La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha juzgado este jueves a José M.P., acusado de un delito de abuso sexual hacia una mujer por introducirle dos dedos en la vagina mientras le realizaba un masaje en la zona del músculo abductor en un negocio de masajes que el acusado regentaba en la localidad de Valdepeñas. El presunto autor de los hechos ha negado que él introdujera los dedos en la vagina de su clienta y que actuó como “en cualquier otro masaje”.
Los hechos se remontan al mes de julio de 2016, cuando la víctima, una mujer de 42 años, se dirigió a la clínica de masajes que regentaba José M.P. para que éste –que no posee titulación como fisioterapeuta, solo de ‘masajista deportivo’– le tratara una dolencia en el pie izquierdo y otra en la ingle izquierda.
La víctima, en su declaración en sala a través de videoconferencia, ha indicado que el masajista le dio una toalla y un “tanga de papel” para que se desnudara y tapara. Tras tratar la dolencia en el pie, el masajista se dispuso a tratarle las molestias en el abductor cuando “cada vez se iba acercando más a la zona del pubis y finalmente me introdujo dos dedos en la vagina. Primero uno y luego el otro, mientras yo le pregunté que si era necesario eso”.
Tras reconocer que estaba sufriendo un abuso sexual, se vistió “deprisa y corriendo”, recriminó al masajista y éste espetó un “¡hostias! ¿Qué he hecho?”, según el testimonio de la propia víctima. Después de ello, la mujer salió del local “bastante alterada y nerviosa” y llamó a su actual pareja, quien la recogió en la calle con el coche y éste fue al local del masajista a pedirle explicaciones sobre “lo que me acababa de hacer”.
El abuso supuso un trauma a la mujer “y mucho desgaste”, pues a lo largo de estos casi tres años ha habido determinados momentos que ha sufrido problemas de insomnio. La víctima ha comentado que “al ser Valdepeñas un pueblo” mucha gente se enteró de lo ocurrido y se pusieron en contacto con ellas otras mujeres que también habían sido víctimas de los abusos de José M.P., una de ellas menor de edad, que sufrió sus abusos a la edad de 16 años, cuando jugaba en un equipo de baloncesto de Valdepeñas, y que ha acudido al juicio como testigo para reconocer “la conducta de este hombre y que se haga justicia”.
El juicio destapa varios casos de abusos sexuales cometidos por el masajista a lo largo de su trayectoria profesional
El transcurso del juicio ha servido para destapar diferentes abusos sexuales cometidos por el masajista José M.P. a lo largo de su trayectoria profesional que no fueron denunciados en su día y “de no haber sido tanto el tiempo transcurrido”, el presunto autor de los hechos podría haberse incurrido en un delito continuado de abusos sexuales, tal y como ha señalado durante el juicio la fiscal del caso.
“Valdepeñas es un pueblo, todo el mundo se conoce y cuando la gente se fue enterando de lo ocurrido varias mujeres se pusieron en contacto conmigo para trasladarme que ellas también habían sufrido abusos sexuales a manos de este hombre”, ha indicado la víctima. Mujeres que han llevado al juicio como testigos para “dejar claras las conductas” del masajista.
Concretamente han sido dos mujeres las que han declarado como testigo de la conducta de este hombre al sufrir hace “18 ó 20 años” abusos sexuales del masajista. La primera de ellas los sufrió cuando tenía 16 años y José M.P. ejercía como masajista de un club de baloncesto de Valdepeñas. “Tuve un esguince y en la primera visita todo bien. El problema llegó en la segunda, cuando me empezó a masajear el culo y solo me dolía el tobillo”. La víctima ha contado que no denunció “por miedo a no poder seguir jugando en el club” y tras contárselo a su entrenador y su entorno más cercano “me recomendaron no volver a ir a sus sesiones. Nadie me recomendó denunciar”.
La otra mujer que sufrió también una agresión sexual a manos del masajista, ha narrado que a ella le introdujo el dedo en el ano “con la excusa de colocarme el coxis”. Tras esta acción, la mujer se levantó de la camilla y salió corriendo del local donde practicaba los masajes. “No denuncié en su momento y cuando me enteré que otra persona había sufrido estos mismos abusos, me puse en contacto con ella”, ha comentado en el juicio.
La psicóloga y la trabajadora aseguran que los hechos “no son inventados”
El equipo pericial, conformado por una trabajadora social y una psicóloga, han confirmado en la sala que el relato de la víctima “no es inventado”, pues se centra en los hechos relatándolos “con muchos detalles y contextualizados”, mientras que la tónica general de los “relatos inventados” suelen ser aprendidos y se declaran de manera lineal y de la misma manera, han explicado ambas.
La fiscalía y la acusación particular piden seis años de cárcel
Tanto la fiscalía como la acusación particular han mantenido las penas y piden para el presunto autor de los hechos seis años de cárcel por delito de abuso sexual y que indemnice a la perjudicada con 15.000 euros por daños morales.
Por otro lado, el abogado de la defensa ha pedido la absolución de su cliente al considerar “insuficientes las pruebas”, además de por intentar, la víctima, sacar un lucro económico de este caso, pues la acusación particular solicita 15.000 euros de indemnización por daños morales.
El juicio ha quedado visto para sentencia, que se dictará en las próximas semanas, tras casi cinco horas de sesión judicial.