La crisis provocada por el coronavirus a nivel internacional abre una “ventana de oportunidad” para el desarrollo rural. Así lo considera Carlos Corella, gerente de la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, que comprende quince municipios de la provincia de Ciudad Real, entre ellos, Almagro, Miguelturra, Calzada de Calatrava y Villar del Pozo.
“Una de las cuestiones que aprendimos en las primeras semanas de pandemia es la puesta en valor del mundo rural; es la primera vez que asistimos a una desbandada de la ciudad al pueblo”. Carlos Corella destaca que, al contrario que las ciudades con alta densidad poblacional, los pueblos han dado una mayor seguridad frente a la propagación del Covid-19.
En la última semana, los pueblos con menos de 5.000 habitantes han encabezado la “desescalada” de las restricciones del estado de alarma al carecer de horarios de salida por tramos de edad, pero es que, según destaca Corella, no es casualidad la alta incidencia del virus en Castilla-La Mancha y en Castilla y León, precisamente porque “los pueblos han sido el refugio para la gente de Madrid”.
Las opciones del medio rural
El tejido empresarial de los pueblos tiene una oportunidad a la hora de aprovechar esta puesta en valor del medio rural. Carlos Corella considera que el Covid-19 “debe significar un cambio” que lleve a “repensar el medio rural”, desde la perspectiva de que el campo no solo ofrece alternativas de descanso fuera de las grandes urbes, sino oportunidades laborales, basadas en el teletrabajo, la teleformación y “nuevos modelos de gobernanza”.
Así pues, el gerente del grupo de desarrollo rural destaca que, en las últimas semanas, otra de las cosas que la sociedad ha aprendido es que “el teletrabajo ha venido para quedarse” y que “la comunicación telemática en el medio rural, ya no es una hipótesis, sino una realidad”. En zonas de difícil accesibilidad por infraestructuras de comunicación, es posible la conexión con el resto del mundo de manera permanente.
Además, la “teleformación” aplicada desde el inicio del confinamiento por colegios, institutos y universidades ha hecho posible las clases por vía telemática. Hasta ahora, “el medio rural ofrecía una calidad formativa más baja que la ciudad”, pero la crisis sanitaria ha demostrado que es factible en los pueblos más recónditos.
Y otro factor a tener en cuenta: la colaboración. Carlos Corella destaca que “ha sido brutal la cooperación público-privada en los municipios”. En el último mes y medio, la ciudadanía de los pueblos ha demostrado que “estar en el mundo rural no es un factor de aislamiento”, que están presentes y que son muy eficaces a la hora de coordinarse, más que en las grandes ciudades.
La “radiografía” del Campo de Calatrava
Con estas “grandes enseñanzas”, los grupos de desarrollo rural tienen que prepararse para la “desescalada”, y, por ejemplo, en el Campo de Calatrava han impulsado una encuesta para realizar “una radiografía exacta de la situación de los autónomos, los trabajadores y las empresas de la comarca”. El objetivo es saber las empresas cerradas por el Covid, los cierres parciales, los ERTE, las necesidades de financiación y las expectativas de futuro a corto y medio plazo.
A partir de entonces, este grupo que se adhirió hace unas semanas a la plataforma internacional ‘Frena la curva’ para poner en contacto demandantes y ofertantes de bienes y servicios en tiempos de confinamiento, ahora pretende diseñar una “estrategia” para la promoción económica, con el fin de salir cuanto antes de la crisis que ha supuesto la pandemia, junto al resto de administraciones y grupos.
La agroalimentación, el turismo y la cultura han sido los sectores económicos más pujantes en el Campo de Calatrava. La producción del aceite, vino, dulces, quesos y berenjenas está ligada a la historia de los pueblos de la comarca, al igual que el turismo y la estrategia de “parque cultural” están vinculados a Almagro. Dos de estos tres sectores centrales están entre los más azotados por el Covid-19, pero hay esperanza.
Las opciones del turismo de interior
Con una visión optimista, Carlos Corella apunta que el turismo de interior puede ser uno de los más beneficiados en la “desescalada” y confía en que la recuperación sea temprana. “El turismo de grandes distancias va a tardar en reaccionar y no va a ser tan fácil salir al extranjero o llegar a la costa”, explica. Así pues, en los próximos meses, la provincia puede ser un foco receptor de turistas de grandes urbes, como Madrid.
Además, la provincia tiene varias bazas que pueden funcionar, como el factor de seguridad frente a la epidemia que ofrecen “los espacios abiertos de los pueblos, los entornos naturales” y alojamientos no masificados -como los grandes hoteles de las playas- ligados a la rica gastronomía local. La imposibilidad de salir de la provincia también puede favorecer el turismo de cercanía en las fases 2 y 3 de la desescalada.
Pero no solo el turismo de interior genera expectativas, y el gerente de la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava hace referencia a la importancia de que las administraciones inviertan en la mejora de la banda ancha para fomentar el teletrabajo desde el mundo rural y traer talento, al mismo tiempo que considera que hay que redefinir algunas actividades que permitan traer a los municipios pequeñas industrias con el fin de diversificar el tejido productivo.
En esta época de fronteras, se pone en valor el mercado agroalimentario de proximidad, y al mismo tiempo la sanidad surge como un sector económico muy reforzado, de manera que el campo puede tener su espacio si hay que redefinir el modelo de las residencias de ancianos, hasta ahora ligadas a urbes y con volúmenes altos de ocupación, convertidas hoy en grandes focos de contagio.
La intención es “coger los problemas y convertirlos en oportunidades”, insiste Carlos Corella, que cree en las opciones de desarrollo “de los territorios, las comarcas y espacios rurales”. La crisis del Covid-19 lo cambiará todo, hasta muchos de los proyectos sujetos a subvenciones europeas que gestiona el grupo de desarrollo rural, en parte relacionados con el turismo, la cultura y las nuevas tecnologías, pero se trata de adaptarse a los cambios.