Máxima D.O.M., hija de una octogenaria de Fontanosas (Almodóvar del Campo) acusada de haber expoliado a la anciana durante los tres años que la cuidó, asegura que todo es falso. “Yo no me he echado nada al bolsillo”, ha declarado en el juicio por presunta apropiación indebida y estafa que ha comenzado contra ella y su marido en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.
La investigada y su esposo solo han respondido a preguntas de su abogado para explicar que todos los reintegros en las cuentas de la madre que hicieron entre abril de 2014 y agosto de 2017, (más de 90.000 euros en solo un año, según la acusación), fueron para pagar gastos del negocio de ganadería de un hermano fallecido de forma repentina, que le dejó todo a la madre, incluida la explotación que ellos intentaron sacar a flote sin mucho éxito.
Máxima se ha presentado en el juicio como una víctima, que está pagando por ser la única que en su momento se preocupó de su progenitora y del ganado del hermano (vacas y ovejas).
La muerte del hermano los obligó a quedarse
Vecina de Novelda (Alicante), a Máxima D.O.M. la enfermedad del hermano que vivía con su madre le sorprendió de vacaciones de Semana Santa en el pueblo, en abril de 2014. A los veinte días el hermano murió y dejó su capital a la anciana, única heredera.
Por esa situación de fuerza mayor decidieron quedarse en Fontanosas, según dicen, para ocuparse primero del hermano que pasó veinte días hospitalizado, y luego de la madre, que vive enganchada a un aparato de oxígeno y tiene los achaques propios de la edad.
“Nos pilló con una venda en los ojos”
Con el marido incapacitado (le falta una pierna y vive de una pensión), y sin conocimientos de campo, según ha declarado, Máxima se puso al frente de la ganadería. Contrató dos pastores (uno para tres meses y otro para seis), y cuando se fueron ella misma se dio de alta con un sueldo mínimo, de unos 700 euros, en el negocio del hermano para cobrar la PAC y justificar los ingresos de la explotación, asesorada por la misma gestora que ayudaba al hermano.
Dilapidaron más de 200.000 euros
En paralelo se ocupaba de cuidar y acompañar a la madre. Pero según los acusados la explotación tenía muchas trampas y ellos no entendían. “Nos pilló con una venda en los ojos”, dicen, y explican que el dinero que salió de las cuentas (244.276 euros según la acusación particular, y algo menos según la fiscalía) fue para gastos familiares y de la explotación. “La obsesión de mi hermano eran sus vacas y no las queríamos vender”, ha dicho la acusada.
“Yo abandoné a mis hijos, mi casa y todo para cuidar a mi madre”, ha testificado, y ha reprochado que su otro hermano vivo, ahora al cargo de la anciana, no fuera a verla en los tres años que convivieron con ella.
En ese tiempo la octogenaria también autorizó a su hija para darse de alta en sus cuentas, en el convencimiento de que lo que hacía era normal y correcto.
Testamento y donación
En junio de 2017, unos meses antes de que madre e hija discutieran y la primera la dejara abandonada en el pueblo, se supone que los acusados la engañaron para que firmara una escritura de donación a su favor de las fincas del hermano fallecido (97) y la mitad de la casa de la anciana, por valor de 316.548 euros.
Sobre esto último dicen que la octogenaria lo hizo voluntariamente, en cumplimiento de la promesa verbal del hermano de que todo lo suyo iría para Máxima y sus hijos.
La anciana dice que firmó por miedo
Sin embargo la octogenaria afirma que esto último es mentira, que nunca supo lo que firmaba, y que si lo hizo “fue por miedo a que me metiera en una residencia o se fuera de conmigo”.
“Me puso un cuchillo en el cuello”
Visiblemente vulnerable por la edad y los problemas respiratorios, la presunta víctima Josefa M.S. ha dado muestras de lucidez en el juicio en el que no ha tenido reparos de sentarse en el banquillo de los acusados al lado de su hija y su yerno, e incluso mirarles a la cara, para mantener que a día de hoy le sigue teniendo miedo, “y más desde que me puso un cuchillo en el cuello” (hubo una denuncia por malos tratos que se archivó).
A raíz de este conflicto, el otro hijo vivo de la mujer y dos sobrinas de otro hijo también fallecido, fueron a Fontanosas en agosto de 2017, alertados por las vecinas y el supuesto desamparo de Josefa, y empezaron a ocuparse de los asuntos de la anciana.
“Yo no tenía conocimiento de nada”
Bautista D.O.M., el que la cuida ahora, ha explicado que si en tres años no fue a Fontanosas ni a ver a su madre fue por no pelearse con Máxima, con la que tiene mala relación. Hasta ese tiempo, según ha explicado, vivió ajeno a esta situación, “yo no tenía conocimiento de nada”.
Bautista asegura que su madre “tiene la cabeza bien” y maneja sus cuentas. Ahora con una mujer contratada que la acompaña día y noche, “y está el triple de mejor atendida”, ha recalcado (la propia Josefa asegura que está muy bien con la chica).
En cuanto a lo que quedaba de explotación ganadera lo vendieron cuando se fue Máxima. Él mismo estuvo tres meses con la madre hasta que le buscaron una mujer para que la atendieran, y el capital del que dispone ahora son los alrededor de 150.000 euros que le dieron por la venta del ganado. El resto del patrimonio es el que intentan recuperar con este pleito penal y otro civil que tienen abierto en los juzgados de Novelda “por ingratitud de la donación”.
Apropiación indebida y estafa
Por estos hechos el abogado Ángel Luis Romero, que representa a la anciana, acusa de estafa y apropiación indebida y pide 11 años de prisión. La fiscalía imputa los mismos cargos a la hija y al marido pero reclama 7 años de cárdel. También se exige que devuelvan el dinero en metálico que supuestamente detrajeron de forma no justificada de las cuentas, y la propiedad de las tierras y la casa, donados fraudulentamente.
En relación a una modificación legal el dinero que se les exigirá al final del juicio puede ser menor que el reclamado inicialmente, según ha explicado el fiscal jefe provincial Luis Huete, fiscal en este caso.
Hasta ahora se ha considerado que Josefa tiene un deterioro cognitivo por la edad que merma su capacidad de comprensión, lo que podría agravar la pena para los imputados, pero un nuevo examen forense determinará está circunstancia en vista de cómo ha declarado hoy la señora.
La defensa por el contrario pide la libre absolución. El juicio continuará el próximo 7 de junio.
