Manuel Hidalgo inauguró este viernes en el Museo López-Villaseñor una colección de treinta ‘Aromas’ condensados en piezas escultóricas. Decantadores, venencias, toneles, barricas, copas, botellas, odres y ánforas, bien como fragmentos o en su totalidad, bien de forma material o al vacío, se hallan en sus obras, todas ellas con la posibilidad de alzarse como grandes esculturas urbanas como ha hecho con ‘Brindis’ en el Pago del Vicario y ‘Aromas 10’ en el nuevo pabellón ferial Ifedi.
Una segunda nueva escultura de grandes dimensiones en el pabellón ferial y otra en la rotonda del Ave propone Hidalgo, cuyas obras, algunas con calidades provocadas de oxidación y otras acabadas en pintura roja y dorada metalizada en alusión al vino tinto y blanco, también podrían convertirse en trofeos de premios y reconocimientos.
A la apertura de la muestra, que se podrá presenciar hasta el 17 de marzo, asistió el concejal de Cultura, Pedro Lozano, quien elogió la “larga carrera de experimentación” de Hidalgo y valoró la calidad tanto de los trabajos que se exhiben en la muestra ‘Aromas’ como de las esculturas urbanas de gran tamaño que tiene en distintos puntos de la ciudad, entre ellas ‘Ante Rocín’ en la carretera de Toledo.
Por su parte, Hidalgo se mostró muy satisfecho de exponer en el López-Villaseñor y animó al espectador a hacer “una lectura tranquila” de los elementos que completan la muestra que, aparentemente, esconden su verdadera dificultad.