El público del ocio nocturno, discotecas y disco bares, sobre los que hasta el viernes pasado pesaban restricciones de horarios y consumo en barra para frenar los contagios por coronavirus, no ha desaparecido, al contrario. “Al criminalizar al sector de una forma tan injusta se ha conseguido el efecto contrario: la gente nos ha echado de menos”, opina Pablo Victoria, propietario de la discoteca La Antigua Estación de Ciudad Real.
La ‘disco’, que lleva abierta todo el verano, ha tenido mucho público este primer fin de semana de casi normalidad (la mascarilla sigue siendo obligatoria), incluso se ha quedado gente fuera. “Se me permitía abrir al 100% y hasta las seis de la mañana, pero he limitado el aforo al 70% y he cerrado un poco antes”.
La licencia de este establecimiento es de 574 personas de aforo “y no he metido más de 400; creo que hay que hacerlo así y los clientes me lo han agradecido, han estado más cómodos que antes cuando se llenaba lo que nos ha hecho replantearnos que al 70% salen las cuentas y no se satura el local, nos vamos a mantener así, aunque lo siento por quien se quede fuera”, dice.
“El Dj parece un disco rayado con la mascarilla”
Esta es una de las lecciones aprendidas del coronavirus, una crisis sanitaria que mira de reojo mientras prepara el segundo fin de semana de normalidad, por eso no faltan carteles alusivos al uso de la mascarilla, en el interior y el exterior, “tenemos mucha gente encima del público para que cumplan, el Dj parece un disco rayado repitiendo lo de mascarilla, es lo que toca, no queremos que vuelvan las restricciones”.
Convencido de que la vuelta de este tipo de ocio, suprimido en lo peor de la pandemia, era muy necesaria, Victoria valora la “valentía” del Gobierno de Castilla-La Mancha, en concreto del presidente Emiliano García-Page, por ser pionero en eliminar restricciones al sector que más ha sufrido por la pandemia en cuanto ha sido posible: “Lo prometió y lo ha cumplido, olé por Page”, afirma.
El balance que hace este empresario de la noche, con establecimiento en el Torreón, de la recuperación paulatina de la normalidad no es malo. Su discoteca no tiene personal en ERTE e incluso ha contratado a más gente para reforzar. “Yo abro jueves, viernes, sábado y domingo, todo el mundo trabaja doce horas, aunque hagamos algún reajuste por la demanda”.
“La gente ha perdido el miedo a los interiores”
Ya el mes de junio, cuando en muchas comunidades autónomas seguían cerradas las discotecas, La Antigua Estación tuvo buenos números, aunque ha sido al final de agosto cuando más ha notado la tendencia ascendente, “se ha perdido el miedo a los interiores. Nos hacía falta esto, bailar, disfrutar, relacionarnos de otra forma, los tres días del fin de semana pasado hemos trabajado muy bien”, remarca.
Miembro de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Ciudad Real, este empresario destaca el esfuerzo que ha hecho por establecer un nuevo sistema de renovación de aire “superpotente”, “no queremos volver atrás”, insiste.
Sala Nice y disco pub Ciclos: situación ruinosa
Chema Cruz, gerente de la Sala Nice y el disco pub Ciclos (antiguo Laocoonte) es menos optimista que Victoria. No porque el público haya dejado de ir a sus locales o tenga miedo, sino por las penalidades que han sufrido desde que empezó la pandemia. “Nice, discoteca y sala de conciertos, ha estado prácticamente un año cerrada”, dice, y el Ciclos abrió el viernes pasado.
Nice, con terraza, no es una discoteca al uso, sino más bien un local para escuchar música o asistir a un concierto (no se han permitido) en plan más tranquilo. Este primer fin de semana sin restricciones no han notado una avalancha de público, pero reconoce que han funcionado muy bien, “sobre todo en la terraza, por el buen tiempo”.
Sin personal en ERTE ahora, sí han acusado los cierres, “tenemos una deuda tremenda, estamos negociando el alquiler, y aunque hay algunas tasas congeladas y ciertas ayudas la situación económica es bastante ruinosa, esperamos remontar de aquí a Navidad”.
Con licencia de discoteca, tuvieron que cerrar en Navidad, cuando las terrazas del Torreón estaban abiertas porque hubo un invierno cálido, mientras que el Ciclos, que no tiene terraza, no pudieron abrirlo hasta ahora cuando se han acabado los límites en el interior.
Y el verano no ha sido lo que esperaban, “se ha ido de la ciudad mucha gente, ha sido flojo en comparación al verano pasado. Entendemos las medidas pero en nuestro caso hemos tenido muy mala suerte, por eso estamos como estamos”.
No a las ‘cervezadas’ y botellones encubiertos
Ambos representantes del ocio nocturno y miembros de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Ciudad Real son la cara y la cruz de la parte de la hostelería más castigada por la pandemia. Controlados por las autoridades sanitarias, ahora ven con preocupación que se anuncien ‘cervezadas’ que en realidad son “botellones encubiertos”, y confían en que el Ayuntamiento lo impida.
“La asociación ya se ha dirigido al Ayuntamiento para que controlen este tipo de eventos que pueden reunir a miles de personas. No es de recibido que se nos exija tanto a unos y tan poco a otros”, remarcan tanto Cruz como Victoria.
“Que se respete la ley”
El gerente de la sala Nice ve el futuro con mucha preocupación, “tenemos que estar muy encima de la gente para que se cumpla la norma de la mascarilla y le pedimos a nuestros asociados que sean responsables, siempre hemos ido de la mano de la Junta y de las autoridades sanitarias, respetando y acatando, y exigimos lo mismo: que se respete la ley”.
Esta semana en la que se han levatando los vetos al ocio nocturno, pero no se permiten los botellones, se ha difundido en redes sociales el anuncio de una cervezada para este otoño en un local con capacidad para reunir a miles de personas al aire libre en Ciudad Real.