnerado. ¿Es esta la sociedad que queremos?. Conectemos con la vida en común y con la interdependencia. No dejes que se desconecten, no te desconectes del mundo común”, concluye el manifiesto.
Actividades
Con motivo de la Campaña Sin Hogar, Cáritas va a desarrollar una serie de actividades en los distintos pueblos de la provincia, de las que cabe destacar el Gesto público; en la Plaza Mayor de Cáritas el próximo jueves 27 de octubre a las 12:00 h. También se va a realizar una Vigilia de oración, este martes, a las 19.30 horas en la parroquia de La Merced. Y desde el lunes se ha colocado una pancarta en el balcón del Ayuntamiento de Ciudad Real “que nos recuerda que todos debemos decir basta para que ninguna persona se encuentre en esta situación”.
Además, Daimiel y Alcázar de San Juan también van a celebrar diferentes actos para visibilizar esta realidad.