La Semana Santa de Ciudad Real ha seguido su transcurso este Jueves Santo, con una espléndida tarde noche protagonizada por una de las salidas procesionales más bellas e imponentes de su tradición religiosa.
Y ha regresado si cabe con mayor intensidad tras el parón por la pandemia de coronavirus y un año previo de lluvias, ante el fervor religioso que se ha apoderado de las calles al paso de los cinco pasos que han representado el relato evangélico de la Pasión del Señor.
Los ciudarrealeños y visitantes han mostrado su fe y respeto a los titulares de cuatro hermandades -Santa Cena y Dulce Nombre, Ecce Homo, Cristo de la Caridad y Dolorosa de Santiago- en un día con buena temperatura, por lo que de manera masiva han llenado los recorridos por el centro de la ciudad para contemplar al cortejo, presidido por los párrocos de Santiago, Antonio Ruiz y Rafael Melgar.
El barrio de El Perchel ha abierto sus puertas a la esplendorosa comitiva, que con su cuota faculta la declaración de Interés Turístico Nacional de la Semana Santa ciudarrealeña, y ha dado paso a una tarde noche de ambiente litúrgico, en un escenario de incienso, nazarenos, carga de los costaleros, cantos, saetas, petaladas, admiración y aplausos.
Muchos niños con ‘los estudiantes’
La procesión se ha iniciado con el grupo escultórico más grandioso de la ciudad, la Santa Cena, el paso de misterio que circula a ruedas y representa a Jesús en su última cena. Ha llegado al punto de encuentro desde la sede del Rectorado, en la calle Altagracia, luciendo su nueva cara, tras haber sido restaurado, ha informado el hermano mayor de la cofradía, Ricardo Barrilero.
El llamativo conjunto, con Jesucristo, acompañado de claveles rojos, y sus discípulos (Judas es el que más pesa, con 180 kilos, y Andrés, el que menos, con 78) entorno a una mesa con pan, vino y otros alimentos, es muy venerado, y está vinculado a los estudiantes por haberse creado por un grupo de alumnos de Bachillerato y primeros años de universidad. Por ello, la UCLM es hermana mayor honoraria.
Por su parte, la Virgen del Dulce Nombre, cotitular de esta hermandad, realizada por Jesús Méndez Lastrucci, ha procesionado de blanco con las andas y los varales del palio nuevos. Esta joven dolorosa, sobre un exorno de hypericum, verónica blancas, eryngium, clavel de color caramelo, flor de algodón y esparraguera, ha sido conducida por una cuadrilla de 35 costaleros, dirigidos por José María Pastor, y evidencia la vinculación a las hermanas de la Cruz -son honorarias- con el rosario de madera de la comunidad que lleva prendado en el fajín.
Barrilero ha destacado el carácter sacramental de la hermandad, pues representa el momento en el que se instituye la Eucaristía, y por ello “las ganas e ilusión” por volver a la calle, que han estado acompañadas por la incorporación de numerosos niños, y la emocionante interpretación de la banda de cornetas y tambores Solera y la banda de música de Pozoblanco (Córdoba) con el paso mariano.
El desfile ha estado acompañado por nazarenos con el gran paso y de mujeres con mantilla, rosario y velas con la virgen.
Emoción con el ‘paso pilatero’
El cortejo ha seguido con el no menos impresionante conjunto del Ecce Homo, conocido en la capital como Pilatos. El lema en latín ‘he aquí el Hombre’ no puede ser más impactante por el momento que escenifica: el de la sentencia. Como tampoco es menor el traslado del grupo, que representa a Jesús ante Pilatos cuando es condenado a morir en la cruz.
También muy pesado, obliga a los 32 portadores, dirigidos por José Luis Moraga, a llevar una rápida cadencia en el ritmo de avance a ritmo de tambor, por ello va más rauda y se conoce como “el paso pilatero”.
El Ecce Homo ciudarrealeño, que ha volado sobre tres ramos de rosas rojas, ha lucido una prenda muy especial este Jueves Santo, como es la toga de terciopelo regalada por la hermandad de Jesús el Pobre de Madrid. Vicenta Mayorales, hermana mayor, ha explicado que la imagen fue prestada a la cofradía madrileña de manera eventual y se la devolvieron con la capa. Se suma a la que tiene y que es una réplica de la original del paso, de primeros de siglo, salvada de la Guerra Civil, pero “muy ajada”.
