Christian Gortázar, catedrático de sanidad animal en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos IREC, ha pedido “tranquilidad” ante la aparición en Ciudad Real de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE). Ha reconocido que hay “sospecha de casos” en la comarca de Almadén, pero “no es una plaga” ante los vídeos con ciervos moribundos “que pueden llevar a pensar eso al sector”.
La “mortalidad es baja” y la situación está controlada por parte de las autoridades veterinarias regionales y nacionales, que están pendientes de la evolución, con ayuda de profesionales del propio IREC.
Precisamente, este organismo, dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), emitió el miércoles un comunicado sobre la enfermedad, sus causas, síntomas y tratamientos.
La nota recuerda que la EHE está causada por un virus, concretamente un Orbivirus emparentado con el virus que causa la Lengua Azul (LA) en ovinos y otros rumiantes, y “no es una zoonosis (no pasa a los seres humanos).
La enfermedad se transmite por unos “insectos microscópicos que pueden ser arrastrados por el viento” por lo que “no tiene sentido usar insecticidas”. Tampoco es eficiente, a su juicio, “desecar las charcas”, dado que los virus que causan la infección “no se reproducen en ambientes acuáticos, sino en sustratos con acúmulo de materia orgánica con humedad, que pueden encontrarse muy distribuidos”.
Respecto a las poblaciones diana, afecta más, indica el docente, a cérvidos que a rumiantes domésticos. En el caso de España, “con los datos limitados disponibles en la actualidad”, lastra más al ciervo rojo (Cervus elaphus), aunque también puede impactar en gamos y corzos.
No obstante, en Ciudad Real al menos se conoce el caso de un ganadero con tres vacas muertes por EHE y otras cuatro con los síntomas.
Los signos clínicos pueden ser fiebre, debilidad, inapetencia y pérdida del instinto de huida. Igualmente, en ciervos moribundos y cadáveres frescos pueden observarse lesiones en las mucosas oral y nasal, incluyendo congestión, pequeñas úlceras y hemorragias, así como costras. La lengua y los labios pueden aparecer cianóticos, con tonalidades azuladas, o amoratados, y puede aparecer espuma o sangre procedente del pulmón en boca y ollares.
Epidemiología y control
Los brotes de la EHE, según el IREC en ciervos se produzcan a finales de verano y en otoño, cuando las poblaciones de vectores alcanzan su pico anual, aunque los recientes brotes se han comenzado a notificar desde julio.
Los animales visiblemente afectados pueden sacrificarse por razones de bienestar animal y por tratarse de fuentes de virus para los vectores. Conviene evitar movimientos de ciervos vivos desde zonas de riesgo hacia zonas libres de la enfermedad hemorrágica epizoótica, aunque los movimientos naturales de los vectores pueden desplazar el virus a grandes distancias.
Arrecal insta a establecer un protocolo
La Asociación de Rehalas Regionales (ARRECAL) también ha reaccionado y ha instado, en una nota, al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y a los gobiernos autonómicos, a que establezcan un protocolo oficial para agilizar las notificaciones de EHE.
El virus, según la organización, “está generando una gran preocupación entre ganaderos, cazadores y veterinarios”, después de “la declaración de varias sospechas de infección en ciervos en Andalucía y Extremadura”.
ARRECAL también solicita agilizar la toma de muestras pertinentes, y considera necesario abordar medidas de prevención, vigilancia, lucha, control y erradicación de manera simultánea y urgente ante esta nueva patología.