No llevamos ni una semana de verano y ya ha debutado (25 de junio) la primera ola de calor de la temporada en Ciudad Real, con la peor tarjeta de visita posible: un muerto por “golpe de calor”. Un jornalero de 47 años que se desvaneció el lunes, el día de más calor de este episodio, con máximas de 40º, trabajando a las tres de la tarde en una viña en Cinco Casas. Murió después en el Hospital General de Ciudad Real.
Este caso es un ejemplo de la poca broma que cabe con el calor y sus consecuencias para la salud. La muerte es lo extremo de un padecimiento que no deja de aumentar en las consultas de los centros de salud de la provincia y las urgencias hospitalarias, como confirman los profesionales sanitarios.
La mortalidad por calor lleva dos décadas subiendo
“Desde que empezamos a hacer protocolos, hace unos veinte años, la estadística refleja un aumento claro de la mortalidad asociada al calor”, asegura el enfermero Luis Cabezas Vallejo, especializado en enfermería pediátrica en el centro de salud de Villarrubia de los Ojos.
Con treinta y seis años de ejercicio profesional este sanitario no tiene dudas de cómo el cambio climático afecta a la salud, “es una evidencia científico-sanitaria”, dice, y recomienda no confiarse por tontas o sentido común que parezcan las advertencias. “Uno se muere en dos horas de un golpe de calor”, remarca; antes de llegar a ese extremo el cuerpo de lanza mensajes, síntomas, a los que hay que prestar atención y ponerles remedio.
“No vemos un golpe de calor a diario en la consulta, pero sí problemas de salud desencadenados por el calor, la sobreexposición al sol y las altas temperaturas”.
Teresa Fernández, médica residente en medicina familiar y comunitaria este verano en un centro de salud de Puertollano también recomienda reaccionar rápido ante un síntoma leve: “El golpe de calor es un trastorno ocasionado por un exceso de calor en el cuerpo, por una exposición prolongada a altas temperaturas. Hablamos de ‘golpe’ para referirnos a la fase extrema de una dolencia en la que suelen aparecer primero dolores de cabeza, mareo, cansancio. Si esto lo dejas pasar al final tu organismo pierde la capacidad para compensar ese exceso de temperatura”.
Un golpe de calor puede pasar inadvertido
¿Podemos sufrir un golpe de calor y no darnos cuenta?, la respuesta del enfermero Cabezas es “sí”. Le pasó hace unos días, un niño sin desayunar que hizo gimnasia en el sótano de su casa -ni siquiera al aire libre- y se mareó por una bajada de tensión. “Esto está provocado por las altas temperaturas y puede pasar en cualquier edad, aunque lo aconsejable es prestar más atención a los grupos de riesgo, mayores, mujeres gestantes y personas con enfermedades cardiovasculares”.
Los síntomas más comunes son torpor mental, desorientación, dolor de cabeza, vómitos, temperatura muy alta en la piel, piel seca, boca seca, “el primer síntoma puede debutar con un desfallecimiento”, comenta.
Abandonar la exposición a las altas temperaturas
“Al primer síntoma hay que abandonar la exposición a las altas temperaturas. Y si pasa en el campo, retirarnos de ahí. Quitar alguna prenda, hidratar pero no de forma rápida o con agua muy fría, el contraste puede ser peor. Mejor que el enfermo beba agua a sorbitos. Lo siguiente sería acudir a un centro o servicio sanitario”, refiere la doctora.
Ya ha visto ‘enfermos de calor’ este año, “hace poco vino a urgencias un paciente que había estado trabajando en el campo y llegó con un golpe de calor, “lo derivamos al hospital”.
Agua, cero alcohol y cafeína y bebidas azucaradas
El consejo para no llegar a esto es tomar precauciones “lógicas” que no todo el mundo sigue. Beber líquido, agua, nada de alcohol, cafeína o refrescos azucarados es el mejor medicamento preventivo. Todos debemos hacerlo en verano, pero en especial las personas mayores que pierden la sensación de sed y se deshidratan. “Las bebidas muy dulces o la cafeína afectan al sistema de autorregulación.
También hay que estar encima de los niños pequeños que no te piden agua, pero hay que preocuparse de que beban. “Los niños son grupo de riesgo porque su sistema de termorregulación es más inmaduro, además su piel no hace filtro, no hay que exponerlos de forma directa al sol”.
Exposición solar en el coche
El enfermero recuerda hace muchos años un caso de ni niño al que sus padres llevaban atrás en el coche protegido del sol con parasoles, que sufrió quemaduras graves, “lo tuvimos que mandar al Hospital de La Paz en Madrid”.
Evitar salir a la calle en las horas centrales del día (entre doce de la mañana y seis de la tarde, dependiendo de las temperaturas) es de primero de prevención del golpe o el padecimiento por calor, y por supuesto no hacer ejercicio al aire libre en esas horas, una imprudencia que persiste entre la población, muchos consejos que se den cada verano.
En cuanto a los trabajos al aire libre recomienda adecuar los horarios a esas tareas, con políticas que lo regulen, “como ya se está haciendo”. Cabezas también llama la atención de los deportistas, corredores, “gente supersana que comete imprudencias en las carreras populares; en verano deben ser nocturnas y que haya servicio de médico de urgencias”.
Ropa holgada, colores claros, manga larga
Lo mejor para protegerse de las altas temperaturas no es ir exponiendo carne. “Lo suyo es vestir ropa holgada, colores claros, y mejor de manga larga, para protegerse la piel. Si expones mucha piel al sol se calienta y la temperatura corporal se regula peor. Las gafas de sol también son recomendables, las gorras y los sombreros”.
Buscar entornos de sombra
“Estar en entornos de sombra”, es de las recomendaciones que parece de cajón. Pero en verano no se cumple, más bien se busca el sol en piscinas o playas, “el sol deshidrata la piel, mejor tomarlo poco y refrescarla a menudo”.
Aire acondicionado, mejor el ventilador
El aire acondicionado, sin el que muchas personas no pueden vivir en verano no es satanás, pero tampoco lo ideal. “El abuso del aire acondicionado tiene sus riesgos, es preferible para nuestra salud usar ventiladores”.
Los diez pasos para evitar golpes de calor
Beber agua y líquidos con frecuencia, aunque no se tenga sed.
Evitar las bebidas con cafeína, alcohol y muy azucaradas.
Presta especial atención a bebés, menores, lactantes, mujeres gestantes, mayores o personas con enfermedades que pueden agravarse con el calor (cardíacas, renales, diabetes, hipertensión, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales).
Permanece el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados.
Procura reducir la actividad física y evita realizar deportes al aire libre en las horas centrales.
Usa ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
Nunca dejes a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente menores, mayores o enfermos crónicos)
Consulta a tu profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora
Mantén tus medicinas en un lugar fresco (el calor puede alterar su composición y efectos)
Haz comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.
Pasa la primera ola de calor pero julio será «asfixiante»
La primera ola de calor del verano (días consecutivos de temperaturas máximas y mínimas más altas de lo normal que varía según la situación geográfica) ha pasado. Al menos lo más crudo. No es que pase el calor, sino que este fin de semana habrá un pequeño respiro en la provincia de Ciudad Real y casi toda España. De todas formas portales meteorológicos como eltiempo.es y la Aemet ya han pronosticado un julio con temperaturas más altas de lo normal, con una canícula (del 15 de julio al 15 de agosto) de calor «asfixiante».
Las recomendaciones para protegerse del calor y del sol se pueden consultar también en la web del Ministerio de Sanidad: https://www.sanidad.gob.es/ciudadanos/saludAmbLaboral/planAltasTemp/2023/home.htm