El último censo de aves acuáticas realizado en el parque nacional de las Tablas de Daimiel eleva a más de 800 patos colorados los contabilizados en este espacio natural protegido.
Así lo ha confirmado el Organismo Autónomo Parques Nacionales a través de sus redes sociales, donde señalan que el pato colorado “ha vuelto a casa” con el inicio de la inundación del parque, tras la activación de los pozos de emergencia el pasado 20 de diciembre.
Desde entonces, el parque nacional ha comenzado a recibir agua para garantizar la humectación de una parte del paquete de turbas y evitar así el riesgo de autocombustión espontánea que, de forma natural, puede originarse en estos ecosistemas, lo que se ha traducido también en la mejora de las condiciones que ha propiciado el regreso de un buen número de anátidas.
En concreto, uno de los que más se ha hecho presente en las últimas semanas es el pato colorado (Netta Rufina), una especie monotípica de distribución Paleártica que nidifica localmente desde la Península Ibérica y sur de Francia, hasta Asia central, e inverna, entre otros lugares, en la cuenca mediterránea.
En la Península Ibérica es sedentario, aunque dispersivo, y nidifica en La Mancha Húmeda, en el litoral mediterráneo y en las marismas del Guadalquivir, y aisladamente en Aragón, La Rioja, Murcia, Extremadura, Madrid, Navarra y Mallorca.
Ocupa humedales con grandes láminas de agua, tanto dulce como salobre, y abundante vegetación palustre en las orillas, preferentemente en ambientes continentales abiertos, pero también en deltas y en el litoral.
Sus principales amenazas son la desaparición y pérdida de calidad del hábitat palustre que ocupa y las molestias derivadas de la actividad humana.
Colores muy vivos y brillantes
De colores muy vivos y brillantes, el macho tiene la cabeza y el cuello de color castaño rojizo, el pico rojo brillante, flancos de color blanco y el resto del cuerpo negro; su iris también es de color rojo y su plumaje, en general, tiene un aspecto mullido y esponjoso; la hembra más discreta de aspecto, tiene un pelaje pardo y mejillas claras, con manchas rojas en su pico.
Se da la circunstancia de que Castilla-La Mancha es la zona de Europa que más concentración de aves reproductoras acoge.