Uno de los momentos más emocionantes y conmovedores es el saludo del conjunto a la Virgen del Prado a la llegada a su Camarín, ese año pasadas las 21,30 horas, en un giro de 180 grados para no darle la espalda. No han sido pocos los ciudarrealeños que han vertido lágrimas de emoción. También han realizado, como es tradicional, otro saludo a las Carmelitas. En otros puntos como la Plaza Mayor también han esperado el paso de Pilatos, que ha brillado en la oscuridad y ha sido aplaudido por los presentes.
También han mostrado su pericia e ilusión los miembros del grupo joven de costaleros que portan a un niño Jesús, una talla anónima, posiblemente el siglo XVIII, que ha procesionado adornada de claveles blancos con la Cruz de Santiago. Ha llamado la atención el paso ligero como su titular mayor, con decisión y entusiasmo.
Su presencia en la calle es distinta, y no se abre con una cruz de guía, sino con unas águilas romanas por el peso cultural de la escena y un tapiz que refleja el momento de la condena. Por ello, mantienen una relación con el Colegio de Abogados, que este año ha estado representado por su presidente, Cipriano Arteche.
Mayorales se ha mostrado ilusionada al estar al frente de la comitiva por vez primera (fue elegida hace dos años), y ha destacado la fuerza de los hermanos, y su apuesta por contribuir a dar esplendor al Jueves Santo también con los sones de la su banda infantil de tambores.
El Cristo de la Caridad, restaurado y solemne
El Cristo de la Caridad, también conocido como ‘Longinos’, otro emblema de la Semana Santa de la capital, ha desfilado con solemnidad y brillantez. El misterio de esta cofradía representa el momento en el que Cristo, ya muerto, recibe la lanzada del soldado romano Longinos, con la virgen, María Magdalena y San Juan presentes.
Las imágenes, obra del escultor Claudio Rius Garrich de 1945, van sobre el paso de estilo barroco y dorado en pan de oro, este año con exorno floral de rosas rojas en las esquinas, y claveles rojos salpicados de iris a los pies del Cristo y en los laterales.
Francisco Pérez Corrales, hermano mayor, ha destacado la reforma “en profundidad” del paso, tanto en “dimensiones como en la estética”, ya que “se ha reducido el ancho y retallado el conjunto”.
Por ello, los hermanos de esta cofradía, que reúne a muchos niños, uno de sus signos de identidad, ha mostrado toda la emoción de la junta directiva y los cofrades que por primera vez desde hace tres años han podido mostrar la nueva imagen de su titular.
También han estrenado cuatro candelabros de guardabrisas, seis cartelas policromadas de la canastilla tras ser restauradas, además de un nuevo mecanismo que permite colocar al Cristo de manera horizontal, ante la gran altura que alcanza y que tienen que salvar en algunos momentos.
Los 40 costaleros han hecho las delicias de los fieles que veneran la advocación de la caridad, precisamente en el día del Amor Fraterno que representa el paso tras la llegada de Jesús al Calvario, acompañados por las emotivas interpretaciones de la Agrupación Musical de Santo Tomás de Villanueva.
La Dolorosa de Santiago vuelve a brillar
La Dolorosa de Santiago, una de las imágenes más queridas de la ciudad, ha cerrado el cortejo de este Jueves Santo, tras recibir la ovación de los fieles a lo largo del recorrido, además de ‘petaladas’ y los cantos a su salida de las hermanas de la Cruz, al igual que hicieron en su primera salida procesional del Viernes de Dolores.
Vestida igual que hace seis días, con la saya blanca conocida como la de los dragones y el bello manto azul bordado en oro, ha exhibido un nuevo adorno vegetal, este jueves con flores de cera, rosas blancas, orquídeas, lisianthus (rosa de los pobres), anthurium, y helechos de cuero.
Ha estado acompañada en esta salida, además de los párrocos, y la dirección de la hermandad, por el teniente coronel de la Base de Almagro, Santiago Rubio Bolívar (hermano honorífico).
Arropada por la Banda Sinfónica de Miguelturra, uno de los momentos más emblemáticos y queridos de la Pasionaria de Santiago es su entrada en la Plaza Mayor, donde cientos de personas han esperado su paso lento.
Antonio Cabrera, el hermano mayor de la cofradía, ha vuelto a mostrar su emoción por la procesión y, sobre todo, por el significado del momento, como es la redención de Jesús en la Cruz, siempre con su Madre incondicional.
Por ello, ha celebrado que el desfile se haya televisado “para que el mensaje llegue a las personas mayores en sus casas”.
