El club deportivo de caza de Carrión de Calatrava es un ejemplo en la lucha contra las altas densidades de conejos de monte (Oryctolagus cuniculus), que desde hace años lastran los cultivos, especialmente en comarcas como La Mancha.
Para proteger las diferentes platanciones -viñedo, olivar y cereales- que hay en las 10.000 hectáreas del coto social que gestionan, los cazadores han instalado de manera preventiva mallas metálicas alrededor de las fincas, y como barrera natural han plantado triticale, un cereal híbrido que apenas atrae a los conejos.
De esta manera, previenen la entrada masiva de conejos a los cultivos, a la vez que controlan sus poblaciones en los periodos autorizados por la Administración, con batidas que el año pasado les permitió cazar 14.700 piezas.
José Rodríguez, presidente del club del coto social, explica que es una manera “de compensar al agricultor que sufre daños”, y garantiza “que puedan convivir la práctica cinegética con la actividad agrícola”.
Las plagas de los conejos se han convertido en un problema desde que esta especie, clave para los ecosistemas de la península ibérica (es la presa del lince), cambió de hábitats y se desplazó hacia zonas agrícolas donde busca comida o creó sus madrigueras en los entornos de infraestructuras como vías ferroviarias o puentes.
Por ello la gestión del coto carrionero es un modelo a seguir para los políticos y para científicos como Christian Gortázar, el experto en sanidad animal de la UCLM, que repasa las tres formas de resarcir los daños: la compensación económica, la protección de las explotaciones, y los cultivos alternativos.
“El coto es un ejemplo de las cosas bien hechas, por parte de los cazadores que emplean su tiempo y su esfuerzo” para reparar los perjuicios y así conseguir una “paz razonable”, indica Gortázar en una visita al coto como miembro de la candidatura de Cs.
“No son antagónicas”
Santiago Ballesteros, de la Oficina Nacional de la Caza, insiste en que caza y agricultura “no son antagónicas”, sino que “tienen que coexistir obligadamente” y es “imprescindible el entendimiento”.
Por ello, desde esta oficina, a la que pertenecen Aproca o la Federación de Caza, piden a todos los partidos que se reconozcan “la labor social de las sociedades de cazadores” como la de Carrión de Calatrava
“Pedimos que se reconozcan la labor impagable de la caza a la sociedad en beneficio de agricultura productiva” y eso lo hacen en la provincia las sociedades de cazadores en las localidades de Alcázar de San juan, Campo de Criptana, Daimiel, Mota del Cuervo o La Roda.