La jueza que investiga la muerte a tiros en Ciudad Real de un hombre de 46 años en una riña tumultuaria el lunes en el barrio del Pilar acaba de enviar a prisión provisional a seis de los ocho detenidos tras las reyerta. Cinco de ellos están acusados de homicidio, tenencia ilícita de armas y allanamiento de morada, mientras que el sexto que va a prisión preventiva lo hace por homicidio y tenencia de armas.
De los siete hombres que han pasado esta mañana y esta tarde de jueves a disposición del juzgado de instrucción número 6, que instruye un caso considerado de alto riesgo, solo ha quedado en libertad el hijo del fallecido, al que se le imputa un delito menos grave de tenencia de armas (fue arrestado con dos pistolas y munición). Este joven tendrá que comparecer periódicamente en el juzgado, se le ha prohibido salir del país y se le ha retirado el pasaporte.
El menor detenido la noche del tiroteo declaró el miércoles ante la jueza de Menores (su caso se ve aparte).
El auto judicial, tras una maratoniana jornada de declaraciones, se ha hecho público poco antes de las diez de esta noche, tras notificarse a los detenidos que llevan desde las once de esta mañana en el juzgado, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.
Durante todo el día ha habido un fuerte dispositivo policial en los juzgados encabezado por la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional, auxiliada por efectivos de seguridad ciudadana de la comisaría de Ciudad Real y Policía Local.
Policías con armas largas y corte de calles
El despliegue, que ha incluido el corte de la calle principal de los juzgados, ha evitado cualquier conato de enfrentamiento de familias, a las que en esta ocasión no se ha visto en la zona.
Cinco detenidos de la familia Cádiz, enfrentada con los Torres, la estirpe del fallecido, José Ramón, han llegado juntos pasadas las once de la mañana al garaje de la sede judicial, desde el que han sido conducidos a los calabozos uno en uno por la fuerza policial, fuertemente armada para garantizar la seguridad en el edificio judicial de la calle Eras del Cerrillo.
Un poco más tarde lo ha hecho el sexto detenido, en este caso en camilla y trasladado por una ambulancia convencional (se fracturó los tobillos huyendo del tiroteo). Por la tarde la jueza instructora del caso tomó declaración al hijo del fallecido.
El miércoles declaró el menor
El menor arrestado la noche del altercado, que el comisario provincial Alberto Camacho atribuye a “rencillas previas entre familias”, declaró el miércoles ante la jueza de menores (su presunta implicación se investiga por la Ley del Menor).
Virginia Egea, la jueza titular de instrucción 6, de guardia esta semana, ha empezado a tomar declaración pasado el mediodía a los arrestados. Sobre las tres de la tarde solo había interrogado a dos los detenidos.
Estos días las brigadas de Policía Científica y Judicial de la comisaría de Ciudad Real, que han terminado lo básico del atestado de este complejo asunto, han contado con apoyo de una unidad especializada en trazas y disparos de la Comisaría General de Policía Científica de Madrid para ubicar los tiros que se produjeron en la calle Virgen de la Carrasca del barrio del Pilar, con “armas cortas y largas”.
“Desorden terrible” en el barrio tras el tiroteo
La sucesión de acontecimientos el lunes por la tarde fue la siguiente. Sobre las nueve de la noche la Sala del 091 empezó a recibir llamadas por “un fuerte tiroteo” en el barrio del Pilar (viviendas de la zona conocida como La Esperanza). Rápidamente llegaron las primeras patrullas de Policía Local y Nacional que se encontraron “un altercado muy grande” en medio de un “desorden terrible”, con mucha gente en la zona que huye del lugar o se mete en sus domicilios.
En medio de ese caos un particular trasladó al único hombre alcanzado por los disparos, José Ramón Torres, que falleció después en el hospital. También se evacua en ambulancia a un herido por una fractura en un tobillo que se cayó al huir.
Cierre perimetral de la calle y registros
Lo primero que hicieron las fuerzas de seguridad fue cerrar la zona para asegurar la labor de las unidades de Policía Judicial, se hicieron registros, se intervinieron armas (escopetas y pistolas) y se detuvo en principio a siete personas, ocho al final según ha confirmado este jueves el comisario.
