P.J.A., un joven exsacerdote de Ciudad Real que ha sido el primero -al menos en España- apartado por pederastia de la iglesia católica antes de ser juzgado por la justicia ordinaria, afrontará la semana que viene en la Audiencia Provincial el juicio por presuntos abusos sexuales a nueve menores, a los que formaba en el seminario de la capital entre los años 2013 y 2015.
Fiscalía y acusación particular que ejercen tres de las familias de los niños reclaman para él penas que suman unos 40 años de cárcel, como presunto autor de una veintena de abusos a chicos de entre 14 y 16.
Lo abultado de la calificación se debe a la suma de conductas sobre las que se piden cuatro años de prisión, en vez de acusar por delito continuado, aunque otras están consideradas menos lesivas y se solicita multa.
A puerta cerrada con toda probabilidad
El juicio, que se celebrará posiblemente a puerta cerrada, se celebra entre el lunes 30 de septiembre y el viernes 4 de octubre, en sesiones en las que están citados a declarar además de los chicos y sus familias, sacerdotes del seminario y psicólogos.
“Las familias quieren que esto pase cuanto antes”, explica Rodrigo García, el abogado de la acusación particular, que confía en que la sentencia sea condenatoria porque “tenemos pruebas muy contundentes”, remarca.
El Obispado denunció a su sacerdote
Lo ejemplarizante de este caso es que fue el Obispado de Ciudad Real el que informó a las familias de los chicos, después de abrir una investigación interna, de lo que estaba ocurriendo. “Muchas ni lo sabían”, dice García, que hace hincapié en el desgarro que ha supuesto para muchas de ellas conocer estos hechos por la confianza que tenían en el acusado.
Fue también el Obispado el que puso en conocimiento de la fiscalía el presunto caso de abusos sexuales en el mes de febrero del año 2016, tras cerrar la investigación interna y apartar al sacerdote del seminario. Del presunto proceder de este excura se informó también a la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma.
Expulsado por decreto papal
El proceso canónigo culminó en mayo de este 2019 con una resolución del Papa Francisco que decretó por oficio la dimisión del sacerdote “por el bien de la iglesia”, si bien el acusado, que defiende su inocencia, se ha negado a cumplirla.
De uno en uno y sin público
La fiscalía considera probado que el sacerdote, formador del seminario menor de la Diócesis de Ciudad Real y responsable de los alumnos de la ESO, aprovechó el tiempo que pasaba con los chavales durante los cursos 2013-2014 y 2014-2015, para abusar de nueve de ellos. Las situaciones siempre eran de uno en uno y sin público, hasta que la psicóloga del centro empezó a sospechar y puso los hechos en conocimiento del Obispado.