Guardia Civil y Policía Nacional de Ciudad Real dan por “descabezada” a la “organización criminal más importante de la provincia”, han dicho, en una operación conjunta que empezó a primeros del año 2017 y culminó el 13 de mayo pasado con los llamativos registros domiciliarios de las barriadas de las Mercedes y el Carmen en Puertollano, y otros similares en Argamasilla de Calatrava, Calzada y Almagro, trece en total en esas poblaciones.
Especializados en robos y atracos en bares, al grupo se lo relaciona también con el cultivo y tráfico de drogas, tenencia y venta de armas, intento de homicidio, defraudación del fluido eléctrico y blanqueo de al menos 300.000 euros.
La operación, bautizada con el nombre ‘Saneredia-Evial-Nicofil-Everest’, se ha cerrado con veintiún detenidos y nueve investigados de los que cuatro de ellos, considerados los más peligros, han ingresado en prisión provisional.
El del tiroteo y los de la ‘Banda del Pico’
Se trata de Antonio R.G., el hombre de 53 años que hace casi dos veranos recibió a tiros e hirió a siete guardias civiles de la Usecic que entraron en su casa de Argamasilla de Calatrava en busca de armas por un conflicto contra familia de Puertollano. Los otros tres presos preventivos son miembros de la conocida ‘Banda del Pico’, según han desvalado esta mañana el teniente coronel de la Guardia Civil Humberto Urruchi y el comisario principal Miguel Méndez.
Una gran oleada de robos
La operación empezó el año pasado al detectarse “una gran oleada de robos de todo tipo”, han explicado los jefes policiales, tanto en la demarcación de la Guardia Civil como de la Policía Nacional.
En agosto de 2017 es cuando ambos cuerpos se dan cuenta que están investigando por separado a personas que podrían pertenecer a una misma organización y deciden crear un grupo conjunto, que es el que ha cerrado la investigación con ayuda de grupos de fuera de la provincia para los registros.
Máquinas recreativas reventadas con un pico
Los agentes se dieron cuenta de que la mayoría de los establecimientos eran bares en los que aparecían las máquinas recreativas reventadas con un pico, “modus propio de una banda que anteriormente había sido desarticulada, pero que, por los indicios recabados, parecía estar activa otra vez”, han explicado.
Entonces se centró la atención en varios delincuentes conocidos con antecedentes de los que se sospechaba que traficaban con armas de fuego y que en un periodo corto de tiempo cometieron varios robos y atracos por toda la provincia y otras colindantes, en algunas ocasiones con armas y objetos contundentes para intimidar a sus víctimas.
Un atraco con hacha y machete
Uno de los robos más importantes que se le imputa al grupo es el atraco en un local de apuestas en Almagro en el que los autores emplearon un hacha y un machete para robar la caja con 3.000 euros.
Para blanquear el dinero de los robos los miembros de la banda utilizaban los locales de apuestas y reivertían parte del dinero obtenido en las apuestas en la compra de vehículos de segunda mano.
En los registros se han decomisado armas, municipio, dinero, cuatro turismos, un moto y cuatro plantaciones de marihuana tipo ‘indoor’ conectadas a la red eléctrica con un enganche casero.