El obispo de la Diócesis de Ciudad Real, Gerardo Melgar, ha defendido el ejemplo del centenar de mártires muertos por la persecución religiosa entre 1931 y 1939 en la provincia, cuyo compromiso con la fe Cristiana “ha de ser estímulo y llamada a revivir nuestra fe en la sociedad actual”.
Así ha iniciado el acto de clausura de la etapa diocesana para la beatificación del centenar de ciudarrealeños que murieron por sus creencias y cuyo proceso de santificación se inició hace 15 años dentro de la Causa Toletana, que instruye la causa común de 464 víctimas de varias provincias.
En el acto de carácter jurídico celebrado en la Catedral, el prelado ha resaltado “el gran, bueno, prolongado y esforzado trabajo” de los ponentes de la causa y de sus colaboradores voluntarios, que han recogido medio millar de testimonios orales y escritos sobre “cómo llegaron a entregar su vida por su fortaleza en su fe en Jesucristo”.
Por ello, este ejemplo ha de servir a los cristianos, ha señalado el obispo ciudarrealeño, “como impulso nuevo y para defenderse de los ataques del momento actual”. “Sus testimonios de fe nos han de servir, ha agregado, para revivir la creencia en Dios, para hacernos más fuertes y para ser testigos de Jesús, que ahora tanto se necesitan, además de para ayudar a otros a fortalecer a quienes han descuidado su fe”.
En la jornada de clausura, que se ha alargado durante una hora cuarto, el obispo ha depositado en cajas lacradas con su sello toda la documentación recogida en 12.554 folios para su posterior envío (dos copias) a la Congregación para las Causas de los Santos en la Santa Sede de Roma.
De la misma manera, los miembros del tribunal eclesiástico han seguido el protocolo litúrgico de la ceremonia, con la firma, sellado y atado de los documentos, organizados en tres tipos de carpetas: las rojas, con las actas originales, las grises, con el trasunto de los casos, y las azules, con la copia pública de la causa.
Igualmente, el obispo, Gerardo Melgar, el juez delegado, Bernardo Torres; el promotor de Justicia en la causa, Ángel Casas; el notario, José Martín; y el postulador, Jorge López, han jurado el cumplimiento de su deber en el proceso y se han comprometido a guardar secreto sobre aquello que pueda perjudicar a las víctimas.
Todo ello en presencia del canciller secretario, Miguel Esparza.
El expediente “Siervos de Dios Antonio Martínez Jiménez y 99 compañeros sacerdotes diocesanos, fieles laicos y una religiosa mártires de la Diócesis de Ciudad Real” se encuadra dentro de la denominada ‘Causa Toletana’ que instruye, en común, la beatificación de 464 mártires de la provincia eclesiástica de Toledo, integrada por las Diócesis de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Sigüenza-Guadalajara, Toledo, Ávila y los Franciscanos.
Han recordado que en octubre de 2016 la causa recibió el ‘Nihil Obstat’ de la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, es decir que reconocían que “no existía impedimento para que el texto sea impreso” y para culminar esta fase de testimonio y documentación.
El broche final en la Diócesis lo han puesto este lunes en el acto encabezado por Melgar, que se ha cerrado con el rezo del Ángelus.
En la Congregación para las Causas de los Santos “examinarán con detenimiento todo el proceso llevado a cabo en nuestra Diócesis para que el Papa finalmente decrete la santificación”, ha dicho Bernardo Torres, que se ha mostrado seguro de que “tomarán con interés” la beatificación de estos cien mártires de la provincia de Ciudad Real, al igual que está en marcha la de Ismael de Tomelloso “que se está ultimando”, y la de la Madre Mercedes de Jesús Egido.