J. Y.
Ciudad Real
La aplicación de productos con el principio activo del glisfosato causa controversia desde el punto de vista toxicológico y ambiental, ante las advertencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que lo consideran agente de riesgo para la salud por sus posibles efectos cancerígenos.
Por ello, distintos movimientos sociales y ecológicos dieron la voz de alarma hace años y en la actualidad están instando a los consistorios a terminar con el uso del herbicida en un momento en el que tras el permiso de los Veintiocho, la CE planteó este 1 de junio una renovación “mas corta”, entre doce y 18 meses, a la espera de que los países de la Unión Europea (UE), vuelvan a pronunciarse sobre la propuesta este 6 de junio.
En este escenario, la provincia también se ha sumado al debate y en los últimos meses distintos grupos políticos de izquierda han presentado mociones en algunos ayuntamientos.
En Valdepeñas, fue en abril cuando Izquierda Unida llevó a pleno una moción para la restricción de su aplicación en espacios públicos, como parques y entornos que son muy visitados por niños. Juana Caro, concejal de esta formación en la localidad, explicó a Lanza que en la sesión plenaria se retiró para estudiar el tema por técnicos, pero posteriormente se aprobó en comisión, en base a los informes periciales que se presentaron. “Se aprobó en comisión que no se iba a utilizar en lugares frecuentados por los ciudadanos, y que tan sólo podría usarse en casos extremos”.
De su lado, el grupo municipal de la Asamblea Ciudadana de Manzanares (ACM) fue más adelantado al presentar en octubre de 2015 una moción informativa sobre la peligrosidad del uso de la sustancia. En la proposición, que fue rechazada, reclamaban su prohibición en los espacios públicos, el desarrollo de una campaña contra su aplicación doméstica, y la petición al Gobierno regional y el Ministerio de Fomento para que no se use en las cunetas de la red viaria del municipio.
En Ciudad Real, Ganemos sacó adelante en la sesión plenaria del 15 de septiembre (con los votos del PSOE, Ganemos y C’s y la abstención del PP) una moción que instaba a reducir el uso de plaguicidas en zonas de mucho tránsito, como aceras, solares, parques, jardines y centros educativos de carácter municipal, “teniendo en cuenta los efectos tóxicos sobre la salud pública o el medio ambiente”.
En la propuesta, defendida por Prado Galán, también pedían la implantación progresiva en el manejo ecológico de plaguicidas en los centros públicos dependientes de la Administración Local, como el cementerio y las instalaciones deportivas, con el fin de abandonar definitivamente los pesticidas de síntesis.
El concejal de Medio Ambiente, Alberto Lillo, señaló recordó que todos los pesticidas que se usan en la ciudad están homologados. En la propuesta política y en su discusión posterior no se habló expresamente de este principio activo.
A nivel autonómico, Ecologistas en Acción ha redactado una propuesta para solicitar al Gobierno Regional de Castilla-La Mancha y a los grupos políticos con representación en las Cortes que la región se convierta en un territorio libre de glifosato, prohibiendo su uso no agrario en espacios como cunetas de carreteras, líneas férreas y de servicios, acequias, jardines y aceras; que se regule en la agricultura y que se informe a la población de los riesgos para la salud de la utilización de los herbicidas químicos.
Precisamente, este jueves, Podemos presentó en la sesión de las Cortes regionales una Proposición No de Ley que solicitaba restringir el uso de herbicidas químicos en las carreteras y vías de servicio, y aunque fue rechazada por PP y PSOE, anunciaron que la Consejería de Fomento y la Universidad de Alcalá estudiarán sustituir este herbicida por el vinagre de madera.
¿Peligroso agente naranja o confusión inducida?
Ante los riesgos del glifosato advertidos por organismos de salud, cada vez hay más presión ciudadana que está frenando su aplicación y que mantiene en el aire la licencia europea. Las opiniones son encontradas.
El ingeniero agrónomo Julián Palacios señaló a Lanza que las investigaciones aplicadas que se han desarrollado con el producto, desarrollado por la multinacional americana Monsanto, “no concluyen que sea cancerígeno”, aunque apostó por productos de tratamiento en los diferentes cultivos “lo más respetuosos con el medio ambiente posible”.
El biólogo Enrique Cat, del grupo Nostoc Biotech, fue más contundente y aseguró que el glifosato “es cancerígeno, es veneno puro”, a tenor de sus orígenes en los años 70 “por encargo gobierno de EEUU para la guerra del Vietnam, en teoría para deforestar y combatir las guerrillas”. A su juicio, “lo mata todo, y lo llamaban el agente naranja en ese conflicto”.
En la actualidad, para Cat su uso en parques y jardines “es horrible” porque “lo que no se evapora, se queda en el aire”.
Recordó que la OMS “lo declaró cancerígeno, pero el grupo Monsanto tiene mucho poder en la capacidad de legislar a su favor, y están prorrogando un problema”. “La gente tiene que saber esto, y ser consciente de lo que se hace”, sostuvo.
Por contra, Conchi Novillo, directora de Asuntos Regulatorios para el Sur de Europa de Monsanto, aseguró “que hay una confusión tremenda en los medios”, con informaciones, a su juicio, “sesgadas y equivocadas”. Señaló que dentro del debate en el seno de la UE hay un grupo de europarlamentarios “que están en contra de la renovación y están tratando de poner presión política sobre un proceso regulatorio que tiene una base científica”.
Explicó que la decisión de renovación de autorización del glifosato debería tener en cuenta las evaluaciones preceptivas previstas dentro de la reglamentación y cuyas conclusiones, según Novillo, son “claras sobre la improbable carcinogenicidad de la sustancia activa glifosato cuando se utilice según los usos previstos”.
También argumentó que a nivel nacional, hay más de 100 formulaciones registradas con esta sustancia activa y más de 50 empresas que lo fabrican o comercializan, así como “ha permitido un importante abaratamiento en los costes de control de malas hierbas”.
Sobre la clasificación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), aseguró que “hay que hacer un ejercicio completo para entender su significado y comprender por qué las conclusiones” pues “ha considerado sólo algunos estudios, no sujetos a los estándares para la evaluación de riesgos y no ha distinguido si la toxicidad era debida al glifosato o a otros ingredientes que puedan existir en algunas formulaciones”.
Agregó que el glifosato “está en una categoría de la clasificación del IARC ligeramente superior al café, en la misma categoría que las carnes rojas y en una inferior a las carnes procesadas (jamón o embutidos), alcohol o a la exposición al sol”. “¿Hay que dejar de comer carne roja, beber vino, o tomar el sol?, se preguntó Novillo.