Rafael Melgar Martín-Fontecha, natural de la capital ciudarrealeña, es el arcipreste de Ciudad Real y consiliario de la Asociación de Cofradías. En la actualidad, es párroco in solidum de la Unidad de Acción Pastoral de la Parroquia de Santiago.
P.- ¿Cuál es su valoración del curso cofrade 2023-2024?
R.- Las hermandades siguen trabajando en una línea de continuidad con años anteriores. Mantener a 24 cofradías con sus juntas directivas, cultos, casa de hermandades, patrimonio, costaleros, boletines… es una tarea silenciosa de fidelidad y de compromiso. Las hermandades son una riqueza en las parroquias y en la ciudad que intentan realizar el anuncio del evangelio desde los signos de la piedad popular. En la próxima Semana Santa, muchos se van a acercar al misterio, a la muerte y resurrección, por medio de las Hermandades y esto es algo fenomenal.
P.- La evangelización está en el centro de los propósitos de las hermandades. ¿Cuál es su labor como consiliario de la Asociación de Cofradías?
R.- La labor de todo consiliario en una Hermandad es siempre alimentar e iluminar la vida espiritual y asesorar en la fidelidad a los estatutos. Desde esta perspectiva, en la asociación de cofradías la labor del consiliario es recordar el sentido espiritual y religioso que a veces se puede ver eclipsado por otros intereses que pueden empañar el sentido auténtico de la Semana Santa.
Nuestro trabajo siempre tiene una única finalidad: el encuentro con Dios, después el turismo, las tradiciones, lo cultural no tienen tanta importancia. Sin querer podemos ofrecer una espiritualidad sin Dios, sin compromiso, sin oración o sin sacramentos. La fe es vida que contagia alegría. Además, siempre surgen posibles interpretaciones de los estatutos que hay que iluminar y aclarar.

P.- Las Hermandades son la Iglesia. ¿Cómo es la relación actual entre las cofradías y la institución? ¿Es adecuada? ¿En qué se podría mejorar? En su opinión, ¿cuál es el principal escollo en esta relación?
R.- Las cofradías son Iglesia y no se entendería a las hermandades sin la Iglesia. Entendiendo lo que quiere preguntar diría que la Iglesia universal valora la labor de las cofradías. El Papa Francisco se ha dirigido varias veces a las Hermandades reconociendo su labor. Nuestro obispo ha tenido muchos años encuentros diocesanos con las Hermandades y las ha acompañados en muchos cultos o celebraciones. La labor de los consiliarios también es importante.
En Ciudad Real existe una buena relación entre los sacerdotes y las hermandades. Muchas de ellas están integradas en las parroquias y hay que insistir en decirlo que no hay tensiones en las relaciones. En estos años, la visión eclesiológica de la Iglesia mira a las cofradías con una mirada más de amor que de juicio.
P.- ¿Y qué se puede mejorar?
R.- Evidentemente, siempre se pueden mejorar cosas. Las hermandades viven el mismo ambiente de secularización de la Iglesia y los problemas que tenemos en catequesis, con jóvenes o con adultos son los mismos que se dan en las hermandades. A quién no le gustaría hermanos con mayor formación. Cultos con mayor asistencia de hermanos. Obras de caridad. Participación en la eucaristía dominical durante todo el año. un mayor compromiso de las Juntas directivas.
Melgar participó del Magno Pregón de la Semana Santa como consiliario de la Asociación
P.- Usted participó como autoridad en el Magno Pregón de la Semana Santa que ofreció D. Miguel Barba. ¿Qué opinión tiene al respecto?
R.- Cuando se propuso al pregonero en la Asociación de Cofradías por parte de algunos Hermanos mayores no hubo problema en aceptarlo. Era un hombre de parroquia y ya había realizado algún pregón más. Los que hemos hecho algún pregón sabemos del tiempo y dedicación que lleva y el de este año lo era. Un pregón con invitación a la evangelización, con sentido de fe y con unción. Gracias a Miguel por ese pregón.

P.- ¿Y qué piensa de las reivindicaciones que hizo el pregonero?
R.- Un pregón de Semana Santa no es la noche de los Goya para hacer reivindicaciones. Y si hay que hacer reivindicaciones o ser valiente que lo haga dirigiéndose a las cofradías y siendo profeta para ellas. Lo más fácil es lo que hizo cuando ahora mismo no hay ninguna hermandad que oficialmente tenga presentado salir el lunes. O pedir abrir las puertas a la Caridad, cuando esa hermandad acaba de hacer un comunicado diciendo que va a quitar imágenes del misterio al no poder llevar el paso por falta de costaleros. ¿Y sigue pensando que el problema es la puerta?
P.- El pregonero también reivindicó a dos párrocos, a un beato… Hubo mucha Iglesia en su pregón y con sentido de fe como usted mismo ha dicho. ¿Por qué esas reticencias?
R.- Es fácil atacar a la Iglesia o a los miembros y que en un auditorio nos aplaudan. Insisto, que hubiese sido profeta con las hermandades y que a ellas les hubiese dado puyazos. Además, la Semana Santa no se agota en las procesiones. Hay otras realidades como son las celebraciones litúrgicas, horas santas, o el caso del Vía crucis del Lunes Santo que es también una manifestación de fe en la Semana Santa ya consolidada en nuestra ciudad.
P.- Para usted, consiliario de la Asociación de Cofradías, ¿cuáles son las perspectivas de futuro de la Semana Santa de Ciudad Real?
R.- Antes lo hemos insinuado. La crisis de vocaciones no afecta exclusivamente al Seminario. Es una crisis de fe que toca a toda la Iglesia y las Hermandades también estas afectadas por ellas. Las perspectivas de futuro es seguir trabajando en ofrecer en las hermandades espacios de fe y devoción a todos sus hermanos. Además, buscar un compromiso mayor de los miembros de las Juntas directivas y trabajar por los hermanos de túnica. Es verdad que son muchas hermandades, pero hay que consolidar la calidad de todos aquellos que se acercan a una hermandad.
P.- ¿Cómo ve la relación entre las hermandades y las instituciones civiles en la ciudad?
R.- Las hermandades no vivimos en una isla y estamos relacionados con las diferentes instituciones que nos rodean. Una relación no de dependencia, sino de servicio mutuo y colaboración. Las Hermandades y, en concreto la Semana Santa, aportan valor e identidad a la ciudad. Esta labor es valorada por las instituciones locales, provinciales y autonómicas.
P.- ¿Es usted cofrade? Si es así, ¿qué le pide a la Semana Santa?
R.- Mi formación religiosa no viene por el mundo cofrade, viene por la participación en una parroquia donde se encontraban hermandades y después como sacerdote he encontrado siempre hermandades para acompañar. Por eso, en parte ya soy cofrade. A la Semana Santa le pido que sea más devoción que espectáculo, que sea más actos de fe que culturales, que sea más religiosidad que tradición. Esta es mi petición. Cuidar de lo más importante de la Semana Santa, su núcleo central: la muerte y resurrección del Señor que da sentido a nuestra vida